“Estoy acá en mi rincón preguntadome hace rato como es posible que al gato le meta miedo el ratón”, tarareó el guerrillero de tonada y guitarra, Carlos Puebla, en aquellos días infamantes cuando el Pentágono y toda la godorria de este continente, asustada por el ejemplo del pueblo cubano, salieron como gallinas a cacarear desde los cenáculos de la OEA, ¡Fuera Fidel y su Castro Comunismo!
Desde los días de Playa Girón, la Primera Declaración de la Habana y la bala que mató al Ché, ha corrido mucha agua por los turbulentos ríos de esta América; y por supuesto que la OEA y los treces gobiernos que en representación de sus países, votaron entre otros este considerando:"Que la adhesión de cualquier miembro de la Organización de los Estados Americanos al marxismo-leninismo es incompatible con el Sistema Interamericano y el alineamiento de tal gobierno con el bloque comunista quebranta la unidad y la solidaridad del Hemisferio”, ya no existen , como tampoco existen las causas que originaron ese potro del tormento donde han martirizado al pueblo de Martí, mejor conocido como el bloqueo económico.
Recientemente el Comandante Fidel ha señalado que “Cuba no es enemiga de la paz, ni reacia al intercambio o la cooperación entre países de diferentes sistemas políticos, pero ha sido y será intransigente en la defensa de sus principios.” Otra no ha podido ser la respuesta de quien le tocó llevar en medio de la tormenta y mares procelosos a esta “insignificante” isla hasta las orillas de esta OEA, donde el otrora emperador ha devenido en un negrito sitiado; no por muchos Vietnam como decía el Argentino y Cubano, pero si por una América Latina, que ha iniciado una marcha sin retorno a su verdadera independencia y hacia el respeto por la autodeterminación de los pueblos y sus gobiernos.
Los Cancilleres y Presidente presente en San Pedro Sula, Hondura; han tomado una decisión histórica, por un lado le han lavado el rostro a los países que se prestaron a las políticas imperiales de aquellos tiempos de la guerra fría y por otro han reivindicado al pueblo y al gobierno de Cuba, que premonitoriamente en su Segunda Declaración de la Habana señalaron: “Esta epopeya que tenemos delante la van a escribir las masas hambrientas de indios, de campesinos sin tierra, de obreros explotados, la van a escribir las masas progresistas; los intelectuales honestos y brillantes que tanto abundan en nuestras sufridas tierras de América Latina...”
A la decisión de derogar la resolución de Punta del Este; Fidel, Raúl, todo el gobierno y el pueblo de Cuba, sin transigir en la defensa de sus principios, deben considérala. Asumirla como una batalla más y de paso ganada, en su eterna guerra contra el bloqueo impuesto por los señores del imperio. Insistir ahora en una auto exclusión, es desconocer la presencia en ese Foro de gobiernos como los de Chávez, Funes, Ortega, Correa y Evo; pero además significaría no aprovechar la coyuntura que países como Brasil, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Chile, Argentina y hasta el mismo Honduras; no sólo han demostrado solidaridad ante el drama vivido durante 47 años, sino que sin aspavientos, ni retóricas, de algún modo también anuncian y gestionan a nombre de gobiernos socialistas y democráticos.
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