Comentario y análisis del caso hondureño

De acuerdo, el caso de Honduras es muy complicado de aquí a pocos días, puede suceder cualquier cosa inesperada. Pero no hay que negar que Zelaya, los tiene bien puestos.

Para enfrentarse a la oligarquía criolla.

Si no es con el pueblo y contando con su voto, ¿cómo se puede cambiar o modificar una constitución? ya sé, con la fuerza de las armas, y el pueblo como no las tiene, no hay que preocuparse, ni tomarlo en cuenta.

La constitución hondureña está hecha por la oligarquía imperante y no por el pueblo desarrapado, explotado y mísero hondureño.

Ni que fuesen tontos los oligarcas, no van a permitir que la constitución hecha por ellos y para su eterno beneficio, que ahora el pueblo hondureño pueda convocar a una constituyente para modernizarla, modificarla o cambiarla.

Ah, es que según la constitución hondureña actual es ilícito todo lo que pretende el presidente Zelaya. ¿Entonces, qué es lo lícito?

Claro, lo que la oligarquía diga, piense y apruebe.

Si obedecemos este principio, no podría nunca el pueblo avanzar socialmente y menos hacer revolución. Según esto deberíamos de vivir aún en la edad media. Donde los vasallos les pertenecían a los nobles señores, eran su propiedad.

Y quienes son los señores de la Corte Suprema de Justicia hondureña, lo mismo q1ue en Venezuela con acepciones casi todos son lacayos de la oligarquía pitiyanqui, que les paga, los compra y los utiliza. Se acuerdan de la novela de Víctor Hugo Los Miserables.

 ¡Ahí están los miserables!

Si consultar al pueblo es ilegal, y por esto desacatan la orden los militares por ilegal. Entonces el presidente Zelaya fue siempre y es ahora, un ilegal pues fue electo por los votos del pueblo.

Los militares, siempre hacen lo que manda la cúpula de mando. Bajo contadas excepciones históricas, y esas son las sublevaciones y los golpes de estado como el de Chile. O el que se intentó en Venezuela.

Yo diría que Honduras, no es que sea un país muy especial o muy curioso pero si uno si no el más pobre de Centroamérica, creo es el antepenúltimo en la escala de pobreza.

Claro como la revolución rusa, o la cubana, o la de Nicaragua o Bolivia estaban prohibidas en las vetustas constituciones de sus países, entonces ¿Cómo se hicieron y estructuraron? Pues muy sencillo, al margen de estas constituciones.

El derecho del pueblo a la rebelión existe grabado con sangre en las letras de la historia de la humanidad. De lo contrario seguiríamos bajo imperios como el de Egipto, Babilonia o el imperio Romano o el de perico de los palotes. El mundo debe y tiene que evolucionar para bien o para mal. 

El problema principal es que el pueblo nunca cuenta ni con la fuerza que da el dinero para comprar conciencias, ni con las armas para defender sus justas posiciones.

 Las armas –bajo contados casos-

 las tienen los ejércitos que están al servicio precisamente de las oligarquías criollas, y para que, precisamente para cuidar sus intereses – los de los oligarcas- y asegurar su

tranquilidad y la paz pero – la de los poderosos-

Y que es lo legal y que no es legal.  ¿–las leyes acaso?- ¿elaboradas por quienes?. ¿Para favorecer y proteger a quienes? –siempre a los mismos que las hacen-

Cada proceso tiene sus propios estilos, iniciativas y maneras de irse estructurando ninguno es igual a otro, puede haber símiles pero no iguales.

Quienes tienen las armas, las fuerzas armadas, pues es lógico que ellas sean las que en última instancia se impongan casi siempre, pues tienen las armas, frente a su pueblo desarmado, lo lamentable es que las utilicen contra sus propios hermanos de clase, como hicieron en Chile, Santo Domingo, México, Haití, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Cuba, Bolivia, Colombia y faltan aun muchos otros.

Siempre los que tienen la fuerza y las mejores armas, se impondrán cuando quieran por la fuerza que les dan esas mismas armas.

Así ha sido siempre.

El riesgo por esto es grande pero es hermoso arriesgarse por el bienestar de un pueblo y por una causa noble, puede suceder cualquier cosa: Desde como dice el chamico, que el presidente pida cacao y se raje, cosa que no creo en absoluto, o que siga pa- lante con su pueblo y se imponga por la fuerza de los votos, y el temor de los mismos militares a usar las armas contra su propio pueblo.

 – otros pueden simpatizar con esta idea de hacer una constituyente para reformar la vieja y añeja constitución hondureña. La legalidad aquí, la da la fuerza de los votos del pueblo de Honduras.

No la dan las armas

Ni la da la oligarquía hondureña, ni los intereses internacionales casados con el imperio gringo.

En efecto, el pueblo va despertando, y las cosas no lucen bien para los amos de las riquezas del pueblo hondureño.

Bien vale la pena apostar por un hombre que se atreve a enfrentar a los oligarcas, al capitalismo gringo, y que se juega su propia existencia junto a su pueblo por el querer modernizar la constitución de su patria.

Es verdad las fiebres como las gripes se transmiten y el ejemplo corre con el viento y se lanza como caballo salvaje y libre a galope por las praderas de América toda, entre ellas las de Centroamericana.

No en balde la espada de Bolívar sigue viva en las manos de Hugo Chávez.

Lo cierto es que por primera vez luego de la muerte del prócer hondureño General Francisco Morazán, traicionado y fusilado por sus propias tropas, la oligarquía hondureña tiembla ante la propuesta del viril presidente Zelaya.

requenave1@gmail.com




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José Juan Requena

Soñador, escritor y poeta.

 requenave1@gmail.com      @Ripidio

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