El fantasma de Vietnam los atrapó en Afganistán

Un nuevo y estruendoso fracaso de una Superpotencia, ahora en el Siglo XXI, es la única manera de calificar la salida aparatosa de los Estados Unidos del territorio afgano, dejando como huella una estela de billonarios gastos económicos, vidas humanas de ambos lados y cicatrices en la vida de ese país, que sólo el paso de los años podrán borrar, si no es que tienen en mente nuevas aventuras en esa región o en otras partes del mundo.

Pudimos observar a través de medios internacionales la desbandada de las tropas norteamericanas colocando perímetros de protección en el Aeropuerto de Kabul, para evacuar sus interventores, soldados, militares de mando, agentes de la CIA, supuestos contratistas y a miles de personas que utilizaban en esta aventura frustrada, muchas de ellas formadas como terroristas, reconocido incluso por la señora Hilary Clinton, para controlar y dominar al pueblo de Afganistán y utilizarlos también contra Rusia (El caso Bin Laden está documentado al respecto)..

Llegaron al extremo del desespero, al disparar contra sus propios seguidores que allí se agolparon para que se les brindara cobijo y protección por el servicio prestado a las tropas del ejército invasor. Así le pagaron a sus propios colaboradores a quienes ahora, regaran por todo el mundo y mantendrán algunos en su territorio para ser utilizados y adiestrados en las próximas aventuras que se le ocurran a los sectores guerreristas de los Estados Unidos.

Billones de dólares gastados, miles de muertos en los diferentes bandos, con la peor parte para los defensores de Afganistán, torturados, familias destruidas, infraestructura bombardeada y todas las lamentables y terribles consecuencias que se generan por la intervención de una potencia contra cualquier pueblo, al que buscan dominar por razones geopolíticas o el robo de sus recursos naturales, que previamente han inventariado (En el Caso de Afganistán: Petróleo, Amapola, y Litio). Por cierto, que según los organismos especializados en la materia, la producción de Opio durante el lapso de intervención, 20 años, se triplico, lo que resulta altamente sospechoso, porque en Colombia donde Estados Unidos mantiene siete bases militares e influencia notoria en el gobierno de Iván Duque, la producción de Cocaína, también tiene cifras records de acuerdo a la estimación de los órganos especializados (¿Pura coincidencia? ¿Países Lavadoras?).

La estampida de la tropas norteamericanas, de Afganistán a pesar de los grandes recursos utilizados, de su alta tecnología armamentística, bajo la mirada incrédula y cómplice de la Unión Europea, nos trae a la memoria, la derrota que recibieron en Vietnam y las mismas escenas de Saigón en esa época, mutatis mutandi, gracias a la constancia, gallardía y tenacidad del pueblo vietnamita, quien expulsó también de su territorio a los franceses en la batalla de Dien Bien Phu.

Las escenas en el Aeropuerto de Kabul, cual fantasma redivivo, nos recordaron la retiradas vergonzosa de las tropas interventoras norteamericanas en Vietnam, cuando por medio de la Ofensiva del Tet, fueron acorralados por el Ejército de Vietnam del Norte y los guerrilleros del Vietcong. Viéndose obligados a volver humillados a su país, donde por cierto, fueron rechazados por la propia sociedad norteamericana, que nunca comprendió ni le vio sentido a esta guerra, produciendo una generación de ex combatientes frustrados, traumatizados y que despertó olas de protesta de los jóvenes contra la guerra de Vietnam, en los Estados Unidos y en todo el Mundo. Pero ya están tratando de remedar lo mismo que pretendieron hacer con la derrota en Vietnam, disfrazarla, minimizarla, ya empiezan a levantar bulos, descalificando al movimiento Talibán, demonizándolos, descalificándolos, para tapar sus propios errores y la espantosa realidad que dejaron luego de veinte años de intervención militar.

Es muy probable que ya el aparataje hollywoodense, este siendo aceitado para maquillar la derrota y a través, de la cinematografía, convertir la derrota en victoria, como pretendieron hacerlo con la derrota en Vietnam. Ya saldrá Biden, abrazando niños y mujeres afganas, diciendo que ellos nunca pretendieron dominar a Afganistán sino, adecentarlos, liberar al mundo del terrorismo y salvar al mundo libre, como el slogan de Súperman y de todos los Súper héroes que luchan por la Libertad y el modo de vida americanos (American Wife of Life), tan cacareado y otras supercherías que ellos usan para engatusar a los pueblos.

Está por verse, en que nueva aventura, meterán ahora, a los miles de soldados que quedaron desempleados y sin oficio y sobre esto es importante alertar al mundo. Pero lo cierto es que nadie podrá quitarles el signo de la derrota, no podrán zafarse, como se dice en criollo, de los tablazos por la cabeza y del FANTASMA DE VIETNAM, CUAL ESPANTO DE CAROTA ÑEMA Y TAJA, QUE LOS ATRAPÓ EN AFGANISTAN.



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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