Sin lugar a dudas, la decisión que realmente ha estremecido al mundo occidental, fue la determinación tomada por Vladimir Putin el 24 de febrero de 2022 de llevar a cabo una operación militar especial en Ucrania, con el objetivo de desmilitarizar, desnazificar y defender las repúblicas de Donetsk y Luganks de la agresión ucraniana.
Desde ese momento el imperialismo occidental comenzó a cimbrar y su estructura experimentó torceduras que han provocado un movimiento de relaciones internacionales caótico, paradojal y desesperado, que afecta la condición belicosa y de arrogancia imperial con la que Estados Unidos ha presumido por todo el planeta.
Las sucias y chillonas maniobras represivas anti serbias en Kosovo, la confusa publicación del asesinato de un líder de Alkaeda en Kabul y la ruidosa visita de Pelosi a Taiwán, como si ya hubieran demolido a China. Todo eso, no es más que un escándalo propagandístico con el que se pretende esconder o desviar la atención mundial de que todo lo que han urdido contra Rusia, les salió mal. Y que otros países, ya no siguen las imposiciones norteamericanas,
Miremos los hechos:
En América Latina, Brasil, Argentina y México en la última conferencia latinoamericana de defensa, se apartaron de la condena a Rusia promovida por Estados Unidos. Con anterioridad Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela, se plantearon la oposición a las políticas intervencionistas, de sanciones norteamericana y abandonaron la OEA.
Estados Unidos y la OTAN, inician hostilidades anti serbias en Kosovo, Rusia cuestiona el papel mediador de la UE y previene la violación de los derechos de los serbios; de inmediato, los gobernantes de Kosovo posponen un mes más las medidas en contra de la población serbia. Vamos a ver que pasará en Serbia, dentro de un mes.
La reacción de China, frente a la llegada de Nancy Pelosi a Taiwán, más que provocación política, o triunfalismo belicoso y político anti chino, promovido por Washington y los medios internacionales; resulta inmediatamente, como mal presagio para las relaciones diplomáticas entre China y Washington y quien salió peor parado, de ese atrevimiento fue Taiwán. He aquí, una muestra de los resultados
China dio inicio a una serie de restricciones comerciales a Taiwán y dentro de pocos días, junto a una campaña propagandística militar dirigida al pueblo, China echará a andar unas gigantescas maniobras militares por tierra, aire y mar, a ojo de Taiwán.
Ahora bien, frente a la inicial respuesta China, estos desafortunados eventos políticos, no muestran más que, las equivocaciones y los escándalos que crean Washington y los medios internacionales, para desviar la atención de los aprietos políticos, los fracasos militares, la inflación inducida y el desplazamiento histórico de su omnipotencia imperial. Producto del aparecimiento de nuevos actores en los terrenos más complejos y simples del desarrollo humano.
Lo que estremece al planeta es, la perspectiva de un nuevo mundo, que está abriendo Rusia en su enfrentamiento contra todo occidente y, el jaloneo en reversa, al que se arroja el imperio euro-norteamericano y sus aliados, con todo y sus bombas atómicas. Estas decisiones estremecen el mundo, por su envergadura surreal y trascendente irresponsabilidad.
La salida de Afganistán, ya es conocida y valorada como derrota, por todos. En Ucrania, es tan surreal la cantidad de mentiras y dinero gastado en esa guerra, que no se puede imaginar el alto nivel de irracionalidad aplicado, para burlar la inteligencia humana. Allí se han realizado montajes de bandera falsa, para inculpar a Moscú: Bucha, los bombardeos a civiles en Dombás, el bombardeo ucraniano a sus propios prisioneros de guerra, el uso de armas prohibidas por los convenios internacionales, el incendio de trigo.
Por otra parte, el gasto militar se eleva a más de 60 mil millones de dólares, en 5 meses de combates, ya se acerca a la cantidad gastada en Afganistán en más de 12 años de guerra. Se han utilizado una cantidad inimaginable de armamentos, que se podría decir que Ucrania es una chatarrera militar, por la cantidad de insumos militares destruidos por Rusia; hasta la fecha se habla de 4,235 tanques, 4,700 vehículos militares, 1,670 drones, 261 aviones, 145 helicópteros, 786 lanza cohetes múltiples, 3,246 cañones y morteros de campaña, 361 sistemas de defensa aéreos y muchas concentraciones de municiones y de soldados.
Agregado a lo anterior, las más de 10,000 sanciones, el bloqueo a las cadenas de suministros y el embargo al gas y petróleo rusos. Pero, lo real es que, en Ucrania, toda la OTAN, Washington, Canadá y los aliados de Washington, más los gobiernos europeos, no han podido cambiar a su favor, el rumbo de la guerra.
Este fracaso del imperialismo euro-norteamericano frente a Rusia, pone en peligro al planeta, y lo conmociona. Porque el monstruo herido, es un peligro atómico.