El momento cumbre fue cuando el Presidente Rafael Correa le solicita a Leonel Fernández que le permita responder a Uribe. Se produce un leve contrapunteo hasta que Leonel accede, y al verse Uribe acorralado éste responde: "No me aplique el cinismo que tienen los nostálgicos del comunismo". Una frase que respira vargasllosismo puro. Al instante se produce un suspenso. Uribe siente que al fin ha entrado al ruedo con el toro enfrente y que cientos de miradas punzantes asoman para darle la estocada.
El Presidente Correa con total claridad, serenidad y contundencia le corta: “cálmese, serénese, Presidente Uribe, que me da vergüenza ajena y pido por esto disculpas a todos… qué difícil resulta creer a alguien que ha mentido tanto y tantas veces…". Con una alusión a las acusaciones de Uribe, quien lo vinculó con las FARC, el mandatario de Ecuador mostró sus manos al resto de los asistentes y dijo: "estas manos están limpias y sin sangre".
A la respuesta malcriada de Uribe, corrió una onda de desaprobación por la sala, y los ojos saltones de Uribe, su incomodidad en la silla, un sudor frío en el rostro y un estado general de temor lo delataban penosamente. Estaba muy mal, y es ahí cuando los Presidentes se dan cuenta de que realmente ya Uribe está herido mortalmente, que ya no hace falta responderle, y que la Cumbre había alcanzado su objetivo. Por eso Chávez se permite cantar “Quisqueya la tierra de mis amores,/ de suave brisa, de lindas flores/ del fondo de los mares la perla querida/ Quisqueya divina…”
Claro, Uribe, siendo del círculo de los tránsfugas y neoliberales como Plinio Apuleyo Mendoza, Mario Vargas Llosa (Álvaro) y Carlos Alberto Montaner (autores de los libros “El perfecto Idiota Latinoamericano” y “El regreso del Idiota”) tenía que catalogar a Rafael Correa de IDIOTA, y él autodefinirse de anti-nostálgico-comunista y paradigmático de la anti-idiotez vargasllosista en el continente. Porque Uribe es nada más y nada menos que hijo del narcotraficante Alberto Uribe Sierra quien fue arrestado para ser extraditado, pero que Jesús Aristizábal Guevara, Secretario de Gobierno de la ciudad de Medellín, tuvo la bondad de ponerlo en libertad para que siguiese siendo educado en los “buenos hábitos de su maestro Pablo Escobar”. Siendo Alvarito Uribe alcalde de Medellín mantuvo estrechos lazos con Pablo Escobar en proyectos "comunitarios". Pablo Escobar le financió toda clase de negocios en los que procurase mejorar su imagen pública para luego pudiese dar el gran salto a la Casa de Nariño.
Uribe carece del “cinismo” de los idiotas nostálgicos del comunismo porque sin titubeos le impuso al Congreso el 30% de los diputados paramilitares que hoy componen ese cuerpo legislativo. Los jefes del paramilitarismo Mancuso y Carlos Castaño, en sus comunicados y mensajes públicos señalaron a Uribe como su candidato, y en boca de todo el pueblo se sabe que Uribe es la expresión política de la agenda paramilitar.
Por todo esto, para los hijos neoliberales de Vargas Llosa, Uribe no es un perfecto idiota latinoamericano, sino un consumado demócrata. Si América Latina tuviese Uribes en cada país, para Vargas Llosa nosotros seríamos más honrados, más humanos, más justos y sinceros con nuestros pueblos.
Por el contrario, para Vargas Llosa, el Presidente Rafael Correa “es un ser errático desde el inicio de este conflicto -aceptando en un principio las excusas y explicaciones del presidente Uribe y, luego, escalando las protestas y magnificando lo sucedido-, después de mantener una cierta independencia, parece haberse resignado a integrar también, junto con el boliviano Evo Morales y el nicaragüense Daniel Ortega, la cofradía de vasallos políticos de Hugo Chávez.” Para don Mario es insólito que Correa le haya dicho a Uribe: "Es difícil creer a alguien que ha mentido tanto".
Era casi imposible que el pimentón de Vargas Llosa no apareciese en este cocido, y por ello pone a prueba sus propios tambores de guerra. Cansado y latiendo echado, don Mario de entrada se desmadra contra Chávez: “Tú te aprovechas de la crisis provocada por la incursión colombiana en un campamento de las FARC en territorio de Ecuador para mantener la zona al rojo vivo.”
¿De dónde –se pregunta uno- obtiene todos esos datos que lanza al mundo Vargas Llosa? Pues, del “filósofo del Zulia”, Manuel Rosales, a quien el escritor conoció en Madrid a mediados de 2006. Vargas Llosa lo había invitado a dictar una conferencia magistral en la Fundación Internacional para la Libertad. Todavía Vargas Llosa conserva en su cartera, una tarjeta “Mi Negra” que le obsequiara el “filósofo”, con la que él podía, con cargo a la renta petrolera venezolana, comer en restaurantes, comprar viviendas y carros, viajar y emprender cualquier negocio particular.
