En Madrid, si se unen las fuerzas del PSOE y PODEMOS, en pacto que el segundo aspira respetable y sobre bases distintas a lo tradicional, lo que sí a ver vamos es un viejo lenguaje, con lo cual queremos decir que eso no es suficiente, podrían dejar por fuera al partido de gobierno el PP de Rajoy, José Manuel Aznar y hasta el de la monarquía, pese que quienes a esta representan se declaren ajenos a compromiso alguno con partido. Pero también, por ser gobierno sólo local, obligado a comportarse de conformidad a reglas constitucionales impuestas en aquel país monárquico, esas nuevas fuerzas terminen haciendo honor al lenguaje del silencio y la conformidad. Además una cosa es ser cabeza de ratón y otra cola de león. ¡Paga lo que debes! Si no quieres aparecer no te asomes. No obstante, ahorita mismo, días después de haber escrito lo anterior, el acuerdo del cual hablamos se ha dado por partida doble en Barcelona y Madrid. Han dejado por fuera al partido de Rajoy. Y hay buenas noticias, en Barcelona, la nueva alcaldesa Ana Colau, se ha estrenado parando unos desahucios. Por cierto, quizás, cree uno, por obligación constitucional, quien asume al cargo, en una región que en buena medida clama por la separación, lo hizo poniendo por delante su devoción al monarca. Los irreverentes de verdad, suelen serlo siempre y para eso abundan las formas inteligentes- ¿O en verdad lo es? Galileo, en circunstancias difíciles dijo: "Per se move". Pero todavía es temprano.
La infanta, la hermana del rey, hecha marquesa o duquesa, en fin de cuentas es como la misma vaina, por su padre, el hecho rey no por disposición divina, como se había justificado la monarquía toda, sino porque le salió de los testículos a Franco, buscando justificarse el mismo, fue despojada de su investidura por su hermano Felipe, quien ahora ocupa o usurpa el trono de España, que a su vez es más que usurpador e ilegal. Piensa el ahora rey, por la gracia de su padre, depredador de elefantes, crimen horrendo, sobre todo por tratarse de especie en extinción y por demás pacífica y amorosa, que con ese gesto limpia a la familia y monarquía del estiércol adicional que le desparramó volviéndose cómplice de su esposo en negocios turbios contra la economía española, donde ahora el pueblo las ve negras.
Decimos esto, porque viene como a ser lo mismo. La infanta ya no será duquesa o marquesa, pero seguirá siendo de la familia, haciendo quizás peor que antes porque y que no es de la realeza, con iguales vínculos e influencias que, es como un quitarle las gríngolas y soltarle los frenos. Porque uno sabe que sabio de aquello: ¿Dónde irá el buey que no are?
Así como el rey anterior "Don Juan", ¡a cosa más grande caballero!", diría un cubano, quiso pasar "agachao" abdicando en favor de Felipe, para lavar sus imborrables manchas, Felipe intenta limpiar a la monarquía, no extinguiéndola como debería si no fuese un aprovechado y mamón del sistema, sino pasando a retiro con pensión completa a su hermana la infanta, podría resultar el pacto Podemos-Psoe; es decir hacer un "cambio para que nada cambie", para decirlo en algo que dijo el Conde Salinas, en "El Gato Pardo", en la obra del Conde de Lampedusa, que ya se ha vuelto como un lugar común. ¡Qué grande, uno pueda decir algo que llegue a ser lugar común! Es más, el enredo en Grecia, la negativa del gobierno a someterse a los dictados del FMI y la amenaza del desplome de la zona de Euro, obligan a al maquillaje.
Ahora irá por allí la infanta haciendo lo mismo pero la corona aparecerá como purificada, exenta de toda culpa y responsabilidad, cerrada las cuentas, sobre todas las malas y adiós luz que te apagaste. De ahora en adelante, no habrá freno que la detenga, es la ventaja de no ser Duquesa ni Marquesa, menos integrante oficial de la corona. ¡No hay mal que por bien no venga!, dirá para su consuelo la señora. Eso sí. Segura está que no será desahuciada. Esa categoría no es para los nobles en el gobierno, aunque los títulos les hayan suspendido. ¡Sólo al pendejo ven de lejos!