Durante los primeros años del gobierno de Obama, los Estados Unidos aumentan la cooperación militar en Israel, establece allí uno de los mayores números de tropas que en país alguno, de acuerdo a la extensión de su territorio, aumentó de manera exponencial la ayuda militar, y brinda su apoyo a diversos grupos políticos y militares israelíes. Se reportó que una gran cantidad de oficiales militares de ambos países estaban haciendo un número inusual de viajes entre los dos países, incluyendo al ex Primer Ministro Ehud Barack. La ayuda militar aumentó en el 2010 con la finalidad de financiar el blindaje de misiles de defensa israelíes. A comienzos de marzo de 2011, las fuerzas leales a Muamar el Gadafi avanzaban sobre las tropas rebeldes en la propia Libia, el 17 de marzo, Gadafi anuncia el cese inmediato de todas las actividades militares, sin embargo se supo que su ejército continuó bombardeando la ciudad de Misurata. Al día siguiente, por órdenes de Obama, la aviación gringa juegan un papel importante en los ataques aéreos sobre las fuerzas aéreas del gobierno libio, y que para proteger a civiles y obligar a cumplir lo acordado sobre la zona de exclusión aérea, sin embargo el ataque se ve exagerado al usarse misiles BGM-190 Tomahawk, Northrop Grumman B-2 Spirit, y un alto número de aviones de combate. Seis días después, el 25 de marzo, por el voto unánime de los 28 miembros de la OTAN, tomó el liderazgo de las operaciones denominadas, por esa organización: Operación Protector Unificado. Algunos congresistas y académicos cuestionaron si Obama tenía la autoridad constitucional para ordenar tal acción militar. Aquello fue una verdadera masacre contra, en cierta manera, gente desarmada. Ahora dejemos de referirnos al yo no fui de Obama y retomemos las acciones de gigantes llevadas a cabo por nuestro líderes independentistas.
En una carta al Vicepresidente de la Gran Colombia, al colombiano Francisco de Paula Santander, Bolívar advertía que "una nación muy rica y poderosa, sumamente dispuesta a la guerra y capaz de cualquier cosa, está a la cabeza de este continente" Y cierto que era "capaz de cualquier cosa" Además, Bolívar había experimentado lo que consideraba como la belicosidad norteamericana, en un encuentro anterior, epistolar, con el Agente especial José Baptista Irvine, nombrado varias veces en escritos anteriores. Ya se dijo que éste Agente había sido enviado a Angostura (ahora Ciudad Bolívar) en 1818, para demandar una compensación y la devolución de dos naves estadounidenses incautadas por parte de las fuerzas navales venezolanas. El hecho de que Estados Unidos a través de Mr. Irvine siguiera una política de "conducta aritmética de negociación (business-like)" Bolívar tuvo una expresión más enérgica en ese sentido y haciendo ver en él un arrebato, quiere ponerse a la par con el presidente de los regatones (hucksters) estadounidenses. Bolívar detesto a ese grupo a tal extremo, que en otra misiva al general Santander decía, "no desearía que se diga que un colombiano hizo alguna cosa de la misma manera que ellos"
Si algún presidente regatón fue aludido directamente en las palabras de Bolívar, probablemente fue el gringo James Monroe, cuya famosa Doctrina Monroe impresionó poco al Libertador Simón Bolívar. Bolívar reconocía que América Latina podría contar con la ayuda de Estados Unidos en caso de cualquier amenaza a la independencia proveniente de las potencias europeas, pero no estaba menos convencido, y con razón, que en ese momento la actitud de Gran Bretaña pesaba más, y por consiguiente, siempre estaba ansioso por ganarse su simpatía para su causa. Tampoco creía Bolívar que una alianza formal con Estados Unidos representaría una ventaja para América Latina. Por el contrario, cuando trazó planes para la primera conferencia internacional de Repúblicas Americanas, que se reunió en Panamá en 1826 bajo su auspicio político, ni siquiera deseaba que Estados Unidos estuviera representado. A menudo se dice que Bolívar propuso organizar un sistema de Estados Americanos sin la presencia de los Estados Unidos.