Fidel y el peso de la Opinión

Habiéndome de buen ánimo sentado a leer los diferentes trances, tramas, tramoyas o traumas que de manera reflexiva, o irreflexiva, algunos utilizan como soporte temático para el licenciado placer de acometer con la filodoxia o el arte de la opinión articulista, los diferentes sucesos de nuestra actualidad; me he topado no tan sólo con la agradable noticia de la mejoría de Fidel, sino que éste ha comenzado dejar significativa impronta de luz y futuro en lo inmediato de nuestro caminar revolucionario latinoamericano.

En tiempos donde la distancia y la desinformación suele ser el principal aliado como la más aberrante “cultura” imperialista ha procurado la impunidad de su sanguinaria política exterior, actualmente un nuevo fenómeno comunicacional promete seriamente desmontar y combatir este otoñal y permisivo oscurantismo mediático. El Internet, avance tecnológico que permitiría la consolidación de su dominación hegemónica, irónicamente abre hoy nuevas posibilidades para la humanidad, y sus principales líderes y combatientes.

Como lo “sucedido” con Prometeo, esta arma de nueva generación, igual que el fuego, se les ha salido de control. Ahora se haya a disposición y en uso cotidiano de todos quienes se niegan aceptar la existencia de un destino apocalíptico para la humanidad. El peso de la opinión pública ha cobrado mayores niveles de compromiso consigo misma. Los mismos adelantos tecnológicos que hasta no hace mucho le procuraban docilidad y desmembramiento ahora le configuran posibilidades flexibles y rápidas como articularse y aliarse para sobrevivir creando resistencias.

Importantes y atinados pensadores concluyen en afirmar que sí un nuevo mundo es posible, el Internet es la herramienta más correspondiente y contestataria para informar o encontrar cómo lograrlo. Nadie discute hoy que la opinión pública oportuna y verazmente informada sea un poder capaz de enfrentar cualquier pretensión hegemónica por parte del Imperio. El vertiginoso ritmo y velocidad de nuestras existencias, como imperativo ideológico de dominación, encuentran precisamente en la Opinión Articulista formas quirúrgicas, amenas y rápidas como abordar estratégicamente la conciencia de determinados hechos.

Sería ingrato olvidar que incluso Platón convino en no ser estrictamente severo con los que frecuentaban el oficio de la filodoxia (amantes de la opinión). Es a través del lenguaje ameno y sencillo en que la probidad moral de los intelectuales contestatarios podría ir desmontando la aberrante cantidad de manipulaciones que oscurecen cotidianamente nuestro destino. Quizás muchos de nosotros hoy no tengamos el necesario tiempo, paciencia y dinero para acceder o leer determinadas bibliografías. Internet no sólo permite, a través de artículos de opinión, que estos intelectuales puedan esparcir sus opiniones a determinados y focales sucesos, sino que nos permite ir creando redes de opinión para difundir los mismos de manera relativamente fácil y económica.


waldo.munizaga@corpomaracaibo.net


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Waldo Munizaga


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