Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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*/Si el papel de Estados Unidos es continuar financiando a los militares ucranianos sin que verdaderamente desee negociar la paz, entonces todas las conversaciones de paz son solo una estupidez/*
Anthony Blinken se siente incómodo en el podio mientras pronuncia un largo discurso en la OTAN mientras la guerra en Ucrania continúa y la respuesta de Occidente no solo sigue confundiendo al dirigente ucraniano sino también a la mayoría de las personas que están luchando por comprender cómo la guerra ha llegado hasta donde está actualmente, con las últimas masacres impresionando al mundo.
Lo que Blinken no mencionó fue lo que sucedió ese mismo día en el año 1994 que marcó el inicio del Genocidio de Rwanda – colosal falla tanto de la ONU como de la OTAN. Blinken si se refirió acerca de la decisión de la ONU de suspender a Rusia del Consejo de Derechos Humanos en Estados Unidos.
Es importante recordar el Genocidio de Rwanda, por cuanto su similitud con las actividades occidentales en Ucrania hoy en día, pueden ser comparadas con eso que los grandes de la ONU y la OTAN como Estados Unidos se ven como de costumbre pusilánimes hacia en realidad librar una verdadera guerra por los derechos y los principios que se supone subscriben.
En Rwanda, los Tutsis de habla inglesa apoyados por la CIA ingresaron al norte del país durante una campaña desinformativa que introdujo el terror en los corazones de los campesinos Hutus, quienes decidieron masacrar a cientos de miles de Tutsis empleando sus comunes herramientas de labranza. En realidad no existe ningún otro ejemplo de cómo la información –o la desinformación—puede jugar un papel tan decisivo durante una guerra en un sentido o en otro como en el caso de Rwanda, caso en que Occidente es totalmente responsable.
Cuando la masiva matanza se inició en grandes cantidades, a los norteamericanos no se les vio por ninguna parte. Clinton, después del desastre de Somalia solo unos meses antes, retrocedió para no involucrarse en Rwanda, como también la ONU y la OTAN hicieron lo mismo. La ONU tenía tropas en Rwanda pero el desempeño de sus soldados es un tanto polémico como inefectivo.
En la tarde del día 6 de Abril de 1994 el avión en que viajaba el Presidente de Rwanda, Juvénal Habyarimana y el Presidente de Burundi, Cyprien Ntariamyra ambos de origen Hutu, fue derribado mediante misiles tierra-aire cuando el avión se preparaba para aterrizar en Kigali, Rwanda – lo cual desató el genocidio de Rwanda.
El paralelo con Ucrania es escalofriante. A menudo queda en el olvido cómo el avión de la Malaysian Airlines MH17 fue derribado el año 2014 el cual en diferentes aspectos fue una catálisis similar a la lucha en Ucrania llegando a un punto en que Rusia decidió ingresar al país y asumir el control el 24 de Febrero de este año.
Occidente culpa a Rusia por el ataque al avión de pasajeros, aunque la evidencia no es del todo concluyente. Los mismos Rwandanos (el gobierno en manos de los Tutsis) concluyó el año 2010 que el misil que derribó al avión del presidente de Rwanda fue con casi total certeza proveniente de los elementos duros del ejército Hutu que pensó que el presidente los había traicionado y había negociado la paz, permitiendo que los Tutsis regresaran a Rwanda y reclamaran tierra.
Pero el siete de Abril recién pasado Anthony Blinken no hizo ninguna referencia histórica cuando anunció nuevas sanciones contra Rusia por una guerra que Estados Unidos espera que se prolongue durante meses, en la creencia que esto tenga algún impacto en Putin, afectando su capacidad para permanecer firme cuando se inicien las negociaciones. No se trató solo del aniversario del Genocidio de Rwanda que Blinken decide no mencionar (probablemente para no recordarle a la prensa allí reunida la tremendamente errónea política exterior de Bill Clinton que se negó a actuar, cosa que costó 800.000 muertos) pero él también decidió no mencionar la falla de Europa al no dejar de comprar petróleo y gas ruso, lo que de muchas maneras significaría que estos países en realidad están financiando la operación de Putin en Ucrania.
Si en realidad los países de la Unión Europea no pueden dejar de comprar gas ruso, luego entonces la farsa de esta guerra continuará durante meses y quizás por años.
Igualmente, si el rol de Estados Unidos es continuar financiando a los soldados ucranianos sin desear sinceramente negociar la paz (ya que la verdad es que Blinken y sus colegas creen que una guerra larga es para ellos una estrategia de triunfo) por lo tanto todas las conversaciones de paz y sus negociaciones son solo una estupidez.
Estados Unidos consiguió la guerra que quería en Ucrania, cosa que es un bocado y no involucra una amenaza a vidas norteamericanas, cosa que ellos han estado preparando desde el año 2014 cuando su pupilo derrocó al líder escogido por Rusia. En realidad, no deberíamos sorprendernos con nada que no sea la destreza de Blinken y no de Biden para "joder las cosas".
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