El legado de Santos: violencia, drogas y más drogas

Los procesos electorales, tienen la virtud que cuando los contrincantes, siendo de la misma estirpe o clase social, participan divididos; el pueblo, puede escuchar las verdades de sus trapitos sacados al sol para relucir, más bien, deslucir, de tanto ocultamiento causado por los medios de comunicación de su propiedad. En marzo pasado, el ex presidente Andrés Pastrana, desde el Reino de España a donde acudió a recibir un premio de la Fundación Villacisneros, compartido con el ex presidente Uribe quien se excusó por su ausencia, expresó sus opiniones de la realidad política colombiana, resaltando su desacuerdo por los Acuerdo de Paz, alcanzados por el gobierno de JM Santos y las Farc-EP. Ya, para entonces, Pastrana manifestaba su apoyo al candidato de Uribe, Iván Duque, y le exhortaba a revisar dichos acuerdos y "hacer justicia con los criminales de Farc"; lo que, sin duda, no es más que un llamado a retomar la guerra. Precisada, su opinión sobre la gestión de Santos, el expresidente fue tajante: "Santos deja un legado de coca y violencia". Sentencia, que fue acogida por los medios españoles como gran titular.

En la misma línea, Fernando Londoño, ex ministro del gabinete de Álvaro Uribe, en un artículo titulado: "La Colombia que deja Santos", se permite describir para sus lectores el legado que deja el saliente presidente y Premio Nobel de la Paz, JM Santos, citemos a Londoño: "Santos deja un país nadando en coca, ahora legitimada. Sus áulicos en la Corte Constitucional le allanaron el camino con el consumo, convertido en dosis personal. Ahora acude al Congreso para que autorice la producción. Colombia es el país de la cocaína, que producen campesinos que no tienen alternativa, que consumen centenares de miles de jóvenes y niños que no pueden hacer otra cosa, envenenados por millares de jíbaros que solo acarrean en los bolsillos su dosis personal. Lo que queda va para que los grandes cárteles la vendan en los Estados Unidos, donde según Santos están los culpables del entuerto. Esa cocaína maldita es el principio y la causa de los mayores desastres. Como produce tanto dólar, no deja notar lo escasos que son los legítimos; como permite que lleguen tantas cosas baratas, de contrabando, esconde la inflación real, para felicidad del DANE y del Banco de la República; como emplea tanto bandido, tanta pobre prostituta, tanto infeliz campesino, tanto aprovechado comerciante, oculta el desempleo real, la ruina del campo colombiano, la tragedia moral de este país". Coincidencia plena, entre el uribista Londoño y el conservador Pastrana. Solo que, el uribista tiene memoria corta y en su implacable sentencia se olvida de mencionar, que su jefe político, Álvaro Uribe, siendo senador, colaboraba activamente con el Cártel de Medellín. A tal punto, que la Agencia de Inteligencia de la Defensa de EEUU, elaboró una ficha, la número 82, en la que quedó registrado como activo colaborador del Cártel y amigo personal cercano de Pablo Escobar Gaviria, el entonces más buscado narcotraficante, para consultas puede hacerlo en la siguiente referencia: https://nsarchive2.gwu.edu//NSAEBB/NSAEBB131/index.htm

Hablar de la oligarquía bogotana, es hablar de cocaína. La droga, constituye el motor fundamental de su economía. Tanto, que si hoy existen siete bases militares de EEUU en su territorio, lo hacen es, para el resguardo de las inmensas plantaciones de hojas de coca que no cesan de crecer cada año. Y, como podemos apreciar, hablar de Santos es hablar de cocaína, que no es lo mismo que hablar de coca. La relación estrecha entre los gobiernos de EEUU y Colombia, tiene ese ingrediente común. Uno, es el gran productor en el planeta, y el otro es el gran consumidor. Hablar de drogas es hablar de violencia, que viene a ser su acompañante esencial. En 2016, en los EEUU, el consumo de drogas se convertía en una de las primeras causas de mortalidad con 59 mil muertos. En 2017, el presidente Trump, declaraba la "emergencia nacional de salud pública", por la crisis de opiáceos e instó a tomar medidas para abordar esa epidemia del uso de las drogas. Las cifras, no hacen sino crecer. "Sí, la mortandad, causado por las drogas es ocho veces mayor hoy en día que en el de la ola de heroína que asoló a Estados Unidos en los 70 o que la catástrofe del crack en los 90. Ya hay centros funerarios de ciertas regiones pequeñas que alertan de que los cuerpos que entran cada día, sobrepasan sus capacidades y tienen que alquilar tráilers para apilar cadáveres. Los centros de desintoxicación no dan abasto, y no todos los seguros médicos cubren tratamientos de opioides" (La epidemia silenciosa de EEUU: las drogas matan ocho veces más personas que durante el boom de la heroína, Esther Miguel Trula, 08-06-2017).

