Se están dando muchas similitudes entre el proceso de la CUARTA TRANSFORMACIÓN de AMLO y el BOLIVARIANO de Chávez. Lo que ocurre es que allá se ha ido produciendo de una manera más suave, pero en todo caso el ataque directo del sistema financiero gringo contra México comienza infaliblemente su cuenta regresiva. Es mucho lo que se juega la banca internacional y las transnacionales en el mundo, con el triunfo de MORENA.

AMLO empezó atacando puntos muy sensibles de la política norteamericana y de la Unión Europea en su territorio, al igual que en su momento lo hizo Chávez: A revisar la actividad de la DEA (Chávez la expulsó de Venezuela), a controlar sus negocios mineros, a condenar a los corruptos del PRIAN que acaparaban los negocios de multitud de empresas antinacionales (aquí lo monopolizaban ADECOS y COPEYANOS), a eliminar enormes privilegios de la derecha, a revisar el Poder Judicial y al INE (Instituto Nacional Electoral). Es tanta la similitud que al igual que contra Chávez, allá se unieron todos los partidos del pasado contra la candidata Claudia Sheinbaum.

Pues bien, con el triunfo de MORENA se produce en México una seria perturbación financiera. Leemos en el editorial de LA JORNADA que por primera vez desde la pandemia de covid-19 la economía mexicana se encuentra viviendo importantes turbulencias "cuyas principales manifestaciones radican en la caída de las acciones cotizadas en las bolsas de valores locales y el retroceso del peso en su paridad frente al dólar". Es algo parecido a una especie de GUERRA ECONÓMICA, pero mucho más sutil, sin duda guerra al fin, que poco a poco será declarada y hasta frontal. Esto es y será inevitable.

La razón es la misma que aconteció aquí en Venezuela a partir del año 2000, cuando se aprobó la nueva Constitución: los dueños de grandes capitales se decidieron entrar en la pelea en defensa de sus negocios e intereses, y en México porque MORENA está decidida a avanzar en los cambios legislativos del llamado plan C, que tratan de 18 reformas constitucionales propuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Entre esas iniciativas está cambiar el Poder Judicial, algo, que al emprenderlo Chávez acabó, llevándonos al golpe del 11 de abril de 2002. Estos cambios provocarán en México un verdadero tsunami de alteraciones en todo el sistema político y social del país, de imprevisibles consecuencias para una derecha nada débil y muy apoyada por poderosas mafias gringas (ministros senadores y demás aparatos del ESTADO PROFUNDO).

Pero todo eso va aparejado con la política imperialista porque –como dice el editorial de La Jornada -: ha provocado una virulenta reacción de inversionistas, especuladores y grandes capitalistas en general "ante el intento de sanear a dicha rama del Estado". Lo cual –sigue diciendo-: "no ha hecho sino reconfirmar lo denunciado por el mandatario y constatado por la ciudadanía: que, bajo el neoliberalismo, el Poder Judicial devino una suerte de bróker al servicio de multinacionales locales y foráneas, así como de individuos que han amasado enormes riquezas a través de la corrupción, el expolio, la evasión fiscal y otras prácticas lesivas para el conjunto de la sociedad".

El Venezuela, como sabemos, tocar el Poder Judicial, para Estados Unidos fue una campanada tremenda que le hizo activar toda clase de artilugios conspirativos, para derrocar a Chávez. Agrega La Jornada que el "rechazo a que la Judicatura responda a controles democráticos y rinda cuentas cuando sus sentencias son claramente aberrantes y contrarias a la ley se disfraza de una farisea defensa de la independencia del Poder Judicial, pero el cierre de FILAS DE LOS POTENTADOS exhibe que la mentada autonomía de los togados no es más que un sometimiento AL PODER ECONÓMICO, o una complicidad con el mismo". Estos cambios propuestos por AMLO siguen siendo bandera de Claudia Sheinbaum, quien le está pidiendo que ahora sí lo haga realidad. Lo que hace más evidente lo que allá está aconteciendo con lo que aquí pasó, es este párrafo del editorial de La Jornada cuando dice: "POR ELLO, LO REALMENTE PREOCUPANTE NO ES QUE UNA FORMACIÓN POLÍTICA RECIBA UN ABRUMADOR RESPALDO EN LAS URNAS GRACIAS A LA SINTONÍA DE SUS POSTULADOS CON EL SENTIR Y LAS NECESIDADES DE LAS MAYORÍAS (Y GRACIAS, TAMBIÉN, A LA CASI INVEROSÍMIL TORPEZA Y FRIVOLIDAD DE SUS ADVERSARIOS). LO QUE DEBERÍA ALARMAR EN CUALQUIER SOCIEDAD QUE SE PRECIE DE DEMOCRÁTICA ES QUE UN PUÑADO DE PERSONAS CONCENTRE UNA PROPORCIÓN TAN ELEVADA DE LA RIQUEZA QUE DISPONE DE HERRAMIENTAS PARA DAÑAR A UN PAÍS ENTERO CON TAL DE MANTENER INTACTOS SUS PRIVILEGIOS".