Países gobernados por la derecha demócrata representativa, Presidentes comprobados corruptos, y otros simplemente vasallos de Gringolandia, promueven investigar a Venezuela "preocupados" por la escasez de alimentos producto de una planificada guerra económica, acoso financiero internacional, y escandalosos precios al cambio del falso dólar que imponen a diario en cotización criminal. A organismos mundiales, no les preocupa por ejemplo México, con asesinatos de estudiantes y periodistas de izquierda, femicidios, carteles de drogas, y crimen organizado con asquerosidades delincuenciales lombrosianas, La tienda internacional "SAMS CLUB" en Veracruz, fue clausurada por vender carne humana. 12 cuerpos fueron hallados en congeladores ocultos en una de las cámaras frigoríficas. El grupo criminal "Los Z" la vendía, y varios de sus integrantes fueron detenidos. Los sicarios mexicanos fueron sorprendidos por casualidad, cuando desmembraban cuerpos de víctimas del crimen organizado que azota territorio azteca desde hace décadas, sin poder derrotarlo con éxito la democracia representativa.
Realmente impactante la forma en que fileteaban los cadáveres de tal manera que parecían suculentos cortes de carne vacuna. Interrogados, los sicarios, cuando les preguntaron el por qué cortaban carne humana afirmaron "matamos dos pájaros de un tiro, desaparecen los cuerpos y ganamos dinero extra". Teorías de las mafias, carteles y grupos de poder mediante el terror se infiltran en las colonias o barrios desasistidos de toda la nación mexicana. La carne humana la facturaban a Walt Mart y diversas cadenas de restaurantes de prestigio de Veracruz, famosa localidad de la nación azteca. Pero a organismos que reúnen Presidentes y Primeros Ministros por el mundo, les preocupa es Venezuela, mucho más que asesinatos en México, Colombia, Honduras, Brasil, Argentina, Paraguay, Perú y Guatemala, unidos en administraciones halamecastísticas a Donald Trump, conforman clubes como el de Lima, e impulsan empresarios que ganan elecciones burlando la voluntad popular, o los imponen con golpes parlamentarios.