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Frente a la oportuna y enérgica respuesta del Presidente de México, AMLO, que denunció las acusaciones sobre presuntos vínculos con el narcotráfico, realizadas por periodistas del New York Time, la respuesta de los poderes mediáticos, fue incrementar la Censura, sacando su rueda de prensa, donde ejerce el Derecho a la Defensa, fuera de circulación en Youtube.
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Los graves errores cometidos por El New York Time, sobre sus informaciones relacionadas con la Guerra de Irak; las numerosas notas falsas que allí han publicado su periodistas anclas, dejan en entredicho la credibilidad de ese órgano periodístico y nos da base para preguntarnos: ¿Se puede confiar en el New York Time?.
Jesús Sotillo Bolívar. Profesor de la UCV
"No se puede calumniar al presidente de México, nunca se debe permitir. Si otros lo permitieron fue porque no tenían autoridad moral ni autoridad política. Yo no voy a aceptar la calumnia de nadie", destacó el Presidente López Obrador.
Así lo afirmó el presidente Mexicano, quien a su vez denuncio que Natalie Kitroeff, jefa de la delegación de The New York Times en México, le había enviado un correo "amenazante" para solicitar su versión con respecto a un artículo en el que NYT reportó, sin mostrar pruebas, que EE.UU. había investigado presuntos vínculos del narcotráfico con la campaña presidencial de López Obrador en el 2018 y que incluso el caso involucraba a los hijos del mandatario, pero decidió cerrarlo para no afectar la relación bilateral.
De esta manera medios imperiales que no son en ningún caso independientes sino, que su orientación siempre es servir a los intereses de la élites norteamericanas, pretenden enlodar laimagen de López Obrador, quien como presidente de México, ha reafirmado la independencia y soberanía de ese país y en muchas oporltunidades, en sus habituales ruedas de prensa ha criticado públicamente la política de los gobiernos norteamericanos.
Firme en su denuncia el Presidente López Obrador enfatizó:
"No acepto que sin pruebas calumnien los gobiernos extranjeros y sus agencias y tampoco acepto que periódicos —por muy famosos que sean— calumnien, tienen que probar".
Y eso es precisamente hacia donde se orienta la política editorial de estos medios norteamericanos, con gran fragilidad en su conducta imparcial, que utilizan su poderío mediático para apuntalar las políticas del gobierno de los Estados Unidos, en su conducta agresiva e interventora contra las demás naciones del mundo y en apoyo sistemático en el afán de desprestigiar y estigmatizar a países y líderes mundiales que no bailan al son que toca a orquesta de la Casa Blanca.
Este decano de a prensa estadounidense como lo es el New York Time, debemos recordarlo cometió graves errores en su enfoque sobre la guerra de Irak, tan graves que el mismo periódico tuvo que disculparse públicamente:
"En una nota del editor, este miércoles, el periódico New York Times pidió disculpas porque sus informaciones sobre las supuestas armas de destrucciones masiva en Irak previas a la guerra no fueron tan rigurosas como deberían haber sido".
"El periódico admite que "un número" de noticias no contaba con un respaldo de fuentes suficientes y no fueron corroboradas por los editores. También asevera que algunos empleados estuvieron, según las palabras de su editor, "demasiado preocupados en publicar primicias en el periódico". (2004-05-06)
El periódico asegura que muchas de esas aseveraciones no fueron verificadas y otras no fueron suficientemente re-examinadas en reportes posteriores.
Reconocimiento público de un medio como este, de proyección internacional, que revela la falta de controles internos y la fragilidad de su deontología profesional como lo es publicar informaciones sobre casos tan delicados sin respaldo de fuentes acreditadas, sin corroborar las mismas, preocupándose más bien por dar primicias, que a la larga resultaron falsas y mintieron a su público.
Recordemos también, a propósito de esta reflexión que este periódico publicó reportajes falso, elaborados por uno de sus reporteros estrellas Jayson Blair, quien inventó varios reportajes y notas, propios de su imaginación sin basamento en la realidad y eso ocasiono la renuncia de su directiva, tan grave llevo a que, el mismo diario si vio obligado a informar:
"El 11 de mayo de 2003 el diario The New York Times publica en su primera plana una nota donde informaba que uno de sus periodistas asignados al área de asuntos nacionales, Jayson Blair, había cometido severos errores de veracidad, invención de entrevistas y plagio en más de 70 notas aparecidas en diversas secciones del periódico desde el mes de junio de 1998, cuando entró a trabajar en ese periódico.
Imagínense un periódico de esa categoría, que por falta de control permite que en sus páginas se publiquen 70 notas falsas.
Otra estrella de ese periódico la periodista Judith Miller quien publicó una serie de notas sobre la guerra de Irak, concretamente sobre armas de destrucción masiva que a la larga resultaron ser falsas.
Con estas credenciales, que han provocado la poca credibilidad que tiene este medio entre la población de los Estados Unidos, ¿podemos nosotros creer en las informaciones que publica, donde tratan de involucrar al presidente de México en situaciones relacionadas con narcotráfico?
Recordemos que estos grandes medios de información masiva en los Estados Unidos, no dan puntadas sin dedal y por encima de todo, esta la defensa de los intereses de ese país, aunque pretendan presentarse ante el mundo como medios objetivos e imparciales.
Las informaciones que allí se publican hay que leerlas con lupa. La veracidad y rigurosidad de las noticas que aparecen en los medios de comunicación en los Estados Unidos están a menudo en entredicho. Hay que desmenuzarlas para intentar separar los intereses políticos que subyacen, por encima del verdadero interés del lector, la veracidad en la información.