La incertidumbre del continente

Cuando se suponía que el pasado domingo en el continente habría fiesta democrática, porque de manera simultánea en Uruguay, Argentina y Honduras se realizarían elecciones de índole distintas, pero consultas ciudadana al fin; de repente y pese a todos los pronósticos, apareció de nuevo el fantasma aparentemente ya exorcizado de los golpes militares.

Desde Rió grande hasta Puerto Williams, este siglo XXI ha comenzado totalmente revuelto y distinto al siglo XX. No termina la OEA de levantar la sesión y la sanción de exclusión de cuarenta y siete años de Cuba, cuando convoca apresuradamente nueva sesión para proponer nueva sanción y exclusión de Honduras, por intentar algo casi olvidado en los últimos veinte años por estas tierras azarosas.

No hay ni habrá muchos Vietnam como lo soñaba el Che, pero es indudable que desde la llegada de Chávez al poder, se han venido colocando cabezas de playas en Ecuador, Bolivia, Salvador, Nicaragua y hasta en la propia Honduras, para satisfacción del sobreviviente de las viejas batallas y comandante de la toma del cuartel Moncada y del que murió en Higuera.

El ALBA no termina de despuntar el día, pero en la pequeña Uruguay, precisamente quien avanza y acorrala a la añeja oposición neoliberal es “un veterano, un viejo que tiene unos cuantos años de cárcel, de tiros en el lomo, un tipo que se ha equivocado mucho, como su generación, medio terco, porfiado, y que trata, hasta donde puede, de ser coherente con lo que piensa". Es decir, un viejo guerrillero Tupamaro.

En Argentina nadie quiere a otro Videla, pero es evidente que los factores ajenos al viejo y nuevo peronismo pujan por el control del poder, y el mismo día en que Centro América amaneció de golpe; Cristina, Kirchner y sus huestes sufrieron un revés tan contundente como el que provocó que Zelaya amaneciera empijamao en Costa Rica.

La Comunidad Económica Europea, la ONU y los pueblos del mundo han volteado a ver lo que sucederá en la tierra de Morazán; puede ser el domingo o el día decidido por los hondureños, pero la inseguridad y el suspenso le carga los nervios de punta a los que dirigen y a los dirigidos de este continente. Hasta el punto en que uno de los creadores de esta revuelta, a propósito de futuras elecciones parlamentarias en su país, ha señalado: “la oposición está trabajando a fin de conquistar espacios y poder colocar, a través del Poder Legislativo, personas que se presten para justificar un golpe de Estado tal como el que ocurrió en Honduras el pasado fin de semana”.

El continente se mueve, la movilización política es intensa y la social es telúrica, cada quien ha venido tomando partido, la derecha habla de democracia y se flirtea con los que intentan salidas golpistas. La izquierda, desde la cubana hasta la expresada en Lula y Bachelet se unifican ante los fantasma del pasado. Hay y habrá incertidumbre en la región, y en Hondura se definirá el rumbo. Los tiempos de esta América tienen la palabra y en Norte América, precisamente no se viven tiempos de auge, certeza y fortuna.

zabala.douglas@gmail.com


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Douglas Zabala


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