El término apartheid significa en el idioma afrikáans, condición de estar separados, de los antiguos colonos holandeses y más adelante de los ingleses, los nativos de ese país que no descendieran de aquellos pueblos. Fue así como gobernantes perversos designaron políticas raciales y discriminatorias; fueron personas de gobiernos nacionales pero venidos de otros continentes y que sucedíó abiertamente en Sudáfrica. Esta separación en Sudáfrica entre los habitantes por razas, se fue consolidando progresivamente a través de una serie de leyes promulgadas por Daniel Malan. Daniel Francois Malan en 1905 fue ordenado sacerdote de la iglesia Nederlandse Hervormde Kerk y en 1948 fue Primer Ministro de Sudáfrica. Bajo su gobierno se empezó a implementar las políticas del apartheid y entre otras cosas prohibían los matrimonios mixtos y las relaciones sexuales interraciales, separaban a los grupos raciales (blancos, negros, indios y mestizos) en las unidades de transporte público, en los centros sanitarios, en los lugares de ocio y escuelas, etc. Y, finalmente, en 1950 obliga a vivir a los blancos y a los nativos negros en zonas prefijadas a cada uno mediante la ordenanza que se llamó Groupe Action Act. El apartheid se convierte así en el prototipo de la discriminación racista. Desde 1952 la Asamblea General de las Naciones Unidas condenó anualmente el apartheid por contravenir los artículos 55 y 56 de la Carta de las Naciones Unidas. En 1966, otra Asamblea General de la O.N.U. declaró al apartheid crimen contra la humanidad sin resultado alguno. La Declaración prohibiendo el Apartheid fue aprobada por la Asamblea General de la O.N.U. el 30 de noviembre de 1973 por los representantes de los gobiernos de 91 naciones contra 4 votos en contra, esos cuatros votos fueron emitidos por los representantes de los gobiernos de los Estados Unidos de América, Portugal, el Reino Unido y Sudáfrica. Dicha Declaración condenaba los actos inhumanos cometidos con el fin de instituir y mantener la dominación de un grupo racial de personas sobre cualquier otro grupo racial y de oprimirlo sistemáticamente. Solo se pudo considerar el fin del Apartheid en Sudáfrica cuando el partido político Congreso Nacional Africano presidido por Nelson Rolihlahla Mandela ganó las elecciones presidenciales en 1993; Mandela mandó entre los años de 1994 al 1999.
La práctica de la política del Apartheid, como anteriormente se conocía. comienza de ahora a cambiar un poco utilizando un modo más sofisticad, tecnológico y mediático, pero ya extendido al mundo entero y es cuando el 7 de octubre de 2001 con la Operación Libertad Duradera del Ejército estadounidense y la Operación Herrick de las tropas británicas, son lanzadas para invadir y ocupar el país asiático e imponer en aquella nació un Apartheid moderno. La invasión militar y bélica se desata por la acusación de que fueron ellos los culpables de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, de los que este país culpó directamente a Osama bin Laden. Para iniciar la invasión, Estados Unidos se amparó en una interpretación peculiar de la Carta de las Naciones Unidas relativo al derecho a la legítima defensa. Y el mayor descaro ocurre cuando los Estados Unidos aducen habían sido acompañadas por otras fuerzas militares, Francia y España, en los ataques y bombardeos a la República de Irak, cuando que en verdad ni una solo unidad marítima, aérea o terrestre participó en algún enfrentamiento contra las fuerzas armadas de Irak.
No. No, la política del Apartheid no es ahora local, regional o nacional, el Apartheid es actualmente mundial y está en plena vigencia liderada por los gobernantes inescrupulosos de los Estados Unidos. Estados Unidos con su poder financiero y bélico que posee se cree con derecho a imponer su política, lo que ello entiende por política democrática y en verdad es una política de dictadura basada en el dinero, el poder bélico y sobre todo el comunicacional. Fíjese como pasó por debajo de la mesa la mentira que hubiera reventado a cualquier otro gobierno en el mundo, fue aquella u provoca el ataque al pueblo de Irak aduciendo que su gobierno poseía armas ofensivas y representaba tremendo peligro para la seguridad de los Estados Unidos, y por más que las mismas comisiones de inspectores que revisaron por varias veces el territorio y con todos los medios tecnológicos para encontrarlas, tuvieron que en varias ocasiones negar de que las hubiera; además de que la misma Organización de los Naciones Unidas no le concediera el permiso para hacerlo; y hasta el Papa maldijera al mandatario estadounidense si se atrevía a bombardear a Irak. Como la burla más escandalosa jamás producida a Institución Internacional en el planeta, a sus técnicos en captar la presencia de armas ofensivas y haciendo caso omiso a la maldición papal. Según el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, las razones para la invasión eran desarmar a Irak de armas de destrucción masiva (ADM) las cuales nunca llegaron a encontrarse, ni su existencia quedó demostrada, para poner fin al apoyo brindado por Saddam Hussein al terrorismo, y lograr la libertad del pueblo iraquí. Aquel conflicto comenzó el jueves 20 de marzo de 2003 y todavía para 2018 no ha terminado. Fue la socarronería más exagerada de Mr. Bush, que no le importó disimular de su error, y no se ocupó de mandar a colocar algunos misiles; para después decir que en vedad si existieron tales armas.