“Que el fraude electoral jamás se olvide”
Esta semana ha sido pródiga en motivos de lamentación, adicionales a los acumulados en los últimos meses y años. Los embates de la terca realidad se refuerzan y se ceban sobre el, de por sí, maltrecho pueblo mexicano.
1.- Oaxaca.- No por advertido deja de ser patético el caso de la elección de diputados locales en Oaxaca. El pasado domingo el PRI de Ulises Ruiz, el sátrapa, arrasó y se llevó el carro completo para conformar un Congreso local a modo y para exhibirse como un gobernante amado de su pueblo. La habilidad tramposa de la ingeniería electoral de quien es doctor en la materia, se conjugó con la criminal estulticia de la izquierda electoral oaxaqueña, lo que mereció que el voto de castigo se quedara sin beneficiario. La abstención, superior al 75%, en una sociedad en extremo politizada, no es más que la expresión del repudio generalizado a la clase política completa; es una versión doméstica del “que se vayan todos” que los argentinos aplicaron en el 2000, con la diferencia que allá lo manifestaron con los votos en blanco y aquí se quedaron en la simple abstención. Los jaloneos de perredistas desempleados en busca de chamba, cuando no en pago a las subvenciones del sátrapa, lograron que un movimiento popular auténtico y vigoroso se desdibujara ante la falta de alternativa electoral. Ni modo, a este país hay que transformarlo desde abajo y barrer con la corrupción de la clase política.
2.- Latinoamérica.- Con las visitas de Kirschner y Lula y con el anuncio del restablecimiento de relaciones formulado por Chávez, el régimen espurio logra un inmerecido reconocimiento como partícipe del proceso latinoamericano de integración. A Chávez habrá que reconocerle que supo combinar el anuncio con el muy merecido premio a Elenita Poniatowska, de manera de terciar entre las posiciones en conflicto interno. Es de lamentarse que el Gobierno Legítimo de AMLO haya decidido mantener un bajo perfil en materia internacional y latinoamericana, no obstante contar con la inmejorable presencia del embajador Iruegas, como encargado del tema. Respeto la decisión de López Obrador en el sentido de priorizar el objetivo de consolidar la base popular del proyecto, pero eso no significa el aislamiento internacional en que ha caído.
3.- Maíz.- Sin maíz no hay país, reza el lema de la movilización de organizaciones sociales que se han dado a la tarea de defender la cultura mexicana que gira en torno a este cereal, sometido a verdadero bombardeo destructor. Desde la firma del TLC ha sido clara la intención de reemplazar la producción doméstica por la importación del grano proveniente de los Estados Unidos, supuestamente justificada en la baja competitividad de los productores nacionales; el reclamo generalizado por la renegociación del tratado ha sido desoído por los gobiernos panistas, cuya valerosa intervención se ha limitado a preguntar al gobierno del país vecino si estaría en su voluntad la referida negociación y guardar silencio ante la obvia respuesta negativa. Para mayor desgracia, la alternativa que se ofrece es la de aumentar la competitividad sobre la base de autorizar la siembra de maíz transgénico, incluso a solicitud de los productores empresariales del grano, sin parar en mientes de que ello significa la entrega de las mejores tierras al emporio agroexportador yanqui, dado que por esta tecnología el agricultor se convierte en simple maquilador de la combinación Monsanto Cargill; la primera vende cara la tecnología incluida en la semilla y la segunda capta el producto para la comercialización, llevándose en el proceso la utilidad del productor; pero además, dándose la autorización de siembra del transgénico, se colocará al productor independiente en riesgo absoluto de que, vía la polenización, sus cultivos se infesten con dicho material y venga Monsanto a exigir el pago de regalías por el empleo de su tecnología, no por nada el departamento legal de la empresa es el más poderoso de su estructura. Para completar el cuadro, el mercado presiona a la producción energética a partir del maíz, con lo que el alimento de los mexicanos se entregará a llenar los tanques de gasolina de los automóviles, con el efecto nocivo de convertir a la tortilla en artículo de lujo. El resultado conjunto de este embate no es más que la miseria y el hambre, no sólo del campesino productor, sino del conjunto de la sociedad nacional. Sirvan estas breves notas para sumar a la convocatoria a la movilización popular en defensa del maíz mexicano.
De la Canasta de Cuentos Mexicanos, del enigmático B. Traven, ya no quedan más que los lamentos. Insisto en mi postulado: el país requiere de recuperar soberanía y, para ello, tomar el poder para el pueblo con dirigentes comprometidos con la patria. Perdonen mi momentáneo escepticismo.
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