La intolerancia que vivimos hoy los costarricenses, de parte del supuesto gobierno democrático de los Hermanos Arias Sánchez y Co., es palpable y evidente; veamos algunos ejemplos:
El presidente Arias pasó varios meses llamando al dialogo sobre el TLC, pero eso si, con sus propias reglas: yo escucho, pero no cambio nada, era la norma. Hasta dijo que " es más fácil cambiar los 10 mandamientos que el TLC", intolerancia absoluta¡¡¡; ahora dice que sería más fácil que la " Selección Nacional de Medford le gane al Real Madrid, que cambiar el TLC", también irrespetuosa y de menor envergadura la comparación, pero igualmente intolerante. Nada que no sea estar de acuerdo con él, es tolerable.
Hace pocos días, los presidentes centroamericanos querían celebrar los veinte años de paz en el Istmo en Esquipulas Guatemala, donde se firmaron los acuerdos de paz; pero no, el Nóbel quería que vinieran a rendirle pleitesía, y todos le cantaran loas al Nóbel, en su propio patio. Resultado, los otros presidentes le hicieron el "feo ", se fueron con su música para otra parte, y el Nóbel se quedó en su casa con la mesa servida. Humillación para nuestro país, gracias a la intolerancia presidencial; como si el mundo verdaderamente informado, no supiera los entretelones del tan resonado premio, verdad Don John Bihel.?
En su afán de ver aprobado el TLC, ha sido capaz de todo. Torció brazos de Magistrados de la Sala Constitucional para que, a su vez, retorciendo el Estado de Derecho costarricense, le permitieran reelegirse; y el resultado electoral, de apenas un oscuro 1% a su favor y que alcanzó un raquítico 41%, lo interpretó equivocadamente como una carta en blanco para establecer la " tiranía democrática" que anunció en la campaña.
Con esa mentalidad, la sociedad anónima que gobierna el país, se ha atrevido ya, con todo descaro, a la mayor de las intolerancias: irrespetar al máximo, la libre emisión del pensamiento y el derecho de expresión. Así, no solo han convertido a La Nación y Al Día en voceros oficiales del TLC que, el 90% de las informaciones y comentarios que publican sobre este tema, es a favor del SI; y han llevado su eje mediático a dominar, por diversas formas, las principales estaciones de radio y televisión; olvidando la equidad ética que debe existir; pero pensar que esa S.A. gubernativa-mediática actúe con ética, es tan utópico, que habría que ir comprando una " cajita blanca" como se dice.
No conformes con lo anterior, trataron de silenciar los medios de comunicación universitarios, a los rectores, catedráticos y estudiantes; igual acción han ejercido sobre los maestros y profesores de enseñanza media; los sacerdotes, salvo Monseñor Ignacio Trejos, fueron acallados por un acuerdo vergonzante y vergonzoso de la Conferencia Episcopal que se negó a tomar posición con relación al TLC, después que dieran a conocer un documento en que hablaron de las dos "costarricas", la pobre y la opulenta, que parece ganó el pulso a través de amigos episcopales del Presidente, con quien se sentaban en las mesa de en un importante grupo de negocios.
Ahora , los Hermanos Arias y Co., se empeñan en una labor oscurantista como nunca se ha visto en la Costa Rica moderna. Cierran programas de radio y televisión, porque son contrarios al TLC; se emiten directrices del más alto nivel para que, en los medios de comunicación y los espacios de opinión que no son favorables al TLC, no se paute publicidad de entidades del Estado y, por lo tanto, tampoco las empresas privadas les harán llegar sus pautas. Inclusive, la Unión de Cámaras se hizo eco a las quejas de Arias y Co., y se lanzó contra profesores, sacerdotes y ciudadanos que dicen NO, por Costa Rica; pero eso si, no pasó de ser un simple chas…carrillo, de mal gusto
Lo que deben saber los Hermanos Arias, Presidente y Ministro, es que no tienen que confundir los intereses nacionales con los de La Nación; que a su intolerancia y actitudes despóticas, como prohibir que se prestaran el Gimnasio Nacional o alguna otra instalación pública, para lanzar la Campaña del No al TLC, las vamos a enfrentar con valentía, con la fuerza de la verdad que sale del corazón de los costarricenses, sin miedo y si pausa. Porque, aunque no les guste, su intolerancia se parece cada vez más, a lo que critican de Hugo Chávez.
http://www.costaricasolidaria.com