Observo la cobertura que hacen medios internacionales acerca de las protestas de la derecha nicaraguense, durante varias semanas de violencia callejera, obvia similitud con acontecimientos de días tensos en Venezuela en 2017. La mediocracia mediocre prosternada a planes homicidas del copete loco Mr “Rico Mc. Pato” Donald Trump, vende al mundo triquiñuelas con respecto al proceso antiimperialista bolivariano que gana elecciones y si pierde lo reconoce gallardamente. El capitalismo salvaje desinformativo, no puede esconder que noticia con disimulo hechos de manifestantes contrarrevolucionarios de Nicaragua y en la Revolución Bolivariana. La prensa opositora deforma, manipula o ignora descaradamente, incidencias criminales y represivas suscitadas casi a diario en: Argentina, Brasil, Colombia y México, donde hay gobernantes vasallos de EE UU.
Por el contrario en naciones donde por votos va a la primera magistratura un dirigente socialista, casos de Fernando Lugo, Evo Morales, Nicolás Maduro, Daniel Ortega o Rafael Correa, redactan noticias si se trata de orden público, presentándolas cual “dictatorial represión a pacíficos manifestantes...”. La distracción prostituye el periodismo, aunque permite dejar a la vista la diferencia manipuladora al noticiar hechos en la democracia representativa. Notable que resulta más libre, veraz, oportuna y justa la información en administraciones socialistas electas, que en mal llamadas “democracias representativas”, con abusos y celestinaje del capitalismo salvaje, en gobiernos obedientes al pitiyanquismo protector de excesos por fuerzas policiales y militares, en represión masiva contra estudiantes, trabajadores y obreros, sin respetar edad, sexo o condición social, algo que no sucede en Venezuela socialista, salvo que se castiguen delitos contra la propiedad, quema de transportes, animales y personas, vivos o asesinatos planificados.
Sin menoscabo de la seriedad que exige la comunicación social, lo descrito desnuda la verdad sobre falsos demócratas justificados por la OEA, ONU, Unión Europea, asociaciones laborales o partidistas social demócratas y socialcristianas, que para nada mencionan y menos condenan el golpe parlamentario que expulsó a Dilma Rousef en Brasil, el secuestro militar del Presidente hondureño Zelaya, la defenestración del Obispo Presidente Lugo en Paraguay, ni las componendas para impedir a Lula y Correa ser electos Presidentes, fabricándoles delitos. No mencionan los femicidios en México, pero les “preocupa” Venezuela. Un asco “representativo”, ese plan hemorrágico-carroñero, por cuanto utilizan el derramamiento de sangre y las muertes, como campaña electoral.