El reconocimiento del Presidente Obama de que USA tiene la “obligación moral” de luchar por “un mundo libre de armamento nuclear”, porque fue su país quien produjo las primeras arma atómicas de destrucción masiva -utilizadas en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial para masacrar las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki- constituye una señal de cambio significativo en la política estadounidense sobre el tema nuclear.
Se acerca el vencimiento del “tratado de reducción de armas estratégicas Start-1” firmado en 1991por USA y la antigua URSS. El nuevo tratado Rusia-USA obligará a ambas potencia a reducir sus arsenales de ojivas nucleares. Esa decisión podría tener un impacto altamente positivo en el afianzamiento y consolidación del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), si se tiene en cuenta que ambas naciones poseen el 95 % de esos mortíferos artefactos.
El anuncio del Presidente OBAMA de que “trabajará por la eliminación de las pruebas de armas nucleares”, es una excelente noticia para la humanidad que aspira a lograr un mundo libre del terror y la amenaza de una guerra nuclear, a la cual podría llevarnos el sistema capitalista en los estertores de su agonía. Esa decisión aceleraría la entrada en vigor del Tratado de Prohibición Completa de las Prueba Nucleares, suscrito por 180 estados, 32 de los cuales no lo han ratificado incluyendo a USA. El peso que tiene el imperio norteamericano podría inclinar la balanza a favor de dicho tratado, el cual tiene una importancia fundamental para cortarle el oxígeno a la proliferación de las armas nucleares. El día que ello ocurra, comenzará a despejarse el horizonte para los países, que como la República Islámica de Irán, han defendido su derecho a producir energía nuclear con fines pacíficos, rechazando el monopolio que pretenden ejercer algunas potencias nucleares sobre el ciclo de producción del combustible nuclear y, el desarme atómico comenzará a tener viabilidad.
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