Así que Vargas Llosa, otra vez ha salido por el mundo a partir lanzas contra el tirano Chávez, armado de un fuerte bagaje de datos que le ha transmitido Manuel Rosales. Dice el autor del relato “LOS CACHORROS” que por Hugo Chávez andar entrometiéndose en todo, es el gran desestabilizador de América Latina. Que según él, Chávez anda permanentemente desestabilizando la región mientras que al pobre Estados Unidos le corresponde luego de tener que enderezar los entuertos que provoca.
Tomando nota de las informaciones que le envía el “filósofo”, don Mario va hilvanando su artículo publicado en El País, de España, del domingo 9 de marzo de 2008, “Tambores de Guerra”. Él escribe cosas como estas: “Nada tan oportuno como un conflicto bélico para permitir a Chávez efusiones de patriotismo”, y aprovechando la monocorde crítica de que nuestro Presidente anda regalando el petróleo, añade: “Los narcoterroristas colombianos han recibido de Chávez 300 millones de dólares”. Ya con anterioridad Vargas Llosa se había dado un gran gustazo analizando el maletinazo de Antonini Wilson con los 800.000 dólares que éste le llevó a Cristina Kitchner.
A Chávez todo lo que pasa en el mundo, según Mario, le viene como anillo al dedo. Si el imperio organiza un plan para invadir a Irán, ese conflicto lo tratará Chávez de mantener al rojo vivo. Si se ha matado a casi un millón de iraquíes “con causa justificada, el loco Chávez lo trastoca todo para salir a decir que es Bush quien asesina a un pueblo indefenso”. Si Washington planifica la independencia de Kosovo, Chávez saldrá a criticarlo para sacarle partido a su anti-norteamericanismo.
El “filósofo” le ha explicado a Vargas Llosa que el comportamiento de Chávez en el conflicto Colombia-Ecuador tiene una sola explicación: “Desde el referéndum que perdió, su impopularidad en su propio país no hace más que crecer, al mismo tiempo que la inflación, el desabastecimiento alimenticio y la corrupción, que golpean sin misericordia a aquellos sectores venezolanos más pobres que en un principio eran su principal apoyo. En estas condiciones, nada tan oportuno como un conflicto bélico que permita a su Gobierno efusiones efervescentes de patriotismo a fin de crear artificialmente la unidad nacional. Y que tenga entretenidas a unas Fuerzas Armadas en las que jamás prendió la prédica ideológica de Chávez a favor del "Socialismo del Siglo XXI" y cuya lealtad, ahora vacilante, ha conseguido sobre todo sobornando a su cúpula.”
En esos informes, nada le explica el “filósofo” hechos como los relacionados con los policías de Uribe que se llevaron secuestrado de Caracas al llamado “Canciller de las FARC”, Rodrigo Granda; que el propio vicepresidente colombiano Francisco Santos, amenazó con secuestrar y llevarse a Bogotá al alcalde de Maracaibo Gian Carlo Di Martino, para procesarlo por terrorista. Que fuimos invadidos en plena Caracas por más de 300 paramilitares que en una acción de camuflaje dentro de algunos cuarteles pretendían simular un alzamiento para luego proceder a matar a Chávez. Que en Venezuela han ingresado más diez mil paramilitares expresamente enviados por Uribe para provocar inseguridad, secuestros, sicariato, robos y horribles crímenes en todo el país. Entonces Vargas Llosa dice: “No se explica de otra manera a cuento de qué el caudillo venezolano se precipitó a atizar el fuego de aquel episodio que nada tenía que ver con él”.
Y así por el estilo sigue analizando este otro Cachorro del imperio esta guerra provocada por el Plan Colombia, por lo que no escatima adjetivos para increpar al “payaso”, al “loco” a ese un animal herido, que se siente cada vez más rechazado por su pueblo y totalmente incapaz de revertir una crisis económica y social desatada por su ignorancia y megalomanía.” Y qué dolor para él es en cambio ver la situación de Álvaro Uribe, “el más popular que ha conocido Colombia en varias décadas, la narcoguerrilla ha comenzado a ceder el terreno y el pueblo colombiano a perder el miedo y a recuperar la esperanza. Eso hace de Uribe un ejemplo odiado por quienes quisieran, como Chávez, convertir a América Latina en una sociedad comunista a la manera de Cuba”.
Dígannos ustedes, queridos lectores, si este pobre escritor nacionalizado español (para mantenerse lo más distantes de los cholos de su tierra), además de totalmente chocho no es el más digno representante de todos los cachorro del continente. Lo deberíamos llamar ahora el CACHOCHORRO del imperio. Vaya.
jrodri@ula.ve