Desde el 28 de Junio 2009 el mundo está viendo la rebelión del pueblo de Honduras ante agresores de su democracia que dieron un GOLPE DE ESTADO, expulsando del país al Presidente constitucional a quien le faltaban siete meses para entregar el poder al sucesor o sucesora que el pueblo eligiera, un hondureño u hondureña que no puede ser JOSE MANUEL ZELAYA pues no había posibilidad de que eso sucediese, sólo se iba a consultar al colectivo si en fecha por determinar aceptaban o no cambiar la Constitución, para modernizar y dignificar aún más la auténtica democracia. Sin embargo la desesperación de la oligarquía y el pitiyanquismo de políticos de Honduras, casta que ha vivido un concubinato con las clases ricas y el imperialismo estadounidense, no soportaron la posibilidad de ese tipo de consulta al colectivo hondureño. La clase dominante de la nación cuna del libertador luchador centroamericano Francisco Morazán, encabezada por grupúsculos antipueblo enchufados en el poder político y los negocios hace más de un siglo, prefirió seguir planes de los halcones estadounidenses y la CIA como motor del imperio, embarcándose en un Golpe de Estado que hoy sólo aceptan además de la CIA, la derecha troglodita de EE UU y disimuladamente la Secretaria de Estado Hilary Clinton, dejando como un mismo pelele al Presidente Barack Obama, cuando este dijo que no reconocía como Presidente de Honduras sino a Mr. ZELAYA. Escribo esta opinión tres semanas después del alzamiento popular hondureño, las manifestaciones de calle contra la dictadura y repudiando la represión militar y policial, pero en forma celestina la ultra derecha continental encabezada por el “periodismo” de la SIP -Sociedad Interamericana de Patrones de Periódicos-, le hacen creer a sus lectores, por extensión a los oyentes y en particular a los televidentes, que en Honduras, la PAZ sólo es posible si nada cambia, los politiqueros de siempre siguen dictando los destinos del pueblo, (como el tal Goriletti… “Roberto Micheletti”), que tiene 30 años en el Congreso de Tegucigalpa, puesto ahora de presidente títere, a quien no se le ocurre sino andar echándole la culpa de lo sucedido a la presunta influencia del gobierno venezolano y su líder continental Hugo Chávez, a quien acusan de todo y para todo los medios de comunicación de Honduras, donde la dictadura sólo informa lo que le venga en gana a los golpistas, aunque no han podido vencer la resistencia diaria de un pueblo noble, hastiado de militares y civiles entreguistas y conspiradores contra la verdadera democracia auténtica. Por eso es necesario repetir la exigencia a EE UU para que retire toda ayuda económica y diplomática al gobierno usurpador hondureño, como lo hicieron la Unión Europea y organismos crediticios como el BID -Banco Interamericano de Desarrollo-, demostrando de paso que si el gobierno de la Casa Blanca no ha cumplido los mandatos de la OEA y la ONU, lo cual sí han hecho las naciones europeas, asiáticas y naturalmente las de nuestro continente, es porque en la Casa Blanca al Presidente Barack Obama, lo hacen “blanco” de “negras” travesuras diplomáticas… y aparentemente lo dejan mandar pero… en su casa…, con la ayuda de su inteligente esposa y sus dos simpáticas hijas, a quienes tienen paseando por el mundo entero a manera de exhibición significativa de que, en la mal llamada “gran Democracia del Mundo”, quien manda cual Tarzán, es el complejo industrial y militar, porque al Presidente de raza negra lo tienen haciendo el papel de los monos que en aquella historieta “Tarzán el Rey de la Selva” no eran precisamente los animales llamados monos, sino los habitantes de África. Vistas las circunstancias, no hay mediación posible que no pase por restituir al Presidente Constitucional MANUEL ZELAYA, así que ¡¡¡Viva Honduras y viva la verdadera democracia!!!, más allá de la ilegal disimulocracia capitalista e hipocritocrática de los medios de comunicación, en manos de la basura oligárquica, antipatria y entreguista de quienes en Venezuela o en cualquier lugar del planeta, pierden privilegios arropados por convincentes razones ejemplares al estilo de lo que ha ocurrido exitosamente en la Revolución Socialista Bolivariana.
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