Obama es Obama y el Imperio es el Imperio

El color de piel del presidente Obama y los valores ideológicos sociales que una cultura de resistencia expone sobre él desarrollaron en algunos centros políticos de América Latina y sectores de la población la idea de la posibilidad de algunos cambios ligeramente favorables al trato a la emigración, la pobreza y la exclusión. Observemos el contexto sobre el cual se monta la presidencia de Obama

   Un elemento importante dentro del discurso económico político de las crisis del sistema capitalista se refiere al llamado efecto dominó. Impulsado por las grandes crisis  financieras del siglo anterior y la actual crisis bursátil y bancaria generada desde la bolsa de New York y el sistema bancario del grupo del siete, muy en especial el de los EEUU. Se entiende el efecto dominó si definimos un centro o fuente de suministro de capitales y una periferia constituida por: mercados emergentes receptores de capitales, centros financieros con poco nivel de desarrollo de sus operaciones, centro bursátiles interrelacionados por la necesidad con los grandes centros mundiales. Así cuando el flujo se invierte en dirección (periferia -centro ) estamos en presencia de una descapitalización, mientras que cuando la movilización del capital financiero se efectúa a manera de instrumentos de deuda o créditos bancarios se origina la crisis bancaria o bancarrota, por otro lado si el desplazamiento del capital financiero se hace en valores de cambio se produce una crisis bursátil. Todos estos rasgos del sistema capitalista  impulsados desde y por la dinámica del mercado mundial exponen los riesgos que corre cualquier economía nacional o de región.

     En la comprensión del momento político actual a manera de premisa, pensamos en la presencia de un mercado financiero mundial, constituido por redes transnacionales, certificadores de riesgo, carteles financieros, organismos de financiamiento mundial como son: el BANCO MUNDIAL, el BID, el FMI, el  Departamento del Tesoro de los EEUU, la Reserva Federal de los EEUU; unidades bancarias de proyección alineadas todas ellas e interconectadas por redes informáticas  y telemáticas, con lo cual se proyecta  el control del proyecto financiero y la creación de la  interrelación  inversión - inversionista. De la aceptación de esta premisa podemos asumir que la crisis financiera  es la ruptura del equilibrio funcional de flujos financieros y capitales en una sociedad de mercado y su contexto de mercado mundial, la cual se traslada de inmediato a las áreas económicas, sociales y políticas de cualquier país en crisis o sumatoria de países, con lo cual se genera una crisis de civilización.

         Una visualización de la importancia dada al mercado en la economía de mercado nos presenta el proceso de mercadización del planeta. La mundialización financiera ha creado su propio Estado supranacional, expresión de un Estado imperial centrado el los EEUU y movible hasta cualquier Estado de los países miembros del G7, dispone de sus redes de influencia y de sus  medios de acción: El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y la Organización Mundial del Comercio (OMC),  hablan con una sola voz (amplificada por la totalidad de los grandes grupos de comunicación multimedia) exaltando de manera permanente las "virtudes" del mercado. 

        “Cada día, el capital financiero se mueve incansablemente a lo largo de todo el mundo, aproximadamente un billón y medio de dólares USA (más  de 4.000,00 Billones de Bolívares) están en permanente movimiento especulando sobre las cotizaciones de las divisas y buscando el beneficio instantáneo, por encima de los Estados y de los ciudadanos. La libertad total de circulación de capitales, los paraísos fiscales y el enorme volumen de las transacciones especulativas, empujan a los Estados a una loca carrera para recibir los favores de esos grandes inversores". (ATTAC. Internet) 
 

         La mundialización del mercado financiero, no es un hecho aislado y muy por el contrario hay que apreciarla en interrelación al crecimiento y mundialización de los mercados tecnológicos, energético - petrolero, de bienes y servicios; de la dominación político militar, y en general asumimos que es una expresión de la mercadización mundial expuesta por Fukuyama y mejor señalada por el señalamiento de la economía red de M.Castell, cuyo crecimiento no es otra cosa que una repercusión de la dinámica de acumulación – expansión señalada por I. Mészáro, desde el enfoque de  una geografía política centrada en las naciones y sus Estados Nacionales. Desde esta línea podemos observar que una ajustada síntesis en torno al análisis dominante sobre el crecimiento del mercado financiero mundial y su contexto social, lo expuso Alan Greespan. (¿Usted Conoce a Alan Gresspan?,  1997, Internet) 

         “Comprender mejor la evolución de los florecientes mercados financieros de hoy analizando los cambios extraordinarios que han ocurrido en el siglo pasado o antes, en lo que convencionalmente conocemos como el sector real de la economía: la producción de bienes y servicios. Las mismas fuerzas tecnológicas que actualmente impulsan las finanzas se manifestaron primero en el proceso de producción y han tenido un efecto profundo en lo que producimos, cómo lo producimos, y cómo lo financiamos. Los cambios tecnológicos, o dicho en forma más general, las ideas, han alterado significativamente la naturaleza de la producción de tal manera que ha llegado a ser más conceptual y menos física. La parte física de lo que se mide en el producto interno bruto real constituye hoy una proporción mucho más pequeña que en generaciones pasadas” 

