Entre los comunicadores sociales que he admirado y no miento al decir que han inspirado mi larga actividad radial que data de 1964, cuento a Walter Martínez, entre los de muchísima influencia profesional. Lo conocí justo cuando llegó a Venezuela procedente de su Uruguay natal, y compartimos algo más que labores, pues fuimos vecinos a escasa media cuadra su residencia de la mía. Cuando Walter ha dicho y repite que la vecina Colombia por decisión de Presidentes traidores, "se ha bajado los pantalones al entregarle bases militares a EE UU, territorios donde la ley colombiana no puede juzgar a los gringos,", le he dado toda la razón.
Traigo el detalle pues es parte del título escogido para el presente comentario de opinión. Colombia tiene la más alta depreciación de su moneda desde el año 2016, pero sus problemas de toda índole pretende taparlos el Presidente de turno al manifestarse preocupado por Venezuela, y venderse a las intenciones intervencionistas de Washington. En este aspecto son similares las situaciones que con sus respectivas monedas, están sufriendo argentinos, brasileros y peruanos, guiados por corruptos Jefes de Estado que lideran el cartel del llamado "Grupo de Lima", punta de lanza de Donald Trump para recuperar el vasallaje venezolano adecopeyeco, anterior a la llegada de la revolución bolivariana socialista.
No hay lógica en actitudes neocolonialistas y pérdida de soberanía patria en naciones donde el colectivo es convencido mediante propaganda política de marketing publicitario, aceptando golpes parlamentarios en Brasil, o eligiendo pitiyanquis asquerosos al estilo del argentino Macri. El troglodita Bolsonaro en Brasil, es un nazi confeso y puede ser electo Presidente. Así los brasileros se entregarían a Trump, pues el Bolsonaro ha confesado su admiración por dictaduras fascistas gringobedientes e incondicionales.