Pasado ya la emoción de la V Cumbre de las Américas, vale la pena revisar un poco la trascendencia del evento con la finalidad de establecer si en la V Cumbre de las Américas, hubo un avance, con respecto a lo acontecido en el evento del Mar de Plata. Tener con referencia el desarrollo y resultado de la IV Cumbre, es una manera (sino la única) de medir que tanto se ha avanzado (por ejemplo) en el proceso de integración y de solidaridad entre las naciones que integran la región de América Latina.
Se puede estar conforme con las intervenciones de Daniel Ortega, Chávez y Evo, pero es posible, que se tenga que decir, que con respecto a la IV, se noto un “ligero” desencuentro con el discurso de otras naciones de la Región. En aquella oportunidad por ejemplo, la posición de la Argentina fue más solidaria con el sentimiento de hermandad de las naciones de la región y ahora, esa solidaridad fue muy tímida. En aquella, el bloque Brasil, Argentina, Bolivia, Uruguay y Venezuela era o parecía sólido; ahora, Argentina y Brasil y posiblemente Uruguay jugaron al autismo. No debe olvidarse que unos días antes de esta V Cumbre, tuvo lugar en Chile, la Cumbre de los Líderes Progresistas, que contó con la participación de Argentina, Brasil, el Vicepresidente de los EEUU y el Primer Ministro Británico. ¿Qué paso entre tantos progresistas?
En la IV Cumbre aunque el tema central fue más o menos crear las condiciones para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”, se derrotó contundentemente el contrabando del proyecto del ALCA. Prácticamente en esa IV Cumbre de las Américas no hubo consenso. Eso de alguna manera fue lo cumbre de esa IV Cumbre.
La IV, como ya se mencionó, el tema fue: “Crear Trabajo para enfrentar la Pobreza y Fortalecer la Gobernabilidad democrática” y en la V, a pesar de las amenazas de la crisis capitalistas y de haberse profundizado en estos años, la intervención de los EEUU para alterar el curso democrático que están dándose en Venezuela, Bolivia y Ecuador, estos temas fueron completamente ignorados por la posición autista de Argentina, Baril y otros que ayer fueron un poco más consecuente. La crisis no existe y las intervenciones tampoco. Pasar por alto este proceso de intervención fue uno de los eventos no cumbre de esta V Cumbre.
El reclamo de la incorporación de Cuba a este tipo de evento no debe verse como una posición radical frente a un país hegemónico que ha estado imponiendo la exclusión de Cuba en estos foros, veámoslos simplemente como un gesto medio solidario para no quedar tan mal frente al grupo del ALBA. Esta es una línea bastante gris (no cumbre) de la cumbre. Hubo una aparente hermandad, pero una solidaridad corta o con pies de hielo en un clima que se recalienta rápidamente.
América latina tuvo la oportunidad de darle continuidad al espíritu que emergió en la IV y cuestionar con fuerza toda la política de intervención que los Estados Unidos han estado realizando en Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Ecuador. No pudo contarse con interlocutores que asumieran en sus discursos una posición clara y contundente en contra de este proceso intervencionista, porque la timidez y la diplomacia hipocritita dio Barack Obama la oportunidad de salir airoso de ese evento.
Las intervenciones de Daniel Ortega, Evo y Chávez simplemente no recibieron un apoyo contundente. Nada o muy poco eco recibió la denuncia que Evo le presentó a Obama sobre la planificación de un magnicidio para sacarlo del camino. Barak Obama prácticamente salió muy bien parado y con un perfil de Presidente simpático y prometiendo un “dialogo directo”, pero no planteó ninguna promesa dirigida a erradicar el “dialogo” que indirectamente realiza a través de las intervenciones de la CIA. La Cumbre de las Américas culminó y deja la sensación que en esta parte del continente no parece estar pasando nada y que los intentos separatista en la llamada media luna y otros eventos con la abierta y directa participación de los EEUU, es una simple especulación.
Realmente, el regalo que le ofreció Hugo Chávez al Presidente de los Estados Unidos fue lo cumbre de la V Cumbre. Fue lo cumbre de esa Cumbre, porque en ese gesto se afina un postura frente a la intención de Obama de cerrar las referencias al pasado. Con el regalo, Chávez le salió al paso a la intención de Obama y no tuvo la necesidad de recordar que ahí estaba el “tufito” de azufre. Fue una manera muy inteligente de decirle al mundo y a Obama, que el pasado estaba presente en esa V Cumbre.
Es también una manera de recordarle a la humanidad, que hay una memoria debidamente registrada sobre las formas como se han comportado y se comportan los imperialismos con los pueblos que se alzan contra la dominación. El regalo es una manera de recordarle a ese mundo de la existencia de un tipo de imperialismo, que pudo saquear las inmensas riquezas de una región con el mayor genocidio que haya conocido la humanidad.
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