Después de más de dos décadas de liberalización del comercio y de decidida promoción de economías orientadas a la exportación, la liberalización de los mercados de capital, la promoción de las inversiones extranjeras y la privatización de los servicios públicos en los países africanos, los efectos negativos son claramente obvios.
Recientemente los países africanos (y del Caribe y del Pacífico) se enfrentados al refuerzo de semejantes políticas a través de los Acuerdos de Cooperación Económica (EPA por sus siglas en inglés) propuestos por la Unión Europea.
Consideramos necesaria una alternativa para nuestro continente en este siglo XXI. Nuestras propuesta es una Alternativa Social para África para la integración de los pueblos africanos que compartimos espacios geográficos, vínculos históricos y culturales y, sobre todo, necesidades y potencialidades comunes.
Se trataría de una integración basada en principios de cooperación, solidaridad y complementariedad, como una alternativa al modelo neoliberal, que no ha hecho más que profundizar las asimetrías estructurales y favorecer la acumulación de riquezas a minorías privilegiadas en detrimento del bienestar de los pueblos.
Y de acabar con los obstáculos que impiden el desarrollo de nuestro continente: son la pobreza y la exclusión social; el intercambio desigual y las condiciones injustas en las relaciones internacionales, el acceso a la información, a la tecnología y al conocimiento; aspira a construir consensos, para repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo autocentrado nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos.
En ese sentido, la construcción de la Alternativa Social para África afianzaría el desarrollo autocentrado, soberano y equilibrado de los países del continente, basándose en la cooperación de fondos compensatorios para corregir las disparidades que colocan en desventaja a los países africanos.
Se trata de construir consensos que conlleven a repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que contribuya a erradicar la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos.
Mientras que la integración neoliberal prioriza la liberalización del comercio y las inversiones, en cambio la Alternativa Social para África debe centrar su atención en la lucha contra la pobreza y la exclusión social, otorgando una importancia crucial a los derechos humanos, laborales y de la mujer, a la defensa del ambiente y a la integración física.
Además, la lucha contra las políticas proteccionistas y los ruinosos subsidios de los países industrializados no puede negar el derecho de los países pobres de proteger a sus campesinos y productores agrícolas. La producción agrícola es mucho más que la producción de una mercancía, es la base para preservar opciones culturales, es una forma de ocupación del territorio, define modalidades de relación con la naturaleza, tiene que ver directamente con la seguridad y autosuficiencia alimentaria.
La Alternativa Social para África tiene que atacar de raíz:
a. La pobreza de la mayoría de la población;
b. Las profundas desigualdades y asimetrías entre países
c. Intercambio desigual y condiciones injustas en las relaciones internacionales
d. El peso de una deuda impagable
e. La imposición de las políticas de ajuste estructural del FMI y el BM y de las rígidas reglas de la OMC que socavan las bases de apoyo social y político.
f. Los obstáculos para tener acceso a la información, el conocimiento y la tecnología que se derivan de los actuales acuerdos de propiedad intelectual; y,
g. Prestar atención a los problemas que afectan la consolidación de una verdadera democracia, tales como la monopolización de los medios de comunicación social
Y, desde luego, profundizar una integración africana mediante una agenda económica definida por los Estados soberanos, fuera de toda influencia nefasta de los organismos capitalistas internacionales.
En ese sentido es prioritario:
* La desmilitarización de nuestro continente, acabando con la presencia y las injerencias militares, tanto de EEUU como de la UE.
* La descolonización definitiva de todos los territorios africanos bajo soberanía europea.
* El fortalecimiento de la Unión Africana.
* La creación de un Banco Africano de Desarrollo, al margen del FMI y el Banco Mundial.
Para ello, los pueblos africanos debemos exigir:
* Que los gobiernos europeos y de EEUU terminen con su imposición de políticas económicas destructivas a los países africanos mediante las instituciones del FMI, el Banco Mundial, la OMC y acuerdos bilaterales de comercio.
* Que los gobiernos europeos y de EEUU y los bancos condonen de inmediato la deuda externa africana, y reconozcan su deuda ecológica y social hacia África.
* Que el gobierno de EEUU y la Comisión Europea deje de presionar a los gobiernos africanos y retire sus exigencias de las EPA.
* Que los gobiernos africanos resistan esas presiones negándose a firmar los EPA.