La violencia, se constituye en el otro producto de exportación que propicia el enriquecimiento de las oligarquías de las drogas. Las pandillas de los cárteles, armadas con dinero proveniente de Estados Unidos, están causando un caos sangriento en México, El Salvador y otros países de América Latina. Sólo en México, la violencia relacionada con las drogas ha tenido un saldo de cien mil muertes desde 2006, según The New York Times. A los EEUU, lo único que le ha interesado es que la violencia que propicia la producción y comercialización de las drogas, quede fuera de sus fronteras. Por ello, estiman que un muro sería la solución ideal para aislar la sociedad estadounidense de esa violencia incontrolada que genera la lucha por el control de la distribución y comercialización de las drogas.

Venezuela, se ha constituido en un muro de dignidad frente a esa tentativa de inundar nuestro país de drogas o la utilización de nuestro territorio, como puente para su envío al Caribe, Europa o África. El Presidente Hugo Chávez, al expulsar la DEA, agencia antidroga estadounidense, lo hacía en el convencimiento de que esa agencia de EEUU, era un Cártel más, operativo en la distribución de drogas en el continente. Al efecto, contundente la sentencia del camarada Juan Grillo, director de la Oficina Nacional Antidrogas (ONA), al afirmar que desde la salida del país de la DEA, en 2005, se han incautado un total de 677 toneladas de narcóticos provenientes desde Colombia, asestándole duros golpes a las ganancias de los cárteles asociados a la oligarquía bogotana. Por eso, tanto odiaron al Comandante Hugo Chávez, y ahora al Hno. Presidente Nicolás Maduro. No les perdonan, tan millonarias pérdidas a sus haberes familiares. Por eso, agreden sin piedad al pueblo venezolano, contrabandeando sus alimentos y medicinas, hasta su moneda nacional: el Bolívar. Contando para ello, con la anuencia del gran consumidor de drogas del planeta, el gobierno de los EEUU, quien la distribuye entre su población para someterla y mantenerla abstraída de la brutal realidad estadounidense: el américa wave life. Al efecto, el investigador Daniel Estulin, en su programa "Desde la sombra" transmitido por RT, desnuda los lazos existentes entre la CIA y quien fuera el mayor narcotraficante en la historia de EEUU, Barry Seal, quien antes de ser asesinado amenazó con delatar a sus superiores. Concluyendo Estolin: "Si hubiera revelado el secreto (...) habría provocado la caída del Gobierno de Reagan-Bush".

De allí, que cuando el Hno. Presidente Nicolás Maduro lanza un alerta al pueblo venezolano y su Fuerza Armada Nacional Bolivariana, ante las pretensiones de Juan Manuel Santos de dejarle sembrada una posible guerra entre los pueblos de Colombia y Venezuela, al entrante nuevo mandatario. No podemos dejar de concluir, que viniendo de Santos, todo es posible. Su perversión como gobernante así lo permite concluir, pues firmó un Acuerdo de Paz y desde entonces, lo que hizo fue lavarse las manos ante los crecientes asesinatos de ex combatientes y líderes sociales, que divergen de su gobierno. Apenas, ha cumplido -mínimamente- con las intenciones del Acuerdo de Paz que suscribió. Aún, no cumple con la Reforma Agraria Integral, la sustitución voluntaria de los cultivos ilícitos, el desmonte del paramilitarismo. En fin, poco o casi nada hizo para que se cumplieran dichos Acuerdos.

Un ser despreciable, sin duda, que el propio pueblo colombiano se encargó de pulverizar en sus intenciones políticas de continuidad, relegando su opción política a un tercer lugar en los favoritismos populares, después de ocupar la primacía de los favores del pueblo. En pocos meses, el pueblo colombiano ni le recordará, como expresión de un gobierno que tan solo llevó desesperanza, pobreza, violencia, muertes y drogas, muchas drogas, como nunca antes en la historia de Colombia. Tantas, que hasta el propio cártel de la DEA tuvo que hacerle un llamado de atención, al cuadruplicar su producción en tan solo dos años, 2014-2016, mencionándola en su informe anual: "…los estimados preliminares sobre cultivos de coca y producción de cocaína indican un dramático incremento en cultivos y producción". Hecho, que obligó al cártel de la DEA a reconocer, por primera vez en la historia de informes anuales, que: "La disponibilidad y el uso de cocaína en los Estados Unidos se están recuperando, alcanzan o sobrepasan los niveles de referencia de 2007. Además, el cultivo y la producción de cocaína en Colombia, la principal fuente de suministro de cocaína en los Estados Unidos, parece seguir aumentando". En resumidas cuentas, creció el consumo de cocaína en EEUU, tras el incremento de la producción de drogas en Colombia. No obstante, el problema para ambos gobiernos no es ese sino Venezuela, la Revolución Bolivariana y su posible expansión, como expresión de que otro mundo es posible, libre de drogas, violencia y fraudes a la Democracia de nuestros pueblos.

Qué diría Alfred Nobel, si viviera, y se enterara de los crímenes atroces que en su nombre y bajo su estandarte, ha realizado éste siniestro personaje, cuyo único aporte en maleficio de la humanidad no ha sido otro sino producir drogas y más drogas, fuente originaria de la muerte de millones de seres humanos en nuestro golpeado planeta…



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Henry Escalante


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