La política de confrontación que la Unión Europea adoptó hacia Cuba en junio de 2003 siguiendo las directrices de Washington, ha acabado en un fracaso estrepitoso. La imposición arbitraria de sanciones políticas y diplomáticas, lejos de tener los efectos esperados –a saber, la sumisión del gobierno cubano–, ha dado como resultado la congelación de las relaciones entre La Habana y Bruselas. Dando pruebas de lucidez y pragmatismo, el gobierno español de José Luis Rodríguez Zapatero decidió adoptar un enfoque más racional y reanudar los vínculos con las autoridades cubanas. El 1 de abril de 2007 envió a Cuba al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, en visita oficial [1].
España, que no había enviado a ningún político de alto rango a Cuba desde 1998, escogió el camino constructivo del diálogo. El gobierno cubano saludó la iniciativa ibérica e incluso declaró que ningún tema de debate se debía proscribir entre las dos naciones con tal de que se hiciera a partir de un principio de igualdad, respeto y no injerencia. Felipe Pérez Roque, jefe de la diplomacia cubana, subrayó que se está estableciendo un nuevo acercamiento con España: “El gobierno español ha tenido una posición de liderazgo en la búsqueda de un diálogo respetuoso y serio con Cuba y creemos que es nuestro deber emprender un camino de diálogo con España” [2].
Los dos países firmaron varios acuerdos de cooperación y establecieron un mecanismo de diálogo político que incluirá la promoción de los derechos humanos [3]. España se ha vuelto “una especie de interlocutor privilegiado” pues se trata de la primera nación europea que da pruebas de cierto escepticismo en cuanto a la legitimidad de alinearse religiosamente con la política belicosa de la Casa Blanca hacia La Habana. Madrid recuperó así cierto crédito que había sido reducido a la nada por la política irresponsable de su antiguo presidente José María Aznar, quien casi provocó la ruptura de las relaciones bilaterales. Para el ministro cubano de Relaciones Exteriores, la visita de Moratinos “señala un ejemplo [y] demuestra que hay que tratar a Cuba con respeto” [4].
En cuanto a Europa, “todavía no se dan las condiciones [para un diálogo]”, hizo saber Pérez Roque, que enfatizó que “la eliminación definitiva de las sanciones contra Cuba [y] la eliminación de la posición común” eran condiciones sine qua non para proceder a un eventual acercamiento. Pero las nuevas relaciones entre España y Cuba abren una vía que la Unión Europea debe apresurarse a seguir si desea conservar cierta influencia en los asuntos internacionales. Moratinos declaró su convencimiento de que la vía del diálogo era la única solución posible: “Estoy seguro de que con el mismo espíritu que he encontrado aquí en Cuba podremos, entre todos los ministros europeos, alcanzar ese entendimiento mejor en una relación de futuro estable y serena con las autoridades cubanas” [5].
“He venido a Cuba para aprender y escuchar y no para imponer”, señaló el jefe de la diplomacia española al llegar a La Habana. Por su parte, Pérez Roque apuntó que “Cuba no aceptó y no acepta hoy las condiciones de cooperación” de la Unión Europea [6]. La secretaria de Estado española para los Asuntos Iberoamericanos, Trinidad Jiménez, dio prueba de lucidez y una rara franqueza al subrayar que las presiones “contra un país soberano, cuyo sistema político no nos agrada, no funcionan Y ese ha sido el caso con Cuba” [7]. Como confiesa Jiménez, el verdadero problema para Europa en Cuba no es la situación de los derechos humanos como pretende sino su “sistema político”.
La Unión Europea debe entender rápidamente que la vía de la confrontación no tiene salida con La Habana. En efecto, los cubanos no comprenden el lenguaje de los ultimátum y no están acostumbrados a doblar el espinazo frente a la adversidad. Es hora de que Bruselas tome conciencia de esta realidad y se desmarque, sin esperar más, de la política irracional de la administración Bush.
Notas
[1] Associated Press, «Spain and Cuba Explore Ways to Improve Island’s Tense Relations With EU», 3 de abril de 2007.
[2] EFE «Cuba dice que hablará de derechos humanos con España», 3 de abril de 2007.
[3] Felipe Pérez Roque & Miguel Ángel Moratinos, «Un acuerdo, una declaración y un comunicado sellan el encuentro entre los ministros exteriores de Cuba y España», 4 de abril de 2007.
[4] Andrea Rodriguez, «Spain Hopes for Better Ties With Cuba», Associated Press, 3 de abril de 2007.
[5] EFE «Cuba y España reanudad y abren diálogo», 4 de abril de 2007.
[6] Granma, «Cuba and Spain Reestablish Communication and Political Dialogue», 4 de abril de 2007.
[7] Radio Havana Cuba, «Spanish Government Pleased With Moratino’s Visit to Cuba», 5 de abril de 2007.
Salim Lamrani es escritor, profesor e investigador francés y está especializado en las relaciones de Cuba y Estados Unidos. Colabora habitualmente en Rebelión. La traducción al español es suya y ha sido revisada por Caty R., de los colectivos de Rebelión, Tlaxcala y Cubadebate.
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