Estados Unidos ya depende de los planteamientos económicos del Partido Comunista Chino

Y no puede evitarlo, por la sencilla razón que la economía China es la que crece y por lo tanto dirige el crecimiento de la economía mundial, inclusive de todos los países industrializados e imperialistas. 

En un reciente artículo encontré un análisis elaborado por los “pensantes” periodísticos de los Estados Unidos, donde sin proponérselo están mostrando como la estructura económica imperialista de los Estados Unidos está cediendo el paso a una nueva estructura, pero esta vez dirigida por China y por supuesto gobernada según sus intereses, que viene a concretar lo que mucho se ha dicho como es el desplazamiento que ella está realizando de ese gran enemigo de la humanidad, Estados Unidos, con nosotros ligando que no sea una simple sustitución de roles. 

Resumimos los planteamientos de Allysia Finley, autora del Wall Street Journal, que comenta la teoría de la imitación de la fabricación de JD Vance, el cual es el artículo al que nos referimos.

Ella le responde a JD Vance, político norteamericano, senador candidato por Trump a la Vicepresidencia, quien se expresó que los productos chinos, más baratos, generan desempleo en los Estados Unidos, pero la articulista dice que los empleos no se van a China sino a otras regiones de Estados Unidos con más favorables condiciones económicas para las empresas.  Ella dice que: “Es cierto que el empleo en el sector manufacturero estadounidense ha disminuido desde principios de siglo. Vance atribuye la culpa a la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio, que dio a Pekín un mayor acceso al mercado estadounidense. Pero eso es sólo una parte de la historia. La tecnología también aumentó la productividad laboral, permitiendo a los fabricantes producir más con menos empleados. 

E indica que:    “La combinación de importaciones chinas baratas y una producción estadounidense más eficiente mantuvo bajos los precios y aumentó el poder adquisitivo de los estadounidenses. En las dos décadas anteriores a la pandemia, los precios de la ropa, los muebles, los electrodomésticos, los juguetes y los televisores cayeron, a menudo de forma pronunciada.

Veinte años de caída de precios han mejorado el nivel de vida de decenas de millones de estadounidenses. Alrededor del 90% de los adultos estadounidenses tienen un teléfono inteligente y casi el mismo porcentaje tiene aire acondicionado en su casa. La mayoría de los que no tienen aire acondicionado viven en el norte, donde rara vez lo necesitan. Más del 80% de los hogares tienen lavadoras y secadoras, y aproximadamente un tercio tiene dos refrigeradores.

Los estadounidenses están en mejor situación gracias a millones de tostadoras, teléfonos inteligentes, refrigeradores y lavadoras baratos. …”

La mano de obra barata no es la razón por la que los fabricantes están construyendo nuevas fábricas en el Sunbelt. (Zona sur de los Estados Unidos más cálida y limítrofe con México)  Los salarios de los trabajadores de la industria manufacturera en Texas están entre los más altos del país. En cambio, lo que buscan ante todo es un entorno favorable para las empresas, algo de lo que China carece cada vez más, y una gran cantidad de trabajadores que puedan pasar un examen de detección de drogas. Alguien lo entiende. Gracias, Allysia Finley.” Fin del artículo reseñado.

Lo que quiero destacar del artículo es que los precios bajos de los artículos chinos, que impulsó la innovación en Estados Unidos, han traído un gran bienestar a los ciudadanos de Estados Unidos que su propio país y que sus empresas no pueden suministrar completamente, por lo que se crea una dependencia de las políticas que el Partido Comunista de China diseñe en su momento para la producción industrial. Esta dependencia claro, es en los dos sentidos, Estados Unidos la necesita para comprar barato, China la necesita para vender. 

Pero esta ligazón rompe con la visión de independencia del capitalismo que Estados Unidos ha manejado hasta ahora, con la particularidad que es la dependencia de un país comunista. ¿Convivencia?

También muestra este escenario que la tendencia global de todas las economías, quiérase o no, es a la integración, a la unión, más tarde o más temprano, por lo que ambos países están peleándose por anticipado ese liderazgo futuro.

 


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Oscar Rodríguez E


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