Reivindicamos nuestra deuda histórica con la hermana República de Haití, primera gesta triunfante de sectores oprimidos en la historia de la humanidad, ni Espartaco logro concretar su anhelado triunfo, y mucho antes que la “Comuna de Paris” y su efímera existencia. Fue en nuestra América donde un Pueblo esclavizado y oprimido cristaliza una revolución triunfante y declara su independencia un primero de enero de 1804 el patriota Dessalines en la planicie de Gonaoves, culminando la tarea inicia por Toussaint (el iniciador) y los Jacobinos Negros desde 1791. Pero la libertad de los oprimidos nunca es grata para los opresores, y todas las fuerzas se desatan contra los patriotas negros, la santa alianza bloquea y hostiga, todos quieren ponerle la mano a la perla del Caribe.
La libertad nunca ha sido gratuita para ningún oprimido, los haitianos compran la suya, ciento cincuenta (150) millones de francos, impone Francia a los insurrectos, para cesar el bloqueo y la intervención (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia), iniciando un camino tortuoso como república independiente y soberana. Deuda que tardaría más cien años en cancelar, sin que fuese impedimento, para que su influjo libertario, irradiara por todo el continente, inspirando las rebeliones y dando esperanzas a todos los esclavos desde el Rio Bravo hasta la Paganía. La impronta revolucionaria de los Jacobinos Negros está presente en la gesta de nuestro padre Simón Bolívar, donde adquiere su basamento de rebelión popular, con esclavos y campesinos en pos de la libertad, transformándose en sujetos y actores de la independencia americana; muy a pesar de las oligarquías mantuanas, que logran torcer y desvirtuar el proyecto Bolivariano.
Al ultrajé histórico se ha sumado la tragedia natural, este pasado doce de enero se cumplió una década del terrible terremoto que azoto Haití, en 2010, toda una tragedia, algunos datos: siete (7°) grados en la escala de Richter, trecientas mil (300 000) víctimas fatales, un millón trecientos mil (1 300 000) desplazados. La ayuda internacional nunca llego, según lo planeado, se sumó la corrupción interna y el show internacional. La Misión de Estabilización de la ONU en Haití, fue una estafa, los militares de Chile y otros países, cambiaron sexo por comida (29 casos comprobados), llevaron la epidemia de cólera, La Fundación “Bill Clinton” vendía los niños haitianos.
Cabe resaltar el afecto y respaldo que la Revolución Bolivariana y de nuestro comandante Hugo Chávez manifestó y concreto por la tragedia de Haití, en el año 2008, la incorpora al programa de PetroCaribe, fuera de la ayuda material y humana que, junto con la república de Cuba, aun hoy continua. La oligarquía enquistada en el poder ha dilapidado, cuantiosos recursos de la ayuda humanitaria, solo de PetroCaribe se calcula la perdida de dos mil millones de dólares (2 000 M/$), datos del Tribunal Superior de Cuentas de Haití.
El presidente actual Jovenel Moise, es parte de la trama de corrupción, desde su llegada al poder en 2017, no ha cumplido con ningún programa que mitigue ni contenga la calamitosa situación, del sesenta por ciento (60 %) de pobreza extrema y un cuarto (1/4) de ese porcentaje vive con menos de un dólar diario. Todo esto bajo un silencio cómplice de la comunidad internacional que ve con indiferencia, como ante tal situación se aplica un paquetazo del Fondo Monetario Internacional (FMI), a sangre y fuego, contra un pueblo sufrido e indefenso.
Los sectores populares de Haití están en la calle y en resistencia, ya van setenta (70) víctimas fatales de las protestas en la capital Puerto Príncipe y otras ciudades, el aislamiento político y mediático oculta de manera premeditada la situación de la hermana República de Haití. La Historia y el capitalismo continúan cobrándole al pueblo haitiano la osadía de ser libres. Hoy Haití y nuestro Jacobinos Negros requieren de la solidaridad militante de los Pueblo de la Patria Nuestro americana que gracias a su aporte hoy existe. No la dejemos sola. Haití es la madre Patria.
@XenonSerrano33
