La histórica huelga de los educadores colombianos

En un gran acontecimiento histórico se ha convertido la prolongada y masiva huelga de los casi 400 mil maestros colombianos que han paralizado actividades para exigir soluciones a las demandas incluidas en su pliego de peticiones.

El señor Santos, dizque Nobel de Paz, y su Ministra de Educacion, han quedado ante el pais como los principales enemigos de la educacion, la ciencia y el desarrollo tecnologico.

Su respuesta ha sido la violencia del Esmad, las retaliaciones salariales y el asesinato de varios lideres docentes.

Apoyamos la potente huelga de los maestros colombianos.

No hay paz sin el derecho a la educacion.

Un acontecimiento es histórico cuando marca una tendencia de transformación en la sociedad y en sus diversos campos que la integran.

La actual huelga de casi 400 mil educadores colombianos para respaldar su pliego de peticiones de aumento de salarios y prestaciones socio económicas; de cambios consistentes en el actual sistema de salud de los docentes, afectado por graves casos de corrupción en el Fondo de Prestaciones sociales del magisterio y la Fiduprevisora, por la bochornosa y delincuencial colusión de altos burócratas del Fomag y ciertos directivos de Fecode (incluidos ex dirigentes como Jaime Dusan, Avellaneda y los allegados al Senador moirista J. Robledo); y de implementación racional de la Jornada Única en concertación con los maestros, para impedir las absurdas imposiciones de los funcionarios del Ministerio de Educación y las respectivas secretarias departamentales y municipales, sacude con mucha potencia el movimiento social nacional en auge por los paros cívicos y populares de Buenaventura, el Choco, los trabajadores estatales y otros sectores agrarios, indígenas, de cocaleros y afros.

Los maestros colombianos y sus sindicatos están dando un ejemplo de lucha aguerrida y coherente para alcanzar sus objetivos y vencer la indolencia, negligencia y arbitrariedad del señor Santos, de su Ministra y del equipo educativo gubernamental, que luce toda su mediocridad e indolencia en el manejo del justo movimiento de los docentes al servicio del Estado.

Una verdadera vergüenza la posición del nobel de la paz, el señor Santos, en la solución de la difícil problemática que carcome la educación pública de millones de niños y jóvenes.

Ahí está pintado el neoliberalismo de este personaje que dice ser el adalid de la paz.

La respuesta oficial ha sido el bolillo, la represión y el uso generalizado de la violencia por parte del Escuadrón antidisturbios de la policía que se ha cebado en los huelguistas.

Esta huelga de los maestros con casi un mes de actividades nos trae a la memoria las grandiosas movilizaciones de los años 60 cuando los maestros alcanzaron importantes conquistas en los departamentos, obligando a Lleras Restrepo (1968) a negociar y concertar con líderes como Adalberto Carvajal y otros.

Con la posición de Santos se está demostrando que es un enemigo de la educación, que su famoso Plan de desarrollo centrado en la educación es una gran farsa.

Santos es un enemigo de la educación, de la Ciencia y el desarrollo tecnológico.

Recientemente promovió la barbaridad de quitarle casi dos billones de pesos al Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, del Sistema General de Regalías, para invertirlos en vías terciarias dizque para el post conflicto. Otro gran negociado para los politiqueros santistas que se robaran tales recursos como ha ocurrido con la mermelada puesta al servicio de gamonales y contratistas inescrupulosos. No se le paso por la cabeza a Santos recortar los gastos del sector de defensa, seguridad y contrainsurgencia para canalizarlos en la paz; peor, echo mano de los presupuestos de la ciencia para agudizar nuestro atraso y subdesarrollo.

Apoyamos la lucha de los maestros, la aplaudimos y promovemos.

En la anterior huelga, la del 2014, criticamos las inconsecuencias de los directivos de Fecode que terminaron entregando el pliego de peticiones por unas migajas, como lo hizo el expresidente Luis Grubert Ibarra, una ficha petrista inescrupulosa, que se embolsillo unos cuantos millones de las jornadas deportivas de los maestros, para luego irse como burócrata de las federaciones internacionales de los educadores. Una verdadera peste delincuencial, de las tantas que pululan en las burocracias de Fecode y que serán desplazadas por los nuevos y honestos liderazgos del magisterio como los actuales responsables de la ADE de Bogotá y de Asoinca en el Cauca.

Bien por los educadores que no retroceden frente a las amenazas santistas, la violencia policiaca del Esmad y los grupos paramilitares que ya han acribillado a varios huelguistas en plena implementación de la paz.

¡Que viva el justo paro de los educadores colombianos!



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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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