Crítica ácida

Andá Jeanine mandá a que se asesine

No pensó el gran jefe indio de la Pachamama boliviana Evo Morales, que militares y civiles de la ultra derecha en su amada patria, no iban a respetar la ancestral responsabilidad al ser humano, vecino, pariente o hermano, que caracteriza al pueblo indígena. Evo no debió confiar en que individuos formados en la Escuela de Las Américas en Panamá y EE UU, preparados cual asesinos de sus pueblos con el pretexto de combatir al comunismo, al dejarlos activos en mandos castrenses, iban a acatar la ley.

Con muy buena intención y para evitar guerra civil provocada por racistas del eterno complejo antindígena, como respuesta surgió visible el disgusto de familias castrenses y de la oligarquía, que antes de Morales negociaban las riquezas de la Pachamama. Incendios ya previstos a locales electorales, confesos por la ultra derecha en grabaciones, evidencian el engaño a Evo quien llamó a la OEA a repetir elecciones. El Presidente no autorizó nuevos comicios por justificar ningún fraude, sino para impedir la continuidad de la masacre organizada por los ricos.

La reacción de obreros mineros y trabajadores de la coca, poderosos sindicatos que han obligado a largarse a Presidentes obsecuentes a los gringos, ha sido noble. La barbarie homicida del gobierno de facto masacrando manifestantes, estaba descaradamente prevista a fin de encumbrar asesinos de la calaña de Jeanine Añez Chávez, la autojuramentada "catira", similar de vasalla al guaidiota venezolano de la autojuramentación callejera.

Jeanine firma y así estará en la basura política de la historia, una carta justificando que policías y militares asesinen manifestantes y no serán juzgados, lo asegura Evo Morales advirtiendo que ella firma "una carta blanca de impunidad para masacrar al pueblo". Desde su exilio en México el hermano Evo en defensa de la legalidad y soberanía de su Bolivia amada, afirma que el decreto emitido, exime a las Fuerzas Armadas de responsabilidades penales, legalizando la brutal represión a las protestas en solicitud de retorno a la democracia socialista.

Las exigencias en las calles las hacen poderosas mayorías organizadas, víctimas de sangrienta represión, marchas multitudinarias que ocultan medios de agitación social vendidos al corporativismo comunicacional salvaje. No puede ser que la decencia de una democracia auténtica, acepte a quienes encubren el maltrato a sus pueblos con gobiernos derechistas pitiyanquis, y que sus acciones homicidas dejen luto y heridos, algunos incapacitados de por vida.

Estoy con quienes se niegan a respaldar maniobras jurídicas y parlamentarias con tal de volver nuestras comunidades al abyecto redil de la geopolítica capitalista salvaje, la que nos hizo esclavos, en Venezuela robó hasta 1999 y ahora nos despoja de bienes y recursos naturales, cumpliendo órdenes de extranjeros. Me declaro orgulloso socialista, antiimperialista y bolivariano como el Comandante Hugo Chávez y el modelo de su legado. Leer a Bolívar y a Simón Rodríguez, te dará fuerza moral y conocimientos históricos.



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Luis Sánchez Ibarra


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