"Al pueblo hay que protegerlo y no castigarlo con medidas de excepción, el descontento, falta de expectativas, indiferencia de las autoridades y promesas incumplidas, millonarios escándalos de corrupción de grandes empresas de políticos, incluso militares e integrantes de cuerpos policiales". No se trata de Venezuela y quien relata esta advertencia es figura mundial de reconocida honestidad, hablando de Chile donde tienen 30 años convenciéndonos de "representar", una falsamente exitosa democracia del capital, que en realidad ostenta un capitalismo engañoso y fraudulento.
Por mi edad viví completa aunque de lejos, la dictadura del General homicida fascista Augusto Pinochet, chileno perverso y asesino, creador de las consecuencias que hoy vive el pueblo austral, único en el mundo sostenido por una Constitución hecha en dictadura militar salvaje. La simple protesta estudiantil por el alza en el billete del metro, severamente reprimida policial y militarmente, encendió la rabia, la ira acumulada por chilenas y chilenos. Una medida política ordenada por el gobierno del empresario Sebastián Piñera, a quien le reventó en la cara la actual multitudinaria rebelión, a pocos días de haber dicho "Chile es un oasis".
En 1973 vi la caída de Allende y la unidad socialista, bombardeo al Palacio Presidencial por militares gorilas entrenados en USA, represión, torturas y muerte de adversarios de toda edad. Las dictaduras alcahueteadas por el mercantilismo pitiyanqui, se burlaron de la democracia y mintieron al ejecutarla. A tres décadas el pueblo chileno y el ecuatoriano responden con altivez de nuestra pachamama indígena, junto a republicanos con ancestros de diversas partes del mundo, en repudio al neo nazi, al Hitler Siglo XXI nacido en EE UU, gorila blanco de pensamiento depredador belicista.
El chileno Piñera evoca desesperado a su admirado Pinochet, gritando "estamos en guerra", desmentido por la paz que invocan millones de chilenos en anchas alamedas, pronóstico del médico comunista luchador insigne Salvador Allende Goosens, defenestrado por defender al pueblo chileno y latinoamericano. La batalla internacional de izquierda es por la vigencia del significado de la palabra democracia, nacida en Grecia, poder del pueblo. ¿Quiénes violan derechos humanos en este siglo XXI? Juzgue usted, como lo hizo el Juez español Baltasar Garzón, que inspiró esta reacción.
Garzón sostiene que debajo del "milagro" económico chileno, el modelo de desarrollo esconde el récord de ser Chile uno de los 15 países más desiguales del mundo en ingreso a ricos y pobres. Cifras macroeconómicas de crecimiento por décadas, basadas en el sacrificio paulatino, constante empobrecimiento y endeudamiento de la inmensa mayoría, servicios públicos de mala calidad a fin de privatizarlos, planes nuevos pensados para la gente de escasos recursos en forma despreciativa clasista. Quien quiera acceder en Chile a servicios eficientes de educación, sanidad, pensiones, transporte, luz, gas, agua, pensiones, etc., debe pagar irremediablemente a costa de su sacrificio de vida.
Los ricos cobran y abusan, en el devenir de la humanidad se justifica que bodeguero, comerciante, empresario o industrial no pierda pues de lo contrario quebraría. Lo que no tienen es derecho a abusar y servirse de la política en el capitalismo demócrata representativo, para corromper y corromperse. Latinoamérica rechaza el desastre de su proceder y vota en contra de ellos: Macri, Piñera, Lenin por su familia, Martinelli, Kuczynski, o quienes ya guindan: Uribe, Santos y Bolsonaro, Hay más y son supuestamente "representativos".
