La coherente política exterior rusa (7)

Regiones Europeas

La mayoría de los Estados europeos aplican una política agresiva hacia la Federación de Rusia, encaminada a amenazar su seguridad y soberanía, obtener ventajas económicas unilaterales, socavar la estabilidad interna y erosionar los valores tradicionales, espirituales y morales, además crear obstáculos a la cooperación de Rusia con sus aliados y socios.

En este sentido, la Federación de Rusia tiene la intención de defender consistentemente sus intereses nacionales, prestando atención prioritaria a: 1- reducir y neutralizar las amenazas a la seguridad, la integridad territorial, la soberanía, los valores tradicionales espirituales, morales y el desarrollo socioeconómico de Rusia, sus aliados y socios procedentes de Estados europeos hostiles, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Unión Europea y el Consejo de Europa, 2-crear las condiciones para que los Estados europeos y sus asociaciones pongan fin a las acciones hostiles, para que estos estados y sus asociaciones abandonen completamente su rumbo antirruso, y para que cambien hacia la política largo plazo de buena vecindad y cooperación mutuamente beneficiosa, 3- formar un nuevo modelo de coexistencia con los Estados europeos para garantizar el desarrollo seguro, soberano y progresivo de Rusia, sus aliados y socios, y una paz duradera en la región de Eurasia, 4- las premisas objetivas para formar un nuevo modelo de coexistencia con los Estados europeos son la proximidad geográfica y los lazos históricamente profundos en la cultura, la economía, y humanitarios entre los pueblos.

El principal factor que impide y complica la normalización, de las relaciones entre Rusia y los Estados europeos, es la orientación estratégica de los Estados Unidos y sus aliados individuales de trazar y profundizar líneas divisorias en la región europea, con el fin de debilitar y socavar la competitividad de las economías de Rusia y los Estados europeos, limitar la soberanía de los Estados europeos y garantizar el dominio global de los Estados Unidos. (Decreto N-229, El Nuevo Concepto de la Política Exterior de Rusia).

La guerra en Ucrania que muchos veían inmóvil en cuanto a territorio se refiere, está muy cerca de Europa también, muchos países del viejo continente, no solo se han apresurado a aumentar sus presupuestos para aumentar sus gastos militares con miras a fortalecerse en uno o dos años, otros pertenecientes a la OTAN, hostigan a Rusia imponiendo todo tipo de sanciones, y otros como Finlandia y Suecia se adhieren a esta organización con el fin de que la Federación Rusa se sienta cada vez más cercada.

Los roles que han jugado Francia, Alemania, Inglaterra y Polonia durante estos dos últimos años del conflicto en Ucrania ha sido irracional, acusaciones antirrusas de todo tipo, implementación de sanciones, apoyo logístico a Ucrania y negación a la mediación y paz.

Estas circunstancias son las que hacen que Rusia se esfuerce, en su nuevo concepto de Política Exterior y vea como reto principal crear, las condiciones suficientes y necesarias, para que el bloque europeo cese en su hostilidad hacia Rusia, y se logre una convivencia armónica entre todos los actores.

Se presume que con el posible triunfo de los demócratas en EE.UU, en manos de Donald Trump, la guerra en Ucrania pueda bajar su intensidad y en poco tiempo llegar a negociaciones de paz definitivas, lo que haría que el bloque europeo se quedará sin un verdadero motivo para continuar con sus hostilidades hacia Rusia, al menos por estos momentos.

La diplomacia de la Federación Rusa está haciendo todos sus esfuerzos a nivel global para que estos acuerdos de paz lleguen lo más pronto posible, antes de que el pueblo ucraniano pierda más vidas y su infraestructura sufra más daños.

A Rusia no le es indiferente el pueblo de Kiev, se han agrietado las relaciones, la amistad y la hermandad de estos dos pueblos, pero en algún momento cuando la historia reconozca que en Ucrania, venía creciendo un movimiento fascista incontrolable, que amenazaba no solo a sus vecinos fronterizos, sino también a la población interna de la propia Ucrania, entonces muchas de esas heridas empezarán a sanar y la fraternidad a renacer.



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José F. Medina


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