En los momentos actuales de crisis de la economía global, un conjunto de individuos e instituciones, seguramente por distintas motivaciones, están comenzando a dar mensajes positivos acerca de la evolución de la mencionada crisis. Por otra parte en los últimos meses ha estado ocurriendo un incremento de precios en dos sectores importantes de la economía mundial como son la Bolsa y el Petróleo, lo cual es interpretado como una muestra de que la recuperación se encuentra cerca y por lo tanto es el momento de tomar posiciones para el auge que se avecina.
En ese sentido quisiera señalar algunas consideraciones en lo referente a la situación actual de la economía. Nadie de una forma organizada y sistemática previó el inicio y la magnitud de la presente crisis y a quienes lo hicieron se les prestó poco caso, como pasó con las Naciones Unidas que en su informe “Situación y perspectivas para la economía mundial, 2007” señalo en sus primeras líneas:
“… Luego de crecer de manera sólida y generalizada por tres años consecutivos, se espera que la economía mundial se desacelere en el 2007. (…) La economía de los Estados Unidos será la principal causa de esta desaceleración global, ya que su crecimiento esperado caerá a una tasa cercana al 2.2 por ciento en el 2007, debido al debilitamiento de su mercado inmobiliario…. “
Y en su página 3 escribió este texto premonitorio:
“La posibilidad de una desaceleración más severa en los mercados inmobiliarios representa un riesgo significativo a la baja para el panorama económico. Un número de economías han experimentado un alza significativa en los precios de bienes raíces en la última década, y los efectos riqueza asociados a ésta han contribuido al sólido crecimiento económico. Una reversión de este proceso puede conducir a una caída significativa del crecimiento económico mundial. Varios indicadores que miden el desempeño del mercado inmobiliario en Estados Unidos muestran una recesión significativa en este sector –una reducción cercana al 20 por ciento en los últimos meses de 2006. Mientras el escenario base supone un ajuste limitado en el mercado de bienes raíces, y por tanto una desaceleración moderada en la economía, un escenario alternativo menos optimista muestra que una caída más severa en los precios de la vivienda en Estados Unidos llevaría no sólo a reducir el crecimiento de este país a una tasa menor al 1 por ciento en el 2007, sino también a una reducción sustancial del crecimiento económico del resto del mundo en más de un punto porcentual. Adicionalmente, un drástica caída de los precios de la bienes raíces en las economías más grandes provocaría una crisis en los mercados hipotecarios y pondría en marcha un ajuste deflacionario de los desequilibrios globales, aumentando el riesgo de una gran perturbación en los mercados financieros.”
De que esta posición de las Naciones Unidas no fue mayormente tomada en cuenta lo podemos observar en la posición del Fondo Monetario Internacional, (FMI) el cual al momento de redactar su respectivo informe de supervisión “Perspectivas de la Economía Mundial” sus Directores Ejecutivos, de acuerdo a lo que señalan en el Informe Anual 2007 negaron prácticamente esta posibilidad ya que:
“… consideraron que la expansión mundial apenas se desaceleraría en 2007 y 2008 y que las presiones inflacionarias seguirían estando contenidas. En general opinaron que la turbulencia experimentada en el mercado en febrero y marzo de 2007 fue una corrección tras un período de pujanza en los precios de los activos, que no exigió una revisión fundamental del favorable panorama económico mundial.”
y que
“…La incógnita a la hora de evaluar estos riesgos es si la economía mundial se mantendrá en una trayectoria de crecimiento vigoroso aun si la economía estadounidense sufre un enfriamiento más acusado, es decir, si las perspectivas mundiales se desacoplarán de las de Estados Unidos, sobre todo teniendo en cuenta el efecto limitado de la reciente desaceleración de la actividad en Estados Unidos”
Lo que en realidad sucedió es ya de todos conocido.
En nuestro país tampoco se previó la crisis, a pesar de la gran cantidad de personas formadas en el marxismo y que hacen vida política activa en el proceso bolivariano, por lo tanto no podemos dejarnos llevar por posiciones internacionales que tienen un sesgo muy interesado, como son muchos de los que hablan de que lo peor de la crisis ya pasó y elaborar nuestros propios criterios sobre la posible evolución de la crisis global.
Podríamos concluir que hay poca capacidad de predicción científica en este campo en el mundo, por lo que según mi punto de vista para cuidarnos en salud, es que si bien, el origen de la crisis global fue la sobreproducción en el sector de construcción, esta no actúo sola sino que fue acompañada, entre otros aspectos por la especulación que se desató en otros sectores como son el alimentario y la energía. Este factor de especulación sigue activo (vivito y coleando) por lo que en cualquier momento puede desatarse, sino es que ya lo ha hecho en la bolsa y en el petróleo, por lo que puede producir una nueva reducción del consumo y precipitar una segunda onda recesiva, La Replica, de impredecibles consecuencias para todos los países del mundo.
Venezuela debe prepararse para esa posibilidad y no dejarse llevar por la euforia que producen los últimos aumentos de precios petroleros, y aprovechar este compás de tiempo para analizar que hicimos bien en la primera manifestación de la crisis y que hicimos mal, que medidas se tomaron y cuales deben tomarse, cuales son las medidas socialistas económicas anticrisis que deben aplicarse y con todos estos elementos preparar un Plan, para que tal como hizo FUNVISIS educar a la población sobre como actuar en caso de presentarse esta réplica.
Oscar111147@yahoo.com
Caracas, 25 de mayo de 2009