Gaza es la primera víctima del gobierno imperialista y racista de Obama

Por la rapidez con que la izquierda reformista anunció su entusiasmo con el triunfo electoral de Barack Obama, más de uno se habrá esperanzado con el "cambio" anunciado por los demócratas y representado por el primer presidente afrodescendiente de los EEUU. En una entrevista con Sean Penn, Raúl Castro dijo estar dispuesto a dialogar con Obama, en algún territorio neutral, como por ejemplo la base militar de Guantánamo, territorio cubano ocupado ilegalmente por una base militar estadounidense. Castro incluso habló de una posible cooperación con los EEUU para la explotación de petróleo en el mar territorial cubano.

Por su parte, Chávez planteó en una entrevista con José Vicente Rangel que estaría dispuesto a negociar con Obama el retorno de las operaciones de la DEA a territorio venezolano, y a cooperar en la "lucha antiterrorista", argot del intervencionismo estadounidense. Como si, por el cambio de gobierno en los EEUU, la DEA dejara de ser una agencia que trafica drogas y realiza espionaje ilegal en los países en los que opera (estas fueron las razones por las que se expulsó a la DEA de Venezuela), o la invasión criminal de Irak y Afganistán no fuera la más clara expresión de la lucha "antiterrorista" yanqui.

Décadas de propaganda en torno a la ideología de la "política de identidades", cumplieron su tarea de desorientadora. Parecía que la lucha de clases se había desdibujado en una serie de conflictos "culturales" entre "identidades" étnicas, de género, orientación sexual, etc. Sería entonces "progresivo" que gobierne una mujer, en una sociedad patriarcal; o un negro en una sociedad racista. Choca con esta visión la existencia de una Condolezza Rice que, reuniendo ambas condiciones, cumple funciones en un gobierno ultrarreaccionario, y es la representante de un gobierno marcadamente racista. Colin Powell, es otro afrodescendiente que mostró su utilidad y diligencia para servir a las atrocidades de la política imperialista, mientras que la máxima autoridad militar en la cárcel iraquí de Abu Graib, cuando ocurrieron las difundidas torturas en contra de prisioneros iraquíes, era una mujer. El propio Obama no es más que un modernizado Tío Tom que ha llegado a la Casa Blanca para cuidar los intereses de la clase capitalista, a la que poco importa el género o la condición étnica de sus servidores.

Para demostrar que el "cambio" con el que adornó cosméticamente sus discursos no es más que una consigna hueca, Obama nombró en los puestos clave de su gabinete a personajes asociados a los más oscuros intereses de las grandes corporaciones con base en los EEUU, entre ellos a Hillary Clinton, primera dama durante la década de la invasión ilegal de la ex Yugoslavia, y el bloqueo y los bombardeos contra Irak; y a Rahm Emanuel, un siniestro asesor del Likud, partido ultraderechista israelí. La reciente agresión criminal de Israel contra la población civil palestina en la Franja de Gaza es un indicio del tipo de gobierno que representará Obama para los pueblos que luchan contra el yugo colonial.

Obama no sólo ha nombrado a Hillary Clinton, cuya disposición a utilizar armas nucleares contra Irán ha sido expresada públicamente, como Secretaria de Estado; o a Emanuel, un fanático miembro de una organización fascistoide israelí, como jefe de gabinete. El propio Obama, que se abstuvo de dirigirse directamente a la comunidad afrodescendiente, o a abordar la discriminación racial en los EE UU durante su campaña, declaró en varias ocasiones su apoyo incondicional a Israel, un Estado cuyo fundamento es colonialista y racista, y cuya existencia es sostenida militarmente por el imperialismo.

Ante la decisión de la cúpula del gobierno sionista de bombardear e invadir Gaza, con el propósito declarado de derrocar al gobierno democráticamente electo por los palestinos, y habiendo los sionistas asesinado a centenares de civiles en las primeras horas de las operaciones militares, la declaración del vocero de Obama consistió en decir que el presidente electo seguía "los hechos con mucho interés" desde su retiro en Hawaii.

Ante las expresiones melodramáticas de incondicionalidad que ofreció Obama durante su campaña en la AIPAC (la organización sionista más importante en los EEUU), ilustrando la política agresiva y colonialista de Israel como la que él mismo adoptaría para "proteger a sus hijas", los israelíes no se equivocaron al confiar en la carta blanca que el nuevo gobierno gringo extendería a sus operaciones de limpieza étnica y aniquilamiento de la resistencia palestina. Obama es el garante de una política racista, que niega los más elementales derechos políticos y democráticos al pueblo palestino, al tiempo que justifica los más atroces crímenes de guerra a nombre del derecho del sionismo a la "seguridad" de su Estado.

Simón Rodríguez Porras es militante de la Unidad Socialista de Izquierda (USI)


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Simón Rodríguez Porras

Músico y militante del Partido Socialismo y Libertad.

 @guitarraylapiz

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