Hace tres décadas Nicaragua emergió de los oscuros océanos como un volcán de su piel enamorada de esperanzas. La palabra Sandino revivió historias olvidadas como decir Bolívar o cantar himnos de gloria. La palabra Revolución se legitimó renovada de áureas multicolores como un arco iris que anuncia el cese de la tormenta.
A tres décadas del luminoso despertar del heroísmo y la utopía-alegría que significó el triunfo del Ejército Popular Sandinista contra la dictadura pro-imperialista de Anastasio Somoza, la historia de nuestros pueblos sigue siendo aquella de la lucha continua por la liberación.
Nicaragua hoy vuelve a declararse libre de analfabetismo, luego que los diez y seis años de gobiernos neoliberales, hicieron retroceder los logros sociales que el sandinismo alcanzó en apenas una década tras la caída de los Somoza, aún a pesar de la guerra sucia y criminal orquestada por la derecha gringa desde Honduras.
Este 19 de Julio, la Plaza estuvo abarrotada de gente de toda la geografía nica. La Plaza de la Revolución y todas las calles de Managua fueron chicas para los cientos de miles de personas que se movilizaron a decir presente. Bajo un sol intenso, con húmedo calor extremo, en medios de transporte precarios, con niños encima, pero allí estaba el pueblo de Sandino.
Hace treinta años, recibimos aquí en Maracaibo al poeta Ernesto Cardenal que vino como emisario del Frente Sandinista a recibir la solidaridad militante de las organizaciones revolucionarias locales. En el Teatro Baralt escuchamos a Cardenal y mi madre logró que le firmara el libro 50 Años de Lucha Sandinista de Humberto Ortega Saavedra.
Por el PRV-Ruptura habló, con verbo emocionado y cargado de alusiones poéticas, nuestro apreciado camarada Francisco Ferrer. También lo hicieron los compañeros de la Liga Socialista y los grupos universitarios de solidaridad con la causa de Carlos Fonseca Amador.
Los partes reseñaban, además de los recursos recaudados, el envío de combatientes internacionalistas, como aquel flaco Alí Gómez García, el de las “confesiones de un ñángara”, que ofrendó su vida mientras formaba jóvenes milicianos para enfrentar “La Contra” armada y financiada por Estados Unidos con dinero de las drogas para frustrar el sueño de ese pueblo digno y valiente.
Luego fueron los recitales de Luis Enrique Mejía Godoy en la Plaza Baralt, las campañas solidarias en La Universidad del Zulia, la Canción Bolivariana que lideró el Padre Cantor Alí Primera, el apoyo al Frente Farabundo Martí. Días luminosos. Días de nunca olvidar.
La derrota electoral del FSLN en 1990, como subproducto de la guerra de exterminio aplicada por Estados Unidos con la invasión mercenaria, truncó el proceso revolucionario sandinista con sus millones de sueños y realizaciones.
Hoy se retoma ese camino de liberación nacional y redención social con el concurso de la ALBA como modelo de unidad continental. Nicaragua merece mejor destino. Se lo han ganado a fuerza de valor y sacrificio, y todo cuanto podamos hacer para su éxito, será poco ante la gloria de sus hazañas.