En Siria, Estados Unidos siempre ha tenido una línea muy determinada y orientada a fines políticos y militares bien concretos: Derrocar a Bashar al Assad y tomar el control del país; como lo hizo en Irak y Libia; el problema es que Rusia, el Ejército Árabe Sirio, Irán, los kurdos y las milicias palestinas de Al Fatah y del Líbano Hezbolá, le frenaron esa empresa.
Ahora, cuando la guerra ha puesto en perspectiva de triunfo al gobierno de Al Assad; todas las pantomimas diplomáticas norteamericanas se derrumban y se revela la realidad, tal como ha sido siempre: la guerra terrorista en Siria ha sido una creación de Estados Unidos y "los amigos de Siria": otan-UE, Arabia Saudita, Turquía, Catar y otros. Solamente que, lo sorprendente de este momento es que tal proyecto carga ahora con el peso de decenas de miles de terroristas aniquilados y heridos, la infraestructura militar y económica dañada gravemente y son tantos los destrozos sufridos por este proyecto que, a sus creadores no les queda otra opción que implicase cada vez más directamente en la guerra.
Esto es lo que están haciendo: la invasión turca al nor-oeste de Siria con sus secuelas de masacre a la población civil, el bombardeo norteamericano a las posiciones del ejército gubernamental sirio, la búsqueda desesperada por crear una zona de exclusión aérea y de detener con amenazas de armas biológicas o de uranio empobrecido el avance de las tropas estatales sirias en Alepo.
La preocupación política fundamental norteamericana por mantener su hegemonía mundial traiciona la lógica evolución de la guerra en que están metidos en Siria: los norteamericanos están dando pasos apresurados e irresponsables, a una tercera guerra mundial.
El problema ahora es, que con los logros políticos militares que Rusia ha obtenido en la guerra contra el terrorismo, ya no puede salir corriendo y dejar todo atrás, como lo hizo en Libia. Aunque la historia tiene de todo; lo más probable es que con el ataque político de los norteamericanos a los rusos con: bloqueo a la participación de Rusia en los juegos olímpicos y paralímpicos de Brasil, el manipuleo de los datos para culpar a Rusia del derribo del avión MH17, las ofensas histéricas de personajes diplomáticos norteamericanos en el Consejo de Seguridad de la ONU, el macartismo anti-ruso usado en la campaña electoral, los norteamericanos esperan impacientar a los rusos para que caigan en su ardid de histeria militar.
La guerra en Siria no ha terminado, las estrategias están en juego, pero si, unos van perdiendo el conflicto y no son precisamente los rusos.