Fidel Castro, del heroísmo político a la inmortalidad

Todavía el mundo no sale de su asombro, el Comandante en Jefe Fidel Castro acaba de morir. La muerte es un hecho natural de la vida y no debería sorprender a nadie. Pero es que no murió un hombre común y corriente, es que ha muerto el gestor o líder fundamental de la historia de los últimos 60 años en Cuba, en América y en el mundo. Sencillamente porque Fidel es inseparable del proceso histórico que se ha vivido a nivel mundial durante todo ese período. Ningún líder del mundo después de finalizada la II Guerra Mundial se ha enfrentado al imperio norteamericano en los términos que lo hizo Fidel y la Revolución Cubana, el pueblo cubano durante esas más de 6 décadas (de 1956 a 2016). Es imposible separar al hombre de la historia o a la historia de esta clase especial de hombre.

¿Cuántas derrotas le propinó Fidel Castro al imperialismo yanqui en todos estos años?

Unas cuantas. Ya el triunfo de la Revolución aquel histórico 1º de enero de 1959 y la derrota del dictador Fulgencio Batista por la lucha armada que dirigió Fidel, tirano impuesto por los Estados Unidos, esa puede señalarse como la primera gran derrota. La segunda gran derrota fue la nacionalización sin indemnización de las industrias, empresas y centrales azucareras propiedad de empresarios y compañías norteamericanas como la United Fruit Company. Fue la declaración del carácter socialista de la revolución. La tercera fue la tremenda derrota militar al desbaratar en 72 horas la invasión mercenaria de Playa Girón. La cuarta gran derrota fue, sin dudas, la crisis de los misiles atómicos que la URSS habían llevado a Cuba. Por los errores de los soviéticos al no derribar los aviones espías norteamericanos éstos descubrieron los emplazamientos y estalló la crisis al ponerse al descubierto la existencia de los emplazamientos, el otro error del mando soviético de alto nivel fue negociar, a espaldas de Cuba, entre el gobierno norteamericano y la cúpula soviética el retiro de los misiles de Cuba si Norteamérica retiraba los misiles atómicos de Turquía que apuntaban a la URSS y, además, Norteamérica no invadiría a Cuba. ¿Salieron de Cuba todos los misiles? Siempre quedó la duda. Lo cierto fue que más allá del terrorismo, de la guerra bacteriológica (fiebre porcina, roya del café, retinosis pigmentaria, dengue hemorrágico…), los planes de invasión no volvieron a reactivarse como estaba concebido en la ‘Operación Mangosta’, los Estados Unidos aprendieron a respetar a los cubanos y a temerles militarmente, la experiencia de la derrota aplastante del archi poderoso ejército sudafricano en Angola reavivó esos temores y que sabían que con los cubanos no se podía jugar.

Porque esa sería otra de las grandes derrotas que Fidel le propinó al imperio, el triunfo militar de los socialistas de Agostinho Neto en Angola donde el ejército cubano y el angolano le hicieron morder el polvo de la derrota a los fascistas y racistas surafricanos, que pese a tener bombas atómicas proporcionadas por Israel no tuvieron tiempo de utilizarlas, ya estaban derrotados. Esa derrota aceleró la liberación de Nelson Mandela, el derrumbe de apartheid segregacionista y racista y la liberación de Namibia.

Sin dejar de contar otra de las grandes derrotas causadas por Fidel y la Revolución Cubana al imperio, el apoyo irrestricto a los patriotas vietnamitas en su lucha contra el ejército invasor norteamericano. Secretamente en la selva los ingenieros cubanos construyeron una enorme carretera por donde pasaron los tanques y la artillería que empleó el vietcong contra los yanquis hasta propinarle la más vergonzosa derrota a los invasores y reunificar el país. Muchas otras derrotas le propinó Fidel y el proyecto revolucionario cubano al imperio, pero desde los ’90 ya Cuba no estaba sola, la compañía imprescindible del Comandante Hugo Chávez y de la Revolución Bolivariana fortalecerían el proceso liberador en América Latina

Nunca antes resultó más cierto el planteamiento del científico marxista ruso Jorge Plejanov en su importante libro El papel del individuo en la historia. El materialismo histórico desmistifica la visión burguesa del papel de los líderes en los procesos históricos a quienes atribuye (reyes, monarcas, etc.) el rumbo de los hechos históricos. Al contrario la concepción materialista de la historia le da a las grandes masas y a sus líderes ese papel transformador. Es un binomio inseparable, por ello cuesta admitir que un hombre como Fidel ya no esté, claro él sembró, desarrolló e impulsó un proceso dentro de una concepción estratégica de justicia social, humanista, de distribución equitativa de la riqueza, contra el hambre, de revivir a Cuba de la desolación, el atraso y la iniquidad donde la había dejado el capitalismo yanqui y dictaduras criminales como la del tirano Batista o gobiernos venales como el Prío Socarrás. Pero para ello se apoyó en un gigantesco colectivo que es el pueblo cubano, y en una dirección revolucionaria, con destacados dirigentes y líderes como Raúl Castro, Ernesto Guevara y muchos más y una organización política de vanguardia que es el Partido Comunista de Cuba.

Es obvio que sin esa base social, sin esa pléyade de hombres y mujeres salidos de lo mejor del pueblo cubano Fidel solo, por muy inteligente y genial que fuese, no hubiese podido realizar aquella epopeya gigantesca que es la Revolución Cubana. Pero la Revolución Cubana no hubiese podido ser sin Fidel. Ahora él ya no está, por ley de la vida, pero la Revolución puede seguir adelante sin él físicamente porque está en su enorme obra, sus aportes teóricos y políticos, su ejemplo. El liderazgo se ha multiplicado, pero es un liderazgo que manda obedeciendo, el jefe real y verdadero es el pueblo cubano que observa, vigila, fiscaliza, cuida y protege su Revolución. Si, por ejemplo, en la URSS hubiese habido un líder de la talla de Fidel, de Lenin, de Ho Chi Minh, la URSS no se desintegra ni desaparece. Gorbachov estaba muy lejos de tener la talla gigantesca como político, la garra y la inteligencia que tenía Fidel.

Fidel hace mucho rato que dejó de ser de Cuba, es un hombre universal, un pensador que enriqueció el marxismo, con una visión de lo nacional, de lo popular, de lo americano todo ello imbricado al socialismo científico, de allí la universalidad de su pensamiento. José Martí junto a Simón Bolívar y Lenín. Los pueblos del mundo lo asocian con la Revolución Cubana y ven a Cuba, sus logros, sus avances como un ejemplo a seguir.

Los hombres como Fidel, Simón Bolívar, el Che Guevara, Hugo Chávez no mueren, su obra los mantiene vivos, los hace inmortales. Su obra es la cimiente sobre la que se han erigido las patrias. ¿Qué sería de Cuba sin la presencia creativa y multitudinaria de Fidel? Porque la Cuba de hoy tiene el sello indeleble de la poderosa y creativa personalidad del Comandante, los programas políticos y sociales desarrollados todos estos años.

Honor y gloria a Fidel Castro, el más grande líder de América Latina en el siglo XX. Sus invalorables enseñanzas en los procesos revolucionarios de los pueblos americanos y del Tercer Mundo quedarán como el más grande legado teórico y político para las nuevas generaciones en dos aspectos fundamentales: ¿cómo se construye una revolución? y cómo enfrentar y vencer al imperialismo yanqui.



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Humberto Gómez García

Director de la revista Caracola. Pertenece al Movimiento de Medios Alternativos y Comunitarios (MoMAC). revistacaracola.com.ve

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