EE.UU, Canadá y la Unión Europea-U.E. -empleando todos los medios a su alcance- propugnan por impedir la autodeterminación de naciones y pueblos, y por imponer un sistema de fuerza de alcance mundial, que subordine la diversidad cultural, las variadas identidades nacionales y múltiples civilizaciones a los intereses del decadente capitalismo occidental.
· LOS POR QUÉ DE ESA ACTITUD.
¿Cuáles son las circunstancias y razones que han llevado a ese bloque o polo occidental del poder mundial a pensar y actuar de esa manera?
Pasemos revista a estas realidades:
-EEUU es el centro y la cabeza dominante del sistema capitalista-imperialista occidental. Es la principal economía del mundo occidental y controla su maquinaria de guerra al disponer de 800 bases militares a lo largo y ancho del planeta y del mayor arsenal de armas nucleares, cohetes intercontinentales, sistemas satelitales de espionaje, puesto a la disposición de la OTAN para controlarla.
-A pesar de su primacía en el campo del bloque occidental, esa superpotencia, hegemónica al interior de ese sistema, está gravemente afectada por una crisis múltiple, propia de su declive o decadencia, la cual se extiende con modalidades muy dramáticas en la periferia dependiente del sistema.
-EE.UU., en el contexto de la multipolaridad actual, perdió la supremacía indiscutible y absoluta del pasado. La alianza de China y Rusia, como superpotencias emergentes, tiende a desplazar a esa superpotencia y potencias aliadas; salvo en el poderío mediático, siguiendo en disputa la vertiente del poderío militar.
-EEUU exhibe a lo interno altos niveles de descomposición a consecuencia del impacto de sobre-explotación del trabajo asalariado, brutales desigualdades, racismo, xenofobia, machismo, fundamentalismos religiosos, adulto-centrismo, cultura de la violencia y del consiguiente auge del neofascismo…con impactos nocivos fuera de sus fronteras.
-La autodeterminación de los pueblos, que debilita el poder del occidente imperialista, sigue creciendo en las potencias intermedias o de mediano desarrollo, en las naciones periféricas dependientes, y en las civilizaciones discriminadas, abusadas y oprimidas.
- Las rebeldías sociales y político-sociales se han tornado recurrentes y cada vez más intensas; mientras sin modelo de relevo, el imperialismo estadounidense y europeo occidental solo recurre a endurecer su estrategia neoliberal, radicalizando las confrontaciones. A esas rebeldías les falta, entre otros requisitos imprescindibles para no agotarse en sí mismas, globalizarse más y dotarlas de propuestas alternativas consistentes.
· CONFLUENCIA POTENCIALMENTE ALTERNATIVA A LOS DESIGNIOS DE LA OTAN.
Así se va conformando una confluencia de contradicciones, luchas y enfrentamientos con un denominador común: autodeterminación y luchas por la soberanía desde una gran diversidad política-ideológica y varias cosmovisiones.
El déficit de esa gran avalancha, que en los hechos actúa como contrapartida que debilita persistentemente el imperialismo occidental, está en la evidente ausencia o acentuadas debilidades de las nuevas vanguardias y de sus propuestas transformadoras; carentes de energías, fuerza y definiciones necesarias para construir alternativas anticapitalistas y pro-socialistas.
Hay fuerza, amplitud y diversidad en el polo potencialmente alternativo, pero le falta profundidad anti sistémica.
Urge superar a los compases de las rebeldías esas carencias.
De todas maneras el declive de la civilización burguesa occidental y de su fuerza supranacional, aumenta su violenta agresividad desde su empecinamiento por recuperar la hegemonía perdida a cualquier costo para la humanidad, hasta generando caos y catástrofes desde una estrategia de guerra global permanente.
Estos son síntomas agudos de su enfermedad senil, que platea retos de gran envergadura, todavía no debidamente asumidos por el conjunto agredido.
· VENCER LA GUERRA ES CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE.
A esa enfermedad senil y la agresividad que brota de sus temores a una decadencia mayor, se debió el lanzamiento y el despliegue en estos últimos 20 años de su denominada guerra global, con sus diversos capítulos: Afganistán, Irak, Palestina, Libia, Siria, Yemen, Somalia, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Colombia…
A eso ha servido el creciente rol de la OTAN en esa guerra, cuyo nuevo capítulo es el de la OTAN CONTRA RUSIA, pasando por el escenario ucraniano; y al sumárseles las subsiguientes resoluciones de su reciente CUMBRE en Madrid, se multiplica su despliegue destructivo.
Se trata un viraje híper-agresivo motivado por la obcecada e imposible misión de derrotar a Rusia y a China, y al conjunto de factores adversos a sus alucinantes pretensiones que se sintetizan en revertir soberanías, vencer Estados soberanos, liquidar movimientos y rebeldías sociales contra su orden neoconservador y fascistoide y arrinconar civilizaciones, etnias y culturas despreciadas por el mundo de la supremacía blanca judeo-cristiana.
Por tanto, no es exagerado definir la guerra global que EE UU, CANADÁ y las POTENCIAS IMPERIALISTAS OCCIDENTALES siguen escalonando, como una suma de guerras contra la humanidad, la diversidad nacional, la autodeterminación y la vida misma; cuya maquinaria político-militar ofensiva es una OTAN en su nueva dimensión global bajo control del Pentágono y sus 800 bases militares distribuidas en todo el planeta.
La contradicción capital-trabajo es fundamental, y más aún cuando es potenciada por un capital que integra a su dinámica de existencia opresiva, acumulación y de recuperación de su supremacía, todas las discriminaciones y opresiones; en tanto su derivada, imperialismo occidental versus autodeterminación, vida y libertad, ha pasado a ser la contradicción principal inmediata.
Contrarrestar y vencer esa guerra es cuestión de vida o muerte para la humanidad.
¿Qué hacer para lograrlo?
Esos crueles designios del imperialismo occidental sólo pueden ser contrarrestados, y finalmente derrotados, con una GRAN CONFLUENCIA MUNDIAL de Estados, gobiernos, movimientos políticos y sociales, y pueblos en lucha; cada uno con sus roles y sus particularidades, todos unidos respetando la diversidad multicultural e ideológica. MARCHANDO Y GOLPEANDO JUNTOS EN LO QUE SE PUEDA, O GOLPEANDO JUNTOS Y MARCHANDO SEPARADOS EN LO QUE NO.
Es imprescindible un gran polo multicolor contra el imperialismo occidental y su guerra para defender la autodeterminación, la vida, la libertad y los derechos de la humanidad y de la Madre Tierra.
Producir desde ese polo una avalancha insurgente contra la cultura de la muerte que impregna la denominada guerra global infinita o permanente a cargo de la OTAN, es un desafío ineludible, por necesario
Así lo exige el tipo de crisis, de guerra y de dominación actual; lo exige el propósito de consumar la victoria contra los designios de la OTAN; sin que dejemos de luchar por metas superiores: por un mundo solidario y sociedades justas, sembrando persistentemente más socialismo.