Con la celebración del 188 aniversario de la batalla de Carabobo, se abre un marco de acciones importantes consustanciadas con la idea del Libertador Simón Bolívar de unificar en una sola nación lo que se conoce hoy como Latinoamérica, Suramérica, Hispanoamérica o las antiguas colonias del imperio español. La obra inconclusa del Libertador Simón Bolívar se está reconstruyendo bajo los criterios de un cambio social y económico que permita la igualdad de derechos ciudadanos y la soberanía de nuestros pueblos. Se puede decir que ciertamente, estamos en una segunda guerra por la independencia contra un sistema económico basado en la explotación y la destrucción del medio ambiente de forma acelerada por el incentivo al consumo irracional y la obtención de la máxima ganancia. El Capitalismo, modo de producción cuya célula fundamental es la mercancía, hizo de la vida cotidiana una competencia por la supervivencia. Se cumple la afirmación “el hombre es el lobo del hombre”.
La batalla de Carabobo celebrada el pasado 24 de junio, se desarrolla en 1821 y se completa la liberación de Venezuela el 23 de junio con la batalla de Maracaibo y la toma y control que se logra en Puerto Cabello, dominando la fortaleza del castillo San Felipe donde se refugiaron los derrotados del ejercito español dirigido por Miguel de la Torre. Esa batalla fue antecedida por muchas otras acciones bélicas, marchas y contramarchas. Por esa razón, el hecho de instalarse en el Estado Aragua la VI cumbre extraordinaria del Alba, fortalece la esperanza de ver el sueño de Bolívar hecho realidad: convertir en una gran nación a nuestra América independiente. El pasado 22 de Junio se celebró también el 183 aniversario de la instalación del Congreso de Panamá, proyecto bolivariano inspirado en Francisco de Miranda, Vizcardo y Guzmán, con el objetivo de unificar las naciones recién liberadas del imperio español y lograr acuerdos económicos y militares en defensa del sostenimiento de la independencia obtenida con el sacrificio de miles de vidas. Era una forma recontrarrestar a la Santa Alianza liderada por España, que junto a Rusia zarista y Austria se proponían enviar tropas a Suramérica y convertir de nuevo estas tierras en colonias de España. En ese momento histórico fracasó el congreso de Panamá por las traiciones del ala conservadora opuesta al Libertador y su proyecto unitario. Hoy, la realidad indica que la construcción del Socialismo y la Liberación Nacional deben contar necesariamente con la unidad de los pueblos de la América, no solo desde el punto de vista comercial sino político, cultural y militar. Se sumaron al ALBA tres países, incluyendo la República del Ecuador. La presencia de estas naciones fortalece aún más el proyecto liberador que comenzó con la propuesta del Presidente Hugo Chávez en el año 2001 en la Isla de Margarita, de crear un organismo internacional para enfrentar al ALCA, conocido instrumento de los Estados Unidos para sojuzgar nuestros pueblos. Actualmente, el presidente de Honduras Manuel Zelaya enfrenta un complot en contra de su gobierno y desde las Fuerzas Armadas organizan el golpe de estado por sus relaciones con Chávez y Fidel. Esto es una señal de lo que es capaz de hacer la oligarquía unida a los intereses foráneos, utilizando estrategias que delatan sus verdaderas intenciones.
Hacer énfasis en los cambios fundamentales en beneficio del pueblo pobre y excluido, organizarlo para defender las conquistas populares, consolidar el bloque de Estados liberados de América y relanzar los medios de comunicación, es la tarea ineludible, como homenaje a la celebración del Día del Periodista este 27 de junio, recordándose el lanzamiento del Correo del Orinoco en 1818, como un medio de información de la causa patriota para contrarrestar la Gaceta de Caracas, medio de comunicación español.