* Que las corporaciones transnacionales detengan su extracción predatoria de los recursos africanos, la destrucción del entorno y del equilibrio ecológico y la explotación de sus pueblos.
Y proponemos:
* Adoptar el principio de la soberanía alimentaria que los movimientos populares en todo el mundo levantan como una alternativa al modelo neoliberal de la agricultura industrial y la producción alimentaria controladas por las corporaciones.
* La potenciación del espacio político de los Estados africanos para apoyar sus agriculturas y proteger sus mercados regionales.
* Acabar con las políticas que impulsan la privatización de las semillas y de la biodiversidad, la propagación de los OGM y el concepto de los derechos de propiedad intelectual promovidos por corporaciones estadounidenses, europeas y otras.
* Políticas de utilización de las tierras que no favorecen a las corporaciones sobre los agricultores y las futuras generaciones y
* Estrategias para el desarrollo agrícola africano que no estén dominadas por donantes.
* Defensa del derecho de los países africanos y europeos a apoyar con fondos públicos a agricultores en pequeña escala, siempre que ese apoyo no afecte negativamente a otros agricultores fuera de sus respectivos países y regiones.
* El apoyo al desarrollo de una cultura democrática en particular a través de procesos transparentes y creíbles, con una fuerte participación de la sociedad civil en todas sus etapas, desde la educación cívica hasta la supervisión de elecciones.
* La regulación, mediante la implementación de leyes legalmente vinculantes, de las corporaciones transnacionales, particularmente aquellas activas en las industrias extractivas, para que terminen con las violaciones de los derechos humanos y con su participación en conflictos locales y regionales y que todas las CTN sean responsabilizadas en sus países originales por su conducta criminal en el extranjero.
* Reclamar el derecho a la alimentación, a la educación, a la salud, y otros servicios básicos a las instituciones financieras internacionales, a la OMC y a las agendas de los acuerdos de libre comercio bilaterales o regionales.
* Acabar con las actuales políticas migratorias, impulsadas por la preocupación por la seguridad y por la explotación de seres humanos, que criminalizan a los trabajadores itinerantes y amenazan sus derechos humanos y sociales tanto en Europa como en África. La emigración masiva es en gran parte el resultado de políticas europeas que cierran todas las demás oportunidades para los africanos, negándoles derechos económicos, sociales y culturales, especialmente el derecho a la alimentación.
* Acabar con la exteriorización de la política fronteriza de la Unión Europa que es impuesta a los gobiernos africanos para su implementación, así como con la política de detención, expulsión y deportación y los acuerdos de readmisión.
* Acabar con el Programa Frontex, que representa una inmensa inversión en la militarización del control fronterizo, crea la base para intervenciones directas en los países africanos y representa una verdadera declaración de guerra contra los trabajadores itinerantes.
* Acabar con todas las medidas y políticas que promueven exclusivamente la migración temporal y sistematizan la huída de cerebros, así como con todas las medidas económicas y acuerdos de libre comercio que reestructuran las economías locales, aumentando las desigualdades sociales y destruyendo los medios de vida y los puestos de trabajo.
* Que todas las políticas migratorias se basen en el reconocimiento de los derechos humanos fundamentales y de los derechos laborales garantizados instrumentos y protocolos de la ONU y de la OIT, incluyendo la libertad de movimiento, y el reconocimiento, con los derechos de asilo, de los refugiados del hambre y de la ecología.
* Adelantar iniciativas conjuntas de los países africanos para el desarrollo energético y minero a través la articulación de cadenas de agregación de valor integradas, que agreguen valor a las materias primas e impulsen el desarrollo endógeno en la región con base en la innovación tecnológica, con el propósito de lograr la soberanía productiva.
* Levantar un mapa minerometalúrgico de África y estudio de sus potencialidades industriales, como base de un plan estratégico minero del continente
* Implementar estrategias conjuntas de mercadeo y reingeniería de los medios logísticos para el transporte, almacenaje y distribución de crudos y productos en África.
* Establecer las bases para la creación de un Fondo de Desarrollo Minero orientado a la asistencia técnica, financiera e investigación y desarrollo científico y tecnológico del sector .
En definitiva, se trata de articular políticas comunes que reduzcan la dependencia y la descapitalización de nuestro continente, combatan el neocolonialismo y garanticen el camino a la plena soberanía de los pueblos africanos.
(*) Teodoro Santana es miembro del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)