Después de 16 años de haber sido desalojado del poder por vía electoral, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), teniendo como líderes históricos a Daniel Ortega y Tomas Borges, recupera el poder por la misma vía que lo perdió, esto significa, y consolida las tesis de “represión retarda la historia (triunfo del socialismo), mas no impide su triunfo”, y Ronald Reagan, Presidente que inauguró la era neofascista en Norteamérica, perdió la guerra en Centroamérica.
Quines abrimos los ojos a la política en la década de los 70, nuestras primeras consignas de batalla fueron para emular el triunfo de la revolución sandinista el 19 de julio de 1979, vimos como una férrea dictadura auspiciada por Washington era derrumbada por las fuerzas de las armas de un pueblo pequeño y pobre pero corajudo y con mucha moral y sentido de patria, pero inmediatamente vimos como la gran superpotencia del norte con uno de sus Presidentes que ha representado al corporatismo de la guerra que inicio la era neofascista gringa, como lo fue Ronald Reagan se ensañó criminal y sádicamente en contra de ese pobre pueblo hermano centroamericano.
La tesis del paramilitarismo (Terrorismo), que luego se usaría en los 90 y lo que va del siglo 21 en Colombia, México y el medio oriente, se sometieron a prueba en la Nicaragua Sandinista y en El Salvador, consistente en usar grupos de mercenarios contratados a fin de efectuar el trabajo sucio que no quiere hacer el gobierno y su ejercito regular (Asesinar poblaciones enteras que apoyan las fuerzas rebeldes, mutilar bestialmente lideres sociales con miras de sembrar el terror y buscar su desplazamiento, acciones terroristas de sabotaje en contra de la economía, torturar, saquear, realizar acciones delictuales como secuestros, vacunas, apropiaciones de propiedades, etc., etc., como formula de combatir a los insurgentes), estos mercenarios reclutados entre las capas pobres de la población, son entrenados por excombatientes gringos de Vietnam o aliados de estos, quienes los enseñan a asesinar sin compasión, en operaciones denominadas por la jerga del Pentágono como “encubiertas”; a estos terroristas, en Centroamérica se les denominó “contras”, en Colombia y México se les llama paramilitares y en el medio oriente “contratistas”; pero todos forman parte de la misma estrategia del Pentágono de “guerra de baja intensidad” o mejor dicho guerra sucia.
No solo fue el accionar de la contra-terrorista auspiciada por Washington la que hizo sabotaje económico y sembró de muerte al pueblo Nica sino también toda una monstruosa campaña mediática, encabezada por el propio Ronald Reagan que incluyeron los celebres bloqueos comerciales, al estilo Cuba, y los aislamiento por intermedio de la OEA, vil instrumento imperial para subyugar a los pueblos de América-Latina y el Caribe; el Frente Sandinista después de 10 años de estas brutales agresiones tuvo que ceder y verse obligado a perder unas elecciones amañadas y tuteladas por la OEA.
Después de 16 años de oprobio y sembrar en América Latina regimenes títeres que han implantado la dictadura del neoliberalismo, vemos como nuestro continente se levanta en contra del Imperio, como verdadero gigante adormecido y empieza a deslastrarse del yugo yanqui; y la ultima prueba de este despertar Americano, Bolivariano y ahora Sandinista es la Nicaragua invadida y sometida por Ronald Reagan en los 80.
El triunfo de Daniel Ortega, 16 años después de haber sido desalojado del poder, refuerza la tesis de que los imperios con sus invasiones e imposiciones de gorilas títeres para oprimir a los pueblos de nuestra América, lo que hace es retardar la llegada del socialismo, pero es eso nada mas, retardar, mas nunca impedir.
Podemos hoy gritar a los cuatro vientos que RONALD REAGAN PERDIÓ LA GUERRA EN CENTRO AMERICA.