De cero a Zara es el título de la única biografía del multimillonario Amancio Ortega. De casi cero a casi Zara podría ser la biografía de España desde su entrada en la Unión Europea hasta hoy. La inyección de dinero de la Unión Europea despertó el dinosaurio que la clase empresarial y financiera española tenía dentro y en lugar de producir algo distinto a edificios, carreteras o interminables obras del AVE a ninguna parte, decidieron comprar en Latinoamérica todo lo que se moviese.
No era la primera vez que los españoles llegaban a América. La primera lo hicieron siendo castellanos… conquistadores. La segunda, como exiliados económicos (emigrantes), la tercera como exiliados políticos y la cuarta, como ejecutivos trajeados.
Veinte años después de ese cuarto desembarco… quedan las naves y poco más. Una especie de mal sabor de boca combinado con el local «me lo imaginaba» deja este último desembarco como un verdadero naufragio.
El país más amigo del amigo español, Colombia, está poniendo la guinda del pastel nacionalizando empresas de capital español por su mal desempeño, como Electrocaribe, o cancelando contratos a Sacyr por incompetente.
Esta última quiso aplicar a los colombianos una treta muy recurrida entre las empresas españolas en el exterior, como es aplicar sobrecostes no presupuestados a las obras contratadas bajo cualquier pretexto.
Así lo hizo la propia Sacyr, que demandó en los tribunales de Florida a la República de Panamá un sobrecoste de 55.386 millones de euros. También pide 1.800 millones de euros de sobrecoste al gobierno saudí por el tren a La Meca.
Sacyr exige a los colombianos más dinero porque el terreno sobre el que pensaba construir autovías está situado en «suelos inestables». La empresa demandó al gobierno colombiano y se espera que decidan los tribunales. Corre el chiste de que las empresas españolas «construyen» más en los juzgados que en la calle.
