Este 22 de mayo se celebra el Día Internacional de la Biodiversidad. En 1992 La Organización de Naciones Unidas firmó el convenio sobre la diversidad biológica, cuyo objetivo es proteger, cuidar y conservar todas las especies en el planeta. El tema de la campaña para este año 2023 es el siguiente: "Del acuerdo a la acción: Reconstruir la Biodiversidad." Con ello, se busca que la humanidad sea capaz de vivir con mayor equidad y justicia y así, revertir las tendencias suicidas del capitalismo que expolia a la Pacha Mama.
Para tomar conciencia del cuidado de la casa común, el teólogo Víctor Codina afirma: Al grito de los pobres se une hoy el grito de la Tierra. Los cristianos hemos de ser capaces de discernir, desde los movimientos donde se mezclan impurezas y limitaciones humanas, un signo del Espíritu que mueve a la humanidad a respetar la creación, a escuchar el grito de la Tierra que gime de dolor, los cristianos no podemos ser sordos a este clamor, ni podemos encerrarnos en nuestros pequeños problemas intraeclesiales, cuando toda la creación está en peligro. La Iglesia ha de escuchar al Espíritu que gime a través de la creación sometida a esclavitud por el orgullo humano. En nombre del progreso y el desarrollo se destruye la Tierra. Las Iglesias cristianas y todas las religiones hemos de unirnos en esta salvaguarda de la Creación.
El Papa Francisco en su encíclica «Sobre el cuidado de la Casa Común» propuso una ecología integral, que abarca lo ambiental, lo social, lo político, lo mental, lo cotidiano y lo espiritual; con este documento, dirigido a la humanidad y no sólo a los cristianos, reflexiona que lentamente vamos tomando conciencia de que somos naturaleza y que defenderla significa defendernos a nosotros mismos.
Asumir un compromiso real, para que siga floreciendo la vida, necesita que cada uno, desde los diferentes espacios, respete, valore y proteja los ciclos de vida y su biodiversidad, para que nuestro planeta se mantenga vivo. Las comunidades de buena voluntad del mundo, así como gobiernos responsables y organismos multilaterales, deben poner por encima de cualquier consideración mercantil, la solidaridad como valor esencial en defensa de la vida en el planeta.
Al respecto, Leonardo Boff comenta: El cuidado en su núcleo esencial exige otro tipo de paradigma de civilización en el cual no impera el capital material y la acumulación de bienes sino en el que el capital humano-espiritual será un eje central, capaz de dar un rostro más humano y fraterno a la convivencia humana, con los otros y con la naturaleza. El mundo nuevo después del coronavirus, debería ser más sensibles, cooperativos, amorosos y cuidadosos, en fin, más humanos, para detener el deterioro de la vida en el planeta y ofrecer una vía de acción solidaria.
La comunidad ecuménica de Fundalatin, con base en su espiritualidad liberadora, se une al clamor mundial para contribuir y potenciar la toma de conciencia en el cuidado de la gente y de la casa común, a fin de preservar la biodiversidad en el planeta para que todos tengamos vida y vida en abundancia, esfuerzo que se está haciendo ya desde diferentes zonas populares. Un impulso, hacia una conciencia planetaria, como aporte hacia una cultura de la paz y el rescate corresponsable de la creación.