Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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Alemania y Austria han arremetido contra el senado de Estados Unidos por haber aprobado una legislación para endurecer las sanciones contra Rusia. El proyecto de ley cuenta con un artículo que permite a Estados Unidos imponer sanciones contra firmas europeas que participan en el financiamiento de gasoductos para la exportación energética hacia Europa por infringir la ley norteamericana. En una declaración conjunta, el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel y el Canciller de Austria, Christian Kern, acusaron a Estados Unidos de amenazar los intereses europeos, describiéndolo como un intento ilegal para impulsar las exportaciones de gas norteamericano. Recientemente Estados Unidos inició el envío de gas natural licuado a Polonia y ambiciona cultivar otros clientes europeos.
El proyecto de ley sostiene que Estados Unidos "debe priorizar la exportación de recursos energéticos norteamericanos con el propósito de crear puestos trabajo para norteamericanos, ayudar a aliados y socios de Estados Unidos y fortalecer la política exterior del país." Pero los jefes de la política exterior europea piensan que "el suministro energético de Europa es un asunto europeo y no de los Estados Unidos de América." Gabriel y Kern señalaron que "ellos no pueden aceptar" las sanciones propuestas por Estados Unidos que apuntan hacia compañías energéticas europeas como parte de medidas contra Rusia.
Las empresas alemanas BASF y Wintershall y las austríacas OMV y Voestalpine y la Royal Dutch Shell están participando en el proyecto de gasoducto denominado Nord Stream 2 para llevar gas natural ruso vía Mar Báltico a tierra firme en Alemania. La empresa Gazprom de Rusia y sus socios europeos están desarrollando planes para duplicar la capacidad del actual gasoducto submarino hacia Europa denominado Nord Stream. Gazprom ya ha recibido más de mil millones de euros de parte de sus socios para el financiamiento del proyecto Nord Stream 2. En el mes de abril pasado las empresas Uniper, Wintershall , Shell, OMV y Engie acordaron prestar cada una el diez por ciento del costo del emprendimiento, o sea unos 950 millones de euros cada una. La empresa rusa aportará el cincuenta por ciento del costo del gasoducto de 55 mil millones de metros cúbicos de gas que deberá entrar en servicio el año 2019.
Los ministros de relaciones exteriores hicieron hincapié en que el hecho que el proyecto de ley norteamericano amenace a las firmas europeas que participan en la construcción del gasoducto, se trataría de una "dimensión completamente nueva y muy negativa en las relaciones euro-norteamericanas". Los altos funcionarios escribieron que la notoria franqueza del proyecto de ley norteamericano describe realmente de qué se trata: la venta de gas licuado norteamericano y el desalojo del gas natural ruso del mercado europeo". La Ministra de Economía de Alemania, Brigitte Zypries se unió a la crítica el 16 de junio y advirtió de posibles represalias si Washington termina sancionando a empresas alemanas. La movida del senado norteamericano es una manera en que Estados Unidos "trata de favorecer a su propio gas" en Europa. Isabelle Kocher, gerenta general de Engie el ex monopolio gasífero de Francia, informó a los periodistas el día 15 de junio pasado en París, "yo de ningún modo creo que Estados Unidos pueda impedir este proyecto", dijo ella.
Vale la pena tener en mente que la agencia espacial de Estados Unidos (NASA) está exenta del proyecto de ley del Senado que pretende multar a empresas extranjeras ¡que son mencionadas específicamente! ¿Puede haber un mejor ejemplo del patrón doble que practica la elite política de Estados Unidos?
Es muy importante poner énfasis en que la declaración conjunta de los ministros de exteriores va más allá del proyecto Nord Stream. Esta pone en duda la esencia misma de la política de EE.UU. y Europa hacia Rusia. El documento sostiene que si el proyecto se convierte en ley "disminuirá la efectividad de nuestra posición en el conflicto de Ucrania, si nosotros dejáramos de tomar acciones conjuntas" contra Rusia en el futuro.
En realidad los intentos por socavar las exportaciones gasíferas de Rusia estarían condenados si la jugada es honesta y la política no se entremezcla con la economía. Rusia ostenta una clara ventaja. El transporte de gas natural a través de un gasoducto es considerablemente más barato que construir y utilizar una cara infraestructura portuaria para gas licuado. Además, la infraestructura rusa para la exportación de gas ya está construida, mientras que los terminales de exportación norteamericanos se encuentran todavía en proceso de construcción. Actualmente la planta exportadora de gas licuado de Sabine Pass en el Golfo de México está operativa pero todavía le falta mucho para alcanzar la plena capacidad de operación. Y, al construir más terminales, Estados Unidos estaría tratando de exportar gas licuado a Asia, lo que sería más rentable que los suministros a Europa.
Gazprom de Rusia puede producir y exportar gas a Europa a un costo mucho más bajo que el gas licuado a través del Atlántico y puede inundar Europa con gas barato y cancelar las exportaciones marítimas de Estados Unidos. Cuenta con cien mil millones de metros cúbicos de capacidad de producción anual de gas situados en los flancos de Siberia Occidental que pueden ser efectivamente utilizados como capacidad de reserva. La latente capacidad de la empresa es equivalente al tres por ciento de la producción global. Este enorme volumen de capacidad es el resultado de inversiones en un megaproyecto en la Península de Yamal.
¿Y en resumidas cuentas? Es evidente que la influencia de Estados Unidos en el Medio Oriente está en descenso mientras que Rusia está emergiendo como un agente importante. Catar es un destacado exportador de gas en el mundo y últimamente ha comenzado a derivar hacia el eje promovido por Moscú –Rusia, Turquía e Irán—a consecuencia de la reciente ruptura apoyada por Estados Unidos en el mundo árabe. ¿Qué significa esto para el mercado energético mundial? Está surgiendo un nuevo cartel gasífero que incluye a Rusia, Irán y Catar –peligroso competidor para la naciente industria de los esquistos de Estados Unidos. ¿Qué habría que hacer? He ahí que los legisladores norteamericanos harán todo lo posible por cambiar el curso. Nada de escrúpulos, recurrirán a cualquier cosa cuando se trate de implementar el principio de "Estados Unidos Primero".
Otro aspecto para tomar en cuenta. Las sanciones contra Rusia forman parte del proyecto de ley de Irán. A las empresas europeas se les hace agua la boca por sellar lucrativos contratos con Irán. Europa no tiene por qué unirse a medidas restrictivas unilateralmente impuestas sobre Teherán por el congreso de Estados Unidos. Los intereses divergen y la brecha entre Estados Unidos y Europa se está ensanchando. El proceso está ganando impulso.
La declaración emitida por los altos funcionarios alemán y austríaco no es solo un evento aislado, otra primicia noticiosa para los titulares. La actual ruptura entre Estados Unidos y sus aliados europeos es otro reflejo de la tendencia que ha estado ganando fuerza recientemente. Pareciera que Estados Unidos y Europa están yendo por caminos separados en torno a muchos problemas y las palabras ampulosas y los discursos presuntuosos no podrán ocultar ese hecho.
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