“China, un país que alguna vez se apartó del resto del mundo, abrió sus puertas ayer al celebrar su primera vez como anfitrión de los Juegos Olímpicos, con un espectacular despliegue de pompa y pirotecnia. Fue una megafiesta llena de color, tradición, modernidad y emoción. Como potencia mundial en ascenso, China dio la bienvenida a 204 delegaciones deportivas y numerosos dignatarios extranjeros, en una ceremonia de apertura presenciada por 91.000 espectadores en el llamativo estadio Nido de Pájaros. La ceremonia fue la gala más inmensa y costosa en la historia olímpica, en la que se usaron 30.000 fuegos artificiales. Al ritmo del estruendo de las explosiones pirotécnicas, la multitud en el estadio coreó la cuenta regresiva de los últimos segundos antes de que se inicie el espectáculo, incluyendo acróbatas colgados por cables y un total de 2.008 músicos haciendo repicar tambores.”
Así lo relataban las agencias internacionales, lo que es claro y evidente que China muestra su rostro de súper potencia, de una calidad técnica y sincronización como nunca se había visto. China rompe con un modelo capitalista, a pesar de utilizar grandes recursos económicos y manejarse como cualquier país capitalista. Pero ella está gritando al mundo la importancia del ser humano, la presencia de Gea, el ser supremo que habita en nuestro planeta, con un colorido y belleza extraordinaria. La cadencia, las figuras humanas, la energía, el Chi fluyendo por el globo, para construcción, no para muerte ni destrucción. China grita un nuevo concepto de inclusión y grandeza, los mandalas que formaban sus artistas con sus cuerpos se interconectaban al cosmos vital, un mensaje galáctico de supervivencia. China grita su supremacía mundial a todos los niveles. En su aspecto cultural, su antigüedad de Dragón Sagrado apareció en escena en forma de hombre y mujer con tanta sincronicidad y esencia. En el nido de pájaro fue la ceremonia, cuando el Drágon mostró su cara, el cosmos se deleitaba al ver a sus hijos mostrar su grandeza.
Tres horas después, el desfile de atletas acabó con el ingreso de los 639 integrantes del equipo chino, encabezado por su abanderado y estelar basquetbolista Yao Ming, junto a un niño de nueve años sobreviviente del terremoto que en mayo asoló la provincia de Sichuan. La reacción de los espectadores fue de total frenesí, al igual que durante los instantes siguientes, cuando el presidente Hu Jintao declaró oficialmente inaugurados los Juegos. La historia presentada en la ceremonia buscaba mostrar 54.000 años de historia china, desde la Gran Muralla hasta las marionetas de ópera y astronautas, destacando los logros en el arte, la música y la ciencia. Participaron unas 15.000 personas, incluyendo 2.008 tamborileros, todo bajo la dirección del chino Zhang Yimou, cuyas películas en el pasado a menudo disgustaron al gobierno y a los censores por su descarnada descripción de los problemas de su país.
China muestra ahora su poderío al mundo, en forma de organización, coordinación, excelencia, creatividad. Es un grito de toda la humanidad por la vida, por la gente. Rompe todos los esquemas de súper potencia. China es una anti potencia en esencia. Podría paralizar a sus enemigos occidentales, por su organización y tecnología. China mete miedo a EEUU y como no hacerlo, con tanta precisión y belleza. EEUU y Europa no podrán con China dentro de poco, eso lo saben a ciencia cierta, menos podrán hacerlo en tecnología y búsqueda de nuevas fuentes de energía. Su mensaje creativo es un mundo donde la técnica y la belleza vayan de la mano con el ser humano, es un grito en contra de la muerte, es la perfección sobre todas las cosas, pero todo unido al Chi de las formas a la esencia que pervive en la galaxia. Esa es la revolución de China, cultural y tecnológica, deberíamos aprender de ella los Latinoamericanos, su equilibrio perfecto en la política, economía y ciencia. La perfección sobre el dogmatismo, el orgullo de desempeñar algún objetivo o tarea de forma excelente. La unión de arte con ciencia, espíritu y cuerpo unidos por el Chi.
sedelu@hotmail.com