Prensa occidental, complice en los crímenes de guerra

EDITORIAL

Esta semana ocurrió la horrenda masacre de unas cincuenta víctimas entre mujeres y niños que participaban en una fiesta de bodas en Yemen, la masacre fue llevada a cabo por la fuerza aérea saudita apoyada por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.

Dos salones de festejos ubicados en la Provincia de Hajjah fueron totalmente destruidos durante los ataques aéreos. Fragmentos de cuerpos humanos fueron hallados esparcidos entre los escombros de la infernal escena.

En medio de la carnicería, los rescatistas civiles hallaron a un niño aferrado desesperadamente al cuerpo de su padre muerto. El niño se rehusó a separarse del ensangrentado cadáver de su padre, aferrándose a la esperanza que su progenitor todavía estaba vivo.

En los medios de prensa occidentales apenas se mencionó la matanza.

Sin embargo, el incidente no fue otra cosa que una masacre de civiles perpetrada por aviones de guerra sauditas, que operan con combustible y armamento suministrado por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Abominable crimen de guerra. El bombardeo de Hajjah fue solo uno más entre muchos crímenes de guerra perpetrados por el régimen saudita contra Yemen, apoyado por Occidente durante los últimos tres años.

Contrastando la indiferencia de los medios occidentales ante el sufrimiento de Yemen está la sobre saturada cobertura brindada a un incidente no verificado y fabricado –como quedó demostrado posteriormente—en Siria sobre un supuesto ataque con armamento químico en la localidad de Duma el pasado 7 de abril.

Videos de dudosa procedencia fueron exhibidos una y otra vez en los medios occidentales pretendiendo exhibir niños sufriendo debido a la exposición a químicos tóxicos en Siria.

Extrañamente, la lamentable escena de la masacre del salón de bodas yemení y el pequeño en medio de la carnicería obtuvo solo una insignificante cobertura en los medios occidentales.

Una semana después del incidente de Duma, el 14 de abril, luego de la histérica condena del gobierno sirio y de su aliada Rusia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y sus contrapartes británica y francesa ordenó una andanada de ataques misilísticos contra Siria en lo que se suponía que fuera una venganza por la supuesta atrocidad cometida en Duma.

Trump, Theresa May y Emmanuel Macron hicieron angustiosas declaraciones en torno al "sufrimiento humano" en Siria. Sobre Yemen, no dijeron nada.

Esta semana, las autoridades rusas aportaron testimonios de familias de la localidad de Duma en la sede de la Organización para la Prohibición del Armamento Químico en La Haya. Funcionarios británicos y norteamericanos los censuraron como "teatralidades" rusas sin siquiera molestarse en escuchar los testimonios.

Niños que anteriormente habían aparecido en dudosos videos publicados por los militantes en Duma, atestiguaron que ellos fueron inconscientemente instrumentalizados para un video de propaganda el 7 de abril pretendiendo demostrar que armamento químico había sido empleado. Resultó que ningún armamento químico fue empleado. Personal médico en Duma también lo confirmó.

El incidente de Duma fue indudablemente de bandera falsa. No hubo tal ataque con armamento químico. Se trató de una descarada ficción amplificada por los medios de prensa occidentales.

De manera vergonzosa, los medios de prensa occidentales esta semana dejaron caer la "historia" de Duma probablemente a la luz de las evidencias que surgieron acerca de la bandera falsa.

Pero, sobre la base de semejante truco publicitario Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña lanzaron más de cien misiles contra Siria. Los ataques aéreos dirigidos por Estados Unidos se basaron sobre una mentira. Fueron por lo tanto una grave violación del derecho internacional. Un crimen de guerra.

Los medios de prensa occidentales y su incesante e histérica cobertura del incidente de Duma, alegando que hubo un ataque con armamento químico, aparecen así como acusados de complicidad en el consiguiente y criminal ataque aéreo encabezado por Estados Unidos.

Pero, ¿dónde está la cobertura y el clamor de los medios de prensa occidentales en torno a una atrocidad verdadera perpetrada esta semana en Yemen? Como muchas otras atrocidades verdaderas que han sido perpetradas en Yemen por los ataques aéreos sauditas apoyados por Occidente, los medios de prensa occidentales actúan como cómplices para encubrir los crímenes omitiendo informar sobre los horrores.

Otra distorsionada prioridad de los medios de prensa occidentales fue la masiva cobertura que le dieron a un incidente ocurrido en Toronto donde un individuo degradado asesinó a diez peatones con una camioneta. Un crimen terrible en Toronto, sin duda alguna. Pero nada comparado con la escala de docenas de niños y mujeres que fueron sacrificados en Yemen por los aviones de guerra sauditas apoyados por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.

La casi completa ausencia informativa en torno al acto de barbarie perpetrado en Yemen, con el apoyo de gobiernos occidentales, es un ejemplo de cómo los medios de prensa occidentales operan como servicios propagandísticos.

Con razón los gobiernos occidentales se salen con la suya con semejantes crímenes en Yemen y en otras partes, cuando los medios de prensa de esos países son vergonzosamente remisos para informar sobre los crímenes de tales gobiernos occidentales y hacen responsable al agredido.

Acusar a los medios de prensa occidentales de ser remisos es quizás una crítica demasiado generosa. De hecho son cómplices en los crímenes de guerra al distorsionarlos y omitirlos deliberadamente.

Su complicidad está conformada por su arrogancia al proclamar ser un "periodismo profesional e independiente". Resulta mortificante cuando los diferentes medios occidentales de prensa de manera continua se jactan acerca de su "excelencia en el periodismo". Periodistas auto suficientes conocidos como Christiane Amanpour de la CNN o Stephen Sackur de la BBC hablan acerca de "excavar para encontrar la verdad y la comprensión" y "hablar golpeado".

¿Por qué Amanpour no está "excavando para encontrar la verdad y la comprensión" entre los escombros ensangrentados de Yemen? ¿Por qué Sackur no está "hablando golpeado" a los ministros occidentales de relaciones exteriores acerca de sus crímenes en Yemen y Siria, como groseramente intentó hacerlo recientemente con Sergey Lavrov de Rusia? No lo hacen porque son artistas de la propaganda, profusamente sobre pagados al servicio del poder imperial.

Estas personas, al igual que las organizaciones para las cuales trabajan, no son otra cosa que nauseabundos charlatanes.

Los medios occidentales de prensa son lavanderos propagandistas al servicio de sus criminales gobiernos. La distorsión de esta semana acerca de la bandera falsa en Siria y el horror en Yemen así lo demuestran.

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