Crítica ácida

Neoliberalismo impulsa respuestas justas

"Si el hambre es ley, la rebelión es justicia", un grafiti escrito por estudiantes colombianos que se unieron al paro nacional contra la política neoliberal de Iván Duque, y la ultra derecha fascistoide que no solo se ha entregado a una potencia extranjera, autorizando bases militares en territorio colombiano, sino que se presta a ser base de intervenciones a Venezuela.

No solo estudiantes, sino obreros, empleados, campesinos, trabajadores y funcionarios, han rechazado el capitalismo salvaje de las políticas neoliberales impulsadas por gobiernos colombianos, exigiéndoles respeto a la vida y las garantías de participación política, sin asesinato de opositores. Porque en Colombia las administraciones de Uribe, Santos y Duque han boicoteado e incumplido hasta los Acuerdos de Paz,

La protesta del 21 de Noviembre en toda Colombia con manifestaciones multitudinarias, rechaza los asentamientos de grupos paramilitares y el empoderamiento de carteles mexicanos en producción de coca; estableciendo la sistematicidad de asesinatos a líderes sociales y políticos. Frente a la situación nada dice la Sra Bachelet a quien desde la ONU le preocupa es, adivina adivinador, Venezuela.

A la CIDH Comisión Interamericana de Derechos Humanos no le mortifica el incumplimiento del Ejecutivo colombiano a los estudiantes universitarios en sus demandas de gratuidad y cupos, se hacen de la vista gorda en cuanto a las manifestaciones populares que al unísono reclaman reivindicación de derechos, protestando a un presidente alejado de la realidad del pueblo, y que le contestó a un periodista con una imprudente frase interrogativa "De qué me hablas viejo", mientras corría hacia su automóvil, perseguido por un rosario de mentadas, no precisamente de menta, y reitero que no estoy de acuerdo con el lenguaje político vulgar.

Sin embargo grito ¡Carajo Carajo!, por mucho que oculten las concentraciones del 21 de Noviembre en Cali, Medellín, Bogotá, Cartagena y otras ciudades, las masivas protestas de diferentes clases sociales son reflejo del enfurecimiento al saber que asesinaron 18 niños en un bombardeo, tres de ellos perseguidos y rematados con tiros en la nuca, las masacres a indígenas y campesinos, la continuidad de homicidios a luchadores sociales, que ya no pueden hacerlos falsos positivos, ni manipularlos como noticias, o desaparecerlos de los medios, lo digo desde Venezuela socialista y en histórica paz.



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Luis Sánchez Ibarra


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