"Los Estados Unidos parecen predestinados
por la providencia para plagar de miseria
nuestros pueblos". Simón Bolívar.
Con bastante curiosidad vemos, a través de los grandes titulares de la gran prensa internacional, como hay una pugna entre el supuesto gobierno colombiano representado por Álvaro Uribe y el otro gobierno de facto del ministro de defensa colombiano Juan Manuel Santos. A veces da la impresión que la opinión del señor Uribe está subordinada a la opinión del verdadero representante de la oligarquía colombiana.
Un día Uribe se abraza con Chávez y con cuanto presidente comunista hay en la América latina, y al otro día aparece el Santo echando por el suelo con sus declaraciones, todo lo que ha hecho o dicho el títere presidente de la Casa de Nariño. Que papelazo el de el gran Alvarito, parece que no tiene el verdadero control del gobierno colombiano. Es la fachada delante de las cámaras, para esconder que en Colombia gobiernan los militares en nombre de la más rancia oligarquía de nuestro continente.
Uribe y algunos funcionarios de poca monta, son la cara supuestamente democrática de un grupo que utilizó todo el terror de las Auto defensas Unidas de Colombia o grupos terroristas paramilitares, para ganar las elecciones truculentas de la reelección de don Alvarito. El supuesto actual presidente de Colombia, hasta tenía un número en las listas de la DEA y supuestamente se codeaba y que todavía lo hace con los grandes capos de la droga en Colombia.
Han desmovilizado a los grupos paramilitares en Colombia, para reagruparlos en los estados fronterizos de Venezuela, con el propósito de asesinar a líderes sociales y campesinos en nuestro país y para mantenerlos como fuerzas mercenarias de ocupación de todo el occidente venezolano, en el supuesto negado que puedan establecer una media luna separatista en nuestros estados fronterizos occidentales.
Ahora amenazan con bombardear los sembradíos de coca en las cercanías de las fronteras con Venezuela. Precisamente cuando el gobierno de nuestro país está empeñado en conquistar la soberanía alimentaria, para poder garantizar la verdadera soberanía política, económica y financiera. Nada es casualidad, nada es sin intención, buscan debilitar a la economía venezolana y el gobierno de la oligarquía colombiana se presta para ese plan desestabilizador y terrorista.
Para estos bombardeos selectivos en la frontera con Venezuela el ministerio de la Defensa de Colombia pretende utilizar irresponsablemente el herbicida altamente toxico Glifosato, considerado por grupos ecologistas como nocivo para la salud humana y animal y para los cultivos legales, dicho herbicida está prohibido en Venezuela. Esto le importa poco al gobierno oligárquico y dictatorial de Juan Manuel Santos.
Empiezan a revivir, en tiempos de elecciones en Ecuador, el plan desestabilizador basado en la política de defensa extraterritorial, que el ministro de defensa colombiano quiere imponer en nuestra región, atendiendo a las exigencias que hace el gobierno norteamericano a la oligarquía colombiana. De nuevo vuelven a sonar el amañado caso de las computadoras del Comandante Raúl Reyes.
El pobre señor Uribe, está siendo utilizado para revivir un viejo conflicto de fronteras marítimas con Nicaragua. Todo esto para justificar posibles invasiones y embargos a nuestros pueblos, táctica que la Cuba revolucionaria derrotó con bastante dignidad y coraje.
Quieren revivir el fracasado Plan Colombia, para esto el gobierno norteamericano, exige al señor Santos, que los jóvenes soldados colombianos vayan a morir en Afganistán, en una guerra que no es de ellos. Los van a utilizar para hacer el trabajo sucio, que las grandes potencias no se atreven a hacer, aprovechando la experiencia que tienen las fuerzas militares de Colombia en la masacre de pueblos y de luchadores sociales.
Al señor Uribe solo le ha quedado el protocolar papel de ser un títere, en las celebraciones oficiales, para recibir credenciales diplomáticas, para recibir a presidentes y reyes en el aeropuerto y para ser un simple vocero de esa oligarquía que le dio ese triste papel de segundón del ministro Santos. Él es el vocero que utilizan contra Chávez y otros presidentes y presidentas latinoamericanos, verdaderamente cumple su papel de bufón de la corte narcoligarca colombiana.
Su papel netamente decorativo, solo lo hace representar roles de segunda categorías, él solo está para predicar las supuestas bondades de los decadentes TLC. Su rol tan solo se limita a estar mendigando un nuevo Plan Colombia, dinero y armamento para reprimir y asesinar a defensores de derechos humanos en su país, a líderes sociales y a comunidades indígenas.
Venezuela y otros países, deberían enfrentar las amenazas del ministro Santos de bombardear con sustancias químicas prohibidas todos los sembradíos de coca ubicados en las fronteras con Venezuela y Ecuador, con el cierre de sus fronteras de los productos colombianos y de las inversiones binacionales. Además se puede suspender la exportación de combustibles para todo el oriente colombiano.
Colombia, a través del gobierno de su majestad Juan Manuel Santos I, es la cabeza de playa para una posible invasión a nuestros países. Va a seguir siendo utilizado el suelo colombiano, como una especie de globo experimental, para provocar a los países que tienen fronteras comunes con este país.
Estos vuelos de bombardeos a sembradíos en la frontera con Venezuela, son pruebas ensayos para probar la capacidad operativa y defensiva de nuestras Fuerza Armada, y como acto de provocación que facilite un enfrentamiento político o militar, para que los Estados Unidos puedan intervenir de alguna manera en contra de nuestros pueblos.
¡El Pueblo nunca Olvida!
obedvizcaino@gmail.com