Más de cien líderes sociales fueron asesinados en 2017 en Colombia, un patrón de violencia endémica que afecta sobre todo zonas rurales de la antigua guerrilla y que ahora se disputan grupos rivales para ocupar el "vacío de poder", todo un caos. El informe es de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas, para los Derechos Humanos en Colombia, sobre el primer año de los acuerdos firmados en La Habana. No es invento de "la dictadura de Maduro" término falaz repetido en Colombia hasta el cansancio y el ridículo, por los gemelos Uribe-Santos o Santos-Uribe, capicúas de la falsedad. El gobierno y la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común FARC, solicitaron hace algunos meses al Alto Comisionado de la ONU un informe, para evaluar los textos negociados durante 4 años en La Habana. Hay conclusiones que son indicativas de gobiernos de la derecha hipócrita, entregada desde Bogotá al imperialismo voraz e interventor, al que para nada le importa la situación de los Derechos Humanos.
En 2017, -y por ello la ONU está "extremadamente preocupada"-, aumentaron asesinatos a defensores de los DD HH. En 441 ataques resultaron muertas 121 personas, 14 de las víctimas, mujeres, "se dobla el porcentaje de defensoras asesinadas en comparación con 2016. Los más afectados: indígenas, afrodescendientes y líderes sindicales. Sin embargo voceros de la propia ONU, la OEA del secre-sinvergüenza, el desprestigiado metiche Luis Almagro, la ambigua Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, organismos europeos, articulistas y artistas de Cine y TV pagados por publicitar temas anti Chávez y Maduro, lucen varios minuticos de fama y se hacen propaganda hablando incongruencias sobre Venezuela, y… algunos van luego a presentarse y si posible vivir en Colombia.
64% de los asesinatos a líderes sociales opositores en Colombia en el 2017 ocurrieron en zonas afectadas por el conflicto armado, donde la débil presencia del estado colombiano y la lenta implementación del acuerdo de paz han permitido irrupción de grupos armados, para sustituir a la antigua guerrilla e implementar negocios ilícitos. Al desgobierno lo aplauden Trump y la derecha "representativa".