Simplemente milicos latinoamericanos

Una sociedad madura, con instituciones respetadas y respetables, con equilibrios de poder deberá tener a los militares en los cuarteles a donde pertenecen, la civilidad está divorciada del orden que rige en los espacios militares y donde la palabra es pedida o concedida y donde la voz de un capitán tiene más peso que el sentido común o la palabra de 10, 20, 30 soldados, sargentos o tenientes son milicos y a más de uno de estos les molesta, indigna, confunde ser tratados por un civil en igualdad de condiciones. Latinoamérica tiene una tenebrosa experiencia cuando de pronunciamientos militares se trata y los pronunciamientos militares que son aplaudidos y al pasar del tiempo son recordados con dolor y vergüenza. Lo mismo Franco, Pinochet, Videla, Padrino o Kaliman todos son parte de una formación donde ellos se perciben como herederos culturales, emocionales, afectivos de aquellos ejércitos guerrilleros del siglo XIX que lucharon contra España y lograron nuestra independencia.

Para nadie está de más ver como algunos militares fanáticos de Bolivia hoy sacan a relucir imágenes de sus ídolos cristianos, esa necrofilia religiosa que lleva una cruz con un hombre fijado en ella, esto se me parece tanto a los días de Hugo Chávez enfermo donde perdiendo todo sentido de laicidad y en cadena nacional de radio y televisión aparecía dando o pidiendo vida para seguir gobernando. Para algunos la visión de que salgan con sus cruces los militares bolivianos es terrible olvidando que también fue terrible y un dramático espectáculo una oración en cadena nacional cuando siempre hemos creído que la con alguna entidad religiosa generalmente es un acto íntimo, si esta es personal y no una manifestación pública de fe, fiesta patronal o conmemoración, las ordenes de los milicos bolivianos que le informan a un presidente en funciones como deberá actuar es muy parecido a lo que hoy ocurre en Venezuela y ayer ocurría en Argentina: https://www.pagina12.com.ar/230129-golpe-en-bolivia-como-avanzo-el-intento-de-derrocar-a-evo-mo

Lo cierto es que Evo tuvo una administración exitosa y su éxito en lo económico y social se descarriló al momento de seguir manteniendo el gobierno en sus manos, rompió con lo ético y aunque lo legal quedó intacto su reelección dejo de tener forma o cierta elegancia y parafraseando a un político mexicano cuando decía "En política la forma es el fondo" Evo se pasó por el arco del triunfo lo agotado de su imagen y el conflicto comenzó a crecer como bola de nieve, la suspicacia se levantó al paralizar por horas la información electoral. Claro que hubo un Golpe de Estado y lo rechazamos y si Maduro rechaza los golpes de Estado no haría apología de un golpe de Estado ocurrido en Venezuela y encabezado por Hugo Chávez, sí eso de celebrar el 4 de febrero es igual que cuando Pinochet festejaba el 11 de septiembre.

La batalla por Bolivia y el golpe contra un presidente en funciones aún no termina ya comienza la campaña de terror, de acoso y persecución y los grupos de choque bolivianos y los grupos de choque de la derecha boliviana que son gemelos de los colectivos armados de Maduro y es que hay más parecido entre Fernando Camacho y Diosdado Cabello de lo que podamos imaginar. Es una batalla de los milicos contra organizaciones obreras, estudiantiles, políticas, gremiales, artísticas. Nada tiene que la victoria contra el hambre que Evo llevo exitosamente y que convirtió a una nación empobrecida en una nación con abundancia en sus mesas (pero no solo de pan vive el hombre) que la batalla donde el hambre ha sido la aliada del PSUV para mantener el poder.

Vienen tiempos intensos para Bolivia no veo cercano el reconocimiento de un gobierno de facto, la OEA se desentiende de los milicos y de los civiles que arbitrariamente destruyen y queman y es que no puedo apoyar la destrucción de bienes e inmuebles en Bolivia y apoyar la destrucción de bienes e inmuebles en Chile, ambas cosas a mi parecer son negativas para el país del día siguiente.

La experiencia nos indica que los milicos, si todos los milicos en Latinoamérica deben estar destinados a sus labores habituales, la participación política de los ejércitos hace que los civiles desarmados solo seamos alfiles en los juegos de los hijos de Marte, muy difícil es llegar a acuerdos y no a imposiciones con un hombre armado, generalmente se impone el calibre del arma que siempre es más letal que alguna consigna por hiriente que esta sea.

A mí las voces de mando me aburren, me cansan, me ladillan y lo malo es que a veces debemos soportar como civiles la voz de algún sargento o capitancito de probeta en Chile, Argentina, Nicaragua o Venezuela diría mi padre "el militar que no es golpista casi siempre sueña con serlo"

Si algo demostró Evo fue el éxito económico de un gobierno civil y si algo demostró Nicolás fue es desastre económico de un gobierno dirigido por los hijos de Marte. Ya vienen los milicos a dirigir Bolivia y sabemos por experiencia que será una bienvenida al desastre político, económico, social.



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Yuri Valecillo


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