         Apreciemos que la interrelación acumulación – expansión, da origen al  mercado mundial y desde aquí la mundialización de la interrelación economía de mercado – sociedad de mercado,  engendra la base  de la mundialización del sistema capitalista, transformada esta dinámica en globalización cuando se aprecia como “un orden metabólico social”. La ideología hegemónica de la globalización y la cultura dominante en el capital forman una vertiente importante de la dinámica de acumulación – expansión, con el desarrollo de equilibrios a salto en el crecimiento del sistema capitalista.  El como se produce la mundialización de la sociedad de mercado nos lo plantea Manuel Castells en la “Sociedad Red”. 

          “Nuestra exploración de las estructuras sociales emergentes por distintos ámbitos de la actividad y experiencia humana conduce a una conclusión general: como tendencia histórica las funciones y los procesos dominantes en la era de la información cada vez más se organizan en torno a redes. Estas constituyen la nueva morfología social de nuestras sociedades y su lógica de enlace modifica de forma sustancial la operación  y los resultados de los procesos de producción, la experiencia, el poder y la cultura”  Castells, M. La Era de la Información. Vol. I “La Sociedad Red”. Pp.507 

         La interrogante inmediata, si aceptamos el señalamiento de la sociedad Red para caracterizar el estado de las interrelaciones sociales en el proceso de mundialización del capital se refiere a saber ¿qué es una red? Castells nos la define: “Una red es un conjunto de nodos interconectados. Un nodo es el punto en que una curva se intercepta a si misma” (pp.506).

          Según Castells el nodo está referido al tipo de red específica, de donde entendemos que hablamos de sistemas como estructuras organizativas complejas con sus leyes de composición interna y cuyos elementos componentes están constituidos por redes  interrelacionadas en su naturaleza o forma de ser. Consideremos al sistema económico  como una red compuesta de nodos o unidades financieras, comerciales, de capital, bursátiles e industriales con la característica de estar interconectadas a nivel de mercado nacional, regional y mundial. La sociedad política o sistema político cuya ley de composición encierra al régimen político, las estructuras derivadas de la participación política y el Estado. Todas ellas interconectadas por la vía de los proyectos socio políticos derivados de sus praxis en interrelación con una sociedad política regional y mundial.

         La unidad de las redes cualquiera sea el sistema donde coexisten la establece la interrelación cultura – ideología.  El discurso de ella derivado expresa los puntos de unión de los nodos y su existencia orgánica. Se trata de la cultura de la  sociedad de mercado en interrelación con  la ideología derivada de la economía de mercado, orientada sobre un fondo discursivo de valores socio culturales, creencias, expectativas de organización y vida no solo biológica, sino socio económica, cultural, tecnológica – científica y política para la población  organizada de cualquier sociedad nacional o región.

         Esta sistematicidad expuesta en la mundialización del capital, expresada como valor socio cultural  de la globalización conduce a sus contradicciones duraderas, a saber: la interrelación pobreza – opulencia o excluidos – privilegiados, sociedades empobrecidas – sociedades de consumo en la opulencia. Recordando que la lucha de clase es extensiva a cualquier sociedad nacional y que la interrelación pobreza – opulencia desarrollada desde las políticas implementadas por las concepciones neoliberalismo – neoconservadurismo antiigualitarios, ambas con orígenes en los EEUU, es lo que nos permite asumir que la mundialización de la sociedad de mercado con su modo de control metabólico capitalista (Mészáro) es un proceso irreversible que tiende a una verticalidad estructural en su dinámica diaria. Su dirección apunta no solo a la acumulación del capital sino a la reproducción y expansión de la naturaleza de todas las interrelaciones sociales, culturales, económicas y políticas, expresadas en un proyecto hegemónico.  

     Desde nuestro enfoque anterior podemos deducir que Obama es Obama y el imperio es el imperio con factores de poder preestablecidos y con una dirección política – económica y militar definida con antelación y solo condicionada por los efectos inmediatos de la actual crisis  de civilización cuyos rasgos de mayor importancia son la desconfianza en y de las unidades bancarias, el incremento de la pobreza, pobreza crítica, el desempleo al interior de los EEUU y la perdida de confianza de los ciudadanos de ese país en su gobierno. En término  general podemos decir que no está por ocurrir una revolución, en lo inmediato, al interior de los EEUU

fredmud2002@yahoo.com



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Freddy Mudarra - Cristina Michelena


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