La construcción de
un a sociedad justa, de igualdad de derechos sociales, necesariamente
se inscribe en el contexto del Socialismo. Los resultados del referendo
el 15 de febrero sobre la enmienda constitucional, teniendo como resultado
el triunfo del SI con una ventaja de más de un millón de votos,
indica que el pueblo venezolano, viene adquiriendo un grado de conciencia
favorable a la transformación social, distinta a la sociedad capitalista,
porque han evidenciado y vivido las políticas de beneficios sociales.
Indiscutiblemente, que pudiera interpretarse esto como un concepto
pragmático. Algunos afirmarán que el hecho de votar SI o NO,
es una acción electoral enmarcado en un monosílabo positivo o negativo,
o también de un color determinado. Pero al incluir este referendo del
domingo 15-F, como una vía para darle continuidad a un proceso revolucionario
que apenas comienza, adquiere la expresión de un carácter ideológico-político
indiscutible, por encima de los teóricos elitescos que pregonan que
eso es llanamente una interpretación positivista del fenómeno electoral
dentro de un marco de cambios. Lo que si es cierto, es que se acaba
de abrir una nueva etapa dentro del desarrollo de la revolución, llamada
a profundizar la discusión y el debate ideológico, pues se considera
incluso que nuestro presidente es en esta coyuntura histórica,
imprescindible, porque encarna el liderazgo , el poder de convocatoria
para la defensa del proyecto socialista bolivariana que no es otra cosa
que revivir el pensamiento del libertador Simón Bolívar respecto a
la necesidad de unir a Suramérica para mantener la independencia consolidada
y hoy es inevitable esa unidad para construir la sociedad Socialista.
Todo este planteamiento debe ubicarse y operar con la visión de los
aciertos y errores del Socialismo de la Europa Oriental, Unión Soviética,
Cuba como ejemplo de resistencia y valor ante una potencia que la mantiene
bloqueada y está asentada en su propio territorio como es la base y
prisión de Guantánamo. Por ello, la gestión de gobierno en
nuestro país debe enfatizar en la calidad de vida del venezolano,
las mejoras sustanciales de las condiciones laborales de los trabajadores
que son el germen de la producción y generación de servicios para
el beneficio colectivo. El Estado, al ir asumiendo las empresas productivas
como empresas sociales contraria a la privada, debe demostrar eficiencia,
organización y capacidad de respuestas productivas relacionadas con
la soberanía nacional, generación de inclusión y satisfacción socializada,
insistir en el crecimiento y abastecimiento de insumos alimenticios
y de todos los sectores de la economía. Hoy, el reto de construir el
socialismo, tiene implicaciones inmediatas de resolver el problema de
vivienda, desparecer el desempleo, superar la monoproducción, diversificando
la economía, disminuyendo el rentismo petrolero como base de generación
de divisas para el país, el desarrollo agrícola es fundamental en
la búsqueda de la independencia. La salud y educación, deben dar el
salto definitivo hacia la calidad tangible, que superen al sector privado
en todos los lugares y tiempo. ¿Por qué debatir sobre el Socialismo
y el camino para lograrlo? Porque sin dudas de acuerdo a las afirmaciones
hechas anteriormente, las experiencias del siglo XX, dejaron huellas
profundas, casi indelebles, que deben leerse a la luz latinoamericana.
Cuando se enfatiza que esta revolución es bolivariana, se contextualiza
un proceso en tiempo y espacio, Venezuela, como parte de un subcontinente
muy apetecido por las grandes potencias debido a sus riquezas naturales
energéticas y hoy, uno de los territorios con mayor cantidad de afluentes
de agua dulce, elemento de gran controversia actualmente. El Socialismo
es venezolano, latinoamericano, porque hay situaciones específicas,
propias de nuestra geografía, cultura, historia y economía, que necesariamente
crean la necesidad de un modelo original para las respuestas a
la población caracterizada por ser una mezcla étnica y pluricultural.