El mundo en guerra

  • La Inteligencia Artificial, de la cual hoy se pavonea la tecnología, palidece, frente a la brutalidad natural, de unos poderes políticos, que ponen a la ciencia y la tecnología al servicio de la guerra, para destruir a la propia humanidad que dicen defender.

Pese a que la humanidad clama por la paz, la realidad que nos presentan es distinta. Por donde uno mira lo que se observa es un mundo en guerra. Los conflictos de carácter político, los enfrentamientos internos de facciones que en varios países quieren el poder; las diferencias religiosas sempiternas llevadas al plano de la beligerancia; los conflictos fronterizos; los carteles de drogas y mafias criminales armados hasta los dientes; las apetencias hegemónicas de los imperios de siempre que no dan su brazo a torcer, nos colocan frente a un especie de coctel incendiario y a punto de un estallido global.

La tan ansiada Paz, único estado, que en mi opinión garantizaría que la humanidad se encamine hacia un desarrollo armonioso para beneficio de todos los que habitamos en el planeta tierra, parece ser hoy una simple quimera.

La Diplomacia mecanismo que permitiría la cooperación entre los pueblos, el impulso del dialogo, el encuentro cordial, la cooperación para superar las diferencias entre los pueblos, hoy está resentida y en vías de desaparición. Prevalece más, la beligerancia, la falta de tolerancia, el tratar de imponer los criterios mediante la fuerza, desempolvar las viejas diferencias para conflictuarlas, el chantaje contra el diálogo, las sanciones contra la postura en contra o crítica y en las chiquiticas la guerra misma como una forma aplastante de resolver las diferencias.

Pero no solo en este contexto se resiente la Paz, la Diplomacia, sino, también la política en general. Vemos como progresivamente, miles de millones de personas se sienten cada vez más defraudados de los políticos. Un ejemplo de esa cruda realidad, que no la entienden, los que están obnubilados por el poder, son las inmigraciones en todo el planeta. La gente anda desesperada, de país en país, de pueblo en pueblo, abandonando sus raíces tradicionales, buscando un nuevo nicho donde desarrollarse y donde pueda satisfacer sus necesidades vitales y las del entorno familiar.

Y emigran unos, por las guerras, otros porque la explotación de sus pueblos les ha acarreado miserias y hambrunas; algunos porque los gobiernos de sus países no cubren sus necesidades vitales; no faltan los que abandonan sus tierras ancestrales por los enfrentamientos internos con bandas criminales que se apoderan de hectáreas y hectáreas para cultivar drogas. Sólo se ve en sus rostros la desesperanza y lo arriesgan todo, hasta poner sus propios hijos en peligro para tratar de alcanzar un objetivo, que muchas veces no alcanzan y pasan entonces, a sumar, las millones de frustraciones que hoy vemos en algunas grandes ciudades arrumadas en barrios insalubres y hasta en las mismas alcantarillas de aguas servidas.

Ergo, los desesperanzados de las grandes ciudades en los Estados Unidos, muchos de ellos en busca del "sueño americano", hoy inmersos en el consumo de todo tipo de drogas, que los alienan y los llevan a deambular como zombis, aislándose de una realidad que los golpea y los golpea.

Si Ud. hace una ligera retrospectiva del panorama mundial, observa, que no ha concluido un conflicto en una determinada región, cuando se levantan dos, en otras. Conflicto tras conflicto. Uno silencia al otro y ninguno termina por acabar.

Si la memoria nos pasea por Asia, África, Medio Oriente, América, Sur América, Europa y pare de enumerar, lo que observa es enfrentamientos armados.

Ucrania, Armenia, Azerbaiyán, Irán, Yemen, Etiopia, República Democrática del Congo, Rusia, Haití, México, Nigeria, Colombia, Siria, Afganistán, Marruecos, El Darién, y pare de contar, son regiones, que me llegan a la memoria al momento de escribir, donde hablan las armas y los tambores de guerra suenan.

Si esto fuera poco, una nueva, y eso de nueva es un decir, se nos presenta en el sempiterno conflicto de Israel contra los Palestinos, región que han convertido en la mayor cárcel del mundo.

Allí no obstante a que "conviven", las más diversas religiones y a pesar de lo que uno lee, que entre los fines de la religión es iluminar el camino para la salvación. En esa zona, por años el camino es iluminado por el fuego de los caños y miles de seres inocentes, antes que salvarse, han perecido en un enfrentamiento que parece no tener fin. El odio es lo que allí priva, se enseñorea, y sustenta la política, amenazando incluso, con involucrar a todo el mundo.

Vemos entonces, que la ansiada paz, se nos aleja. Que a tambor batiente, los vientos de guerra soplan con mayor intensidad y que las amenazas por mayores conflictos, donde el fantasma de la guerra nuclear, nos espanta, es una realidad que tenemos en frente, mientras miles de millones de seres humanos que viven en el Planeta Tierra, pero que no tienen voz, ni capacidad de influir frente a los grandes poderes, están a la deriva, como esperando el golpetazo.

Cuando las armas hablan, las leyes callan, la verdad desaparece, la paz se aleja y la humanidad agoniza.


 



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Jesús Sotillo Bolívar

Docente en la UCV

 jesussotillo45@gmail.com